Las transformaciones permanentes o cambios químicos son irreversibles, pues los materiales ya no vuelven a su estado original y se crean nuevos materiales; por ejemplo, al cocer un huevo, cuando se pudre un alimento, cuando se quema un pedazo de madera o cuando un metal se oxida.
Las transformaciones permanentes o cambios químicos son irreversibles, pues los materiales ya no vuelven a su estado original y se crean nuevos materiales; por ejemplo, al cocer un huevo, cuando se pudre un alimento, cuando se quema un pedazo de madera o cuando un metal se oxida.