MessiPoveda10
As palabras tienen un inmenso poder, ya sea el de causar beneficios o el de causar maleficios. Ese pensamiento debe orientar cada palabra que sale de nuestra boca si queremos atraer hacia nosotros las mercedes que el cosmos pone a nuestra disposición. ¿Parece fácil? No lo es. Solemos lanzar palabras al viento, sin darnos cuenta de que con esa energía moldeamos nuestra realidad, la realidad en que vivimos.
Una de las cosas que más me llaman la atención es que la mayoría de la gente suele buscar la causa de su infelicidad en el mundo exterior, sea en hechos o en personas. Ciertamente, solemos buscar los ‘culpables’ para nuestros fracasos, bien de nuestros problemas de salud, de dinero, o problemas emocionales, para no asumir la responsabilidad de nuestras elecciones. Con eso emitimos ‘ondas de negatividad’ desgastando nuestra energía personal.
En cambio deberíamos recordar que para conseguir atraer hacia nosotros aquello que deseamos, las palabras pronunciadas o simplemente elaboradas en pensamientos, poseen una vibración; y esa vibración crea en el mundo real algo en resonancia con ella. Tal como explica la Tercera Ley Hermética, en el universo nada está parado, todo se mueve, todo vibra. Esta Ley afirma que hay una vibración en todo lo que existe en nuestro universo, todo lo que es material, desde la forma más sutil hasta la más densa.
Solemos lanzar palabras al viento, sin darnos cuenta de que con esa energía moldeamos nuestra realidad, la realidad en que vivimos.
Una de las cosas que más me llaman la atención es que la mayoría de la gente suele buscar la causa de su infelicidad en el mundo exterior, sea en hechos o en personas. Ciertamente, solemos buscar los ‘culpables’ para nuestros fracasos, bien de nuestros problemas de salud, de dinero, o problemas emocionales, para no asumir la responsabilidad de nuestras elecciones. Con eso emitimos ‘ondas de negatividad’ desgastando nuestra energía personal.
En cambio deberíamos recordar que para conseguir atraer hacia nosotros aquello que deseamos, las palabras pronunciadas o simplemente elaboradas en pensamientos, poseen una vibración; y esa vibración crea en el mundo real algo en resonancia con ella.
Tal como explica la Tercera Ley Hermética, en el universo nada está parado, todo se mueve, todo vibra. Esta Ley afirma que hay una vibración en todo lo que existe en nuestro universo, todo lo que es material, desde la forma más sutil hasta la más densa.