La región andina es rica en agua. La interacción de la atmósfera, el océano, la Amazonía y los Andes es el origen
de un ciclo hidrológico dinámico y abundante, por lo
que el agua puede convertirse en uno de los principales
factores de desarrollo y de bienestar social de la región.
Sin embargo, como en las dos caras de una misma moneda, es tiempo de comprender que el suelo, el aire, los
bosques y el agua, nuestros recursos naturales, son limitados. Es momento de buscar unas formas de aprovechamiento económico mucho más livianas para generar impactos menores sobre el medio ambiente.
Gran parte de la población, especialmente la gente de la
ciudad, no tiene una idea clara de dónde viene el agua,
ni de lo que cuesta producirla, limpiarla, tratarla y mantenerla. No solo hace falta crear conciencia, sino tener
en cuenta que la ineficiencia de los sistemas de distribución de agua en las grandes urbes y de riego en el campo, que el uso que hace la industria del recurso y la contaminación justifican una mejor gobernanza, el empleo
de tecnología más eficiente y una administración más
eficaz de este líquido vital. No podemos seguir alterando el equilibrio natural de nuestras fuentes de agua, tal
y como viene ocurriendo con el Cambio Climático o con
la contaminación de la atmósfera por los Gases de Efecto Invernadero.
Respuesta:
La región andina es rica en agua. La interacción de la atmósfera, el océano, la Amazonía y los Andes es el origen
de un ciclo hidrológico dinámico y abundante, por lo
que el agua puede convertirse en uno de los principales
factores de desarrollo y de bienestar social de la región.
Sin embargo, como en las dos caras de una misma moneda, es tiempo de comprender que el suelo, el aire, los
bosques y el agua, nuestros recursos naturales, son limitados. Es momento de buscar unas formas de aprovechamiento económico mucho más livianas para generar impactos menores sobre el medio ambiente.
Gran parte de la población, especialmente la gente de la
ciudad, no tiene una idea clara de dónde viene el agua,
ni de lo que cuesta producirla, limpiarla, tratarla y mantenerla. No solo hace falta crear conciencia, sino tener
en cuenta que la ineficiencia de los sistemas de distribución de agua en las grandes urbes y de riego en el campo, que el uso que hace la industria del recurso y la contaminación justifican una mejor gobernanza, el empleo
de tecnología más eficiente y una administración más
eficaz de este líquido vital. No podemos seguir alterando el equilibrio natural de nuestras fuentes de agua, tal
y como viene ocurriendo con el Cambio Climático o con
la contaminación de la atmósfera por los Gases de Efecto Invernadero.