La influencia de Diego Portales en la vida política, social y económica del país se deja sentir desde 1830. Desde entonces se privilegia el orden público por sobre las libertades ciudadanas, a la vez que los ensayos de fundación institucional republicana dan paso a la estabilidad administrativa. Este contexto fue posible pues terminada la guerra de la Independencia e iniciado el proceso de construcción del estado republicano, los sectores conservadores ascendieron al poder tras la batalla de Lircay, que marcó el fin de la guerra civil de 1829 y 1830.
La vida de Diego Portales fue breve pero políticamente intensa. Provenía de una familia de la aristocracia chilena del siglo XVIII y durante la Patria Vieja abandonó sus estudios en el recién fundado Instituto Nacional, para trabajar con su padre en la Casa de Moneda, donde desarrolló su vocación por el comercio y los negocios. En Perú fundó la empresa Portales, Cea y Compañía, la que se trasladó a Chile y firmó con el gobierno, en 1824, un contrato para gestionar el estanco del tabaco. Si bien el negocio terminó en un fracaso en 1826, Portales se ligó a los principales sectores políticos y comenzó a definir una opinión política que es posible reconstruir a partir de su epistolario y reflexiones, cuyo ícono es la carta enviada a su socio José Manuel Cea. A su juicio, según se desprende de este documento, se debía dejar caer "el peso de la noche" para que pudieran desarrollarse los negocios particulares, privilegiando el orden por sobre las libertades. Más tarde, la Constitución de 1833 recogería esos principios, institucionalizando el denominado "orden portaliano".
La influencia de Diego Portales en la vida política, social y económica del país se deja sentir desde 1830. Desde entonces se privilegia el orden público por sobre las libertades ciudadanas, a la vez que los ensayos de fundación institucional republicana dan paso a la estabilidad administrativa. Este contexto fue posible pues terminada la guerra de la Independencia e iniciado el proceso de construcción del estado republicano, los sectores conservadores ascendieron al poder tras la batalla de Lircay, que marcó el fin de la guerra civil de 1829 y 1830.
La vida de Diego Portales fue breve pero políticamente intensa. Provenía de una familia de la aristocracia chilena del siglo XVIII y durante la Patria Vieja abandonó sus estudios en el recién fundado Instituto Nacional, para trabajar con su padre en la Casa de Moneda, donde desarrolló su vocación por el comercio y los negocios. En Perú fundó la empresa Portales, Cea y Compañía, la que se trasladó a Chile y firmó con el gobierno, en 1824, un contrato para gestionar el estanco del tabaco. Si bien el negocio terminó en un fracaso en 1826, Portales se ligó a los principales sectores políticos y comenzó a definir una opinión política que es posible reconstruir a partir de su epistolario y reflexiones, cuyo ícono es la carta enviada a su socio José Manuel Cea. A su juicio, según se desprende de este documento, se debía dejar caer "el peso de la noche" para que pudieran desarrollarse los negocios particulares, privilegiando el orden por sobre las libertades. Más tarde, la Constitución de 1833 recogería esos principios, institucionalizando el denominado "orden portaliano".