A los once años, enamorado de una prima suya, se embarcó en un barco que partía a las Indias con la romántica idea de traerle un collar de coral. La aventura fue abortada en el último segundo por su padre, que le propinó una paliza; ello y el posterior desdén de la prima alimentó al parecer la misoginia de Verne y una secreta rebeldía que, incapaz de manifestarse en la sociedad bienpensante, hallaría un cauce de expresión en la desbordada fantasía de su literatura.
Tras su primera aventura infantil, descubierta y sofocada, Julio Verne aprendió la lección y no volvió a rebelarse salvo en sus libros, pero de un modo críptico y elusivo. Como si temiera decir demasiado y le aterrorizara lo explícitamente inverosímil, heterodoxo o provocador, el autor se apresuraba a exorcizarlo por medio de demostraciones destinadas a confinar la rareza en los límites de la razón humana.
Así, lo visionario quedaba arrinconado en beneficio de lo razonablemente posible considerando el ritmo de los avances técnicos de la época. Y la fe en el progreso se hermana en sus héroes con el valor, la inteligencia y la bondad, siempre triunfantes sobre la ignorancia y la estrechez de miras.
Tal polaridad definió la etapa de su vida previa a su consagración literaria, en la que alternó la literatura con el obligado cumplimiento de sus deberes. A los ocho años ingresó con su hermano Paul en el seminario Saint-Donatien. Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo de Nantes y viajó a París para seguir la carrera de leyes, cumpliendo con ello los deseos de su padre, el abogado Pierre Verne. En 1848 comenzó a escribir algunos sonetos y textos de teatro, y dos años más tarde aprobó su tesis doctoral de derecho y optó por la carrera de letras.
Respuesta:
A los once años, enamorado de una prima suya, se embarcó en un barco que partía a las Indias con la romántica idea de traerle un collar de coral. La aventura fue abortada en el último segundo por su padre, que le propinó una paliza; ello y el posterior desdén de la prima alimentó al parecer la misoginia de Verne y una secreta rebeldía que, incapaz de manifestarse en la sociedad bienpensante, hallaría un cauce de expresión en la desbordada fantasía de su literatura.
Tras su primera aventura infantil, descubierta y sofocada, Julio Verne aprendió la lección y no volvió a rebelarse salvo en sus libros, pero de un modo críptico y elusivo. Como si temiera decir demasiado y le aterrorizara lo explícitamente inverosímil, heterodoxo o provocador, el autor se apresuraba a exorcizarlo por medio de demostraciones destinadas a confinar la rareza en los límites de la razón humana.
Así, lo visionario quedaba arrinconado en beneficio de lo razonablemente posible considerando el ritmo de los avances técnicos de la época. Y la fe en el progreso se hermana en sus héroes con el valor, la inteligencia y la bondad, siempre triunfantes sobre la ignorancia y la estrechez de miras.
Tal polaridad definió la etapa de su vida previa a su consagración literaria, en la que alternó la literatura con el obligado cumplimiento de sus deberes. A los ocho años ingresó con su hermano Paul en el seminario Saint-Donatien. Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo de Nantes y viajó a París para seguir la carrera de leyes, cumpliendo con ello los deseos de su padre, el abogado Pierre Verne. En 1848 comenzó a escribir algunos sonetos y textos de teatro, y dos años más tarde aprobó su tesis doctoral de derecho y optó por la carrera de letras.
espero no este muy extensa y ojala te sirva
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