Confianza Por supuesto que es preferible tener una alta autoestima, pero como siempre, los extremos no suelen ser los mejores aliados. Una baja autoestima te hace sufrir, te limita y te hace estar anclado a lo que puedo haber sido y no fue, haciéndote sentir incapaz no sólo en el deporte, sino en otros ámbitos valiosos de tu vida. Por el contrario, una excesiva alta autoestima, puede hacer que alguien se enfrente a retos sin la necesaria preparación y trabajo, creyendo en un ideal que seguramente se deje de cumplir tarde o temprano.
Confianza Por supuesto que es preferible tener una alta autoestima, pero como siempre, los extremos no suelen ser los mejores aliados. Una baja autoestima te hace sufrir, te limita y te hace estar anclado a lo que puedo haber sido y no fue, haciéndote sentir incapaz no sólo en el deporte, sino en otros ámbitos valiosos de tu vida. Por el contrario, una excesiva alta autoestima, puede hacer que alguien se enfrente a retos sin la necesaria preparación y trabajo, creyendo en un ideal que seguramente se deje de cumplir tarde o temprano.