En el 2015 confluyeron una serie de problemas que han generado incertidumbre en torno al futuro de la "Revolución Ciudadana" del presidente ecuatoriano Rafael Correa. El desplome de los precios del petróleo golpeó fuertemente a la economía ecuatoriana, centrada en la exportación de recursos naturales y dependiente del gasto público. La insatisfacción ciudadana se hizo sentir a través de masivas jornadas de protesta en contra de las reformas legislativas y las enmiendas constitucionales del oficialismo. Y el inesperado declive en la popularidad de Correa, junto a su decisión de abstenerse de buscar la reelección en el 2017, configuran un escenario difícil para el correísmo. La suerte del oficialismo en los próximos comicios dependerá de cómo se resuelvan estas tensiones en el 2016.
Ante la caída de los precios del petróleo, el gobierno incurrió en mayor endeudamiento público y recortó la inversión pública, lo que ha dificultado el estilo de gobierno manejado durante los últimos años. Las protestas en contra de proyectos de ley impulsados por el oficialismo, como las reformas a los impuestos a la herencia y plusvalía y las enmiendas constitucionales, fueron masivas. El gobierno salió debilitado de las elecciones locales del 2014, pues fue derrotado en municipalidades importantes, principalmente en Quito, Guayaquil y Cuenca. Además, Correa acabó el año con una popularidad reducida, registrándose los índices de aprobación más bajos de toda su gestión. Menospreciando la creciente insatisfacción ciudadana, la Asamblea aprobó las enmiendas constitucionales que abren la posibilidad de reelección indefinida para Correa, aunque la postergación de su entrada en vigencia signifique que este no podrá presentarse en los comicios del 2017. Este panorama social y político, junto con la crisis económica que ya se siente en el país, configuran un escenario de incertidumbre para la continuación del proyecto político de Correa.
En el 2015 confluyeron una serie de problemas que han generado incertidumbre en torno al futuro de la "Revolución Ciudadana" del presidente ecuatoriano Rafael Correa. El desplome de los precios del petróleo golpeó fuertemente a la economía ecuatoriana, centrada en la exportación de recursos naturales y dependiente del gasto público. La insatisfacción ciudadana se hizo sentir a través de masivas jornadas de protesta en contra de las reformas legislativas y las enmiendas constitucionales del oficialismo. Y el inesperado declive en la popularidad de Correa, junto a su decisión de abstenerse de buscar la reelección en el 2017, configuran un escenario difícil para el correísmo. La suerte del oficialismo en los próximos comicios dependerá de cómo se resuelvan estas tensiones en el 2016.
Ante la caída de los precios del petróleo, el gobierno incurrió en mayor endeudamiento público y recortó la inversión pública, lo que ha dificultado el estilo de gobierno manejado durante los últimos años. Las protestas en contra de proyectos de ley impulsados por el oficialismo, como las reformas a los impuestos a la herencia y plusvalía y las enmiendas constitucionales, fueron masivas. El gobierno salió debilitado de las elecciones locales del 2014, pues fue derrotado en municipalidades importantes, principalmente en Quito, Guayaquil y Cuenca. Además, Correa acabó el año con una popularidad reducida, registrándose los índices de aprobación más bajos de toda su gestión. Menospreciando la creciente insatisfacción ciudadana, la Asamblea aprobó las enmiendas constitucionales que abren la posibilidad de reelección indefinida para Correa, aunque la postergación de su entrada en vigencia signifique que este no podrá presentarse en los comicios del 2017. Este panorama social y político, junto con la crisis económica que ya se siente en el país, configuran un escenario de incertidumbre para la continuación del proyecto político de Correa.