Son un entramado de túbulos de extremos ciegos conectados entre sí, pero faltándoles aperturas internas que los comuniquen al conductor o canal del protonefridio. Por el extremo distal, dichos túbulos se abren al exterior a través del neuroporo o nefrostoma, y en el extremo proximal se ensanchan para formar una ampolla forrada internamente de células flamígeras flageladas; cuando dichas células flageladas tapizan la cara externa de la ampolla reciben el nombre de solenocitos. Los tabiques, las paredes de los túbulos, dejan paso por ósmosis. Cada célula tiene uno o varios flagelos y cuando baten el canal del protonefridio, crean una corriente hacia afuera y por extensión, un vacío parcial en el fondo del conducto. Debido a este vacío parcial, los desechos metabólicos y fluidos internos del animal son empujados a través de los poros de las células terminales al protonefridio. Los poros de las células terminales tienen un diámetro tal, que las moléculas pequeñas pueden pasar, pero las proteínas, más grandes, son retenidas en el organismo.
Desde el fondo del protonefridio, el fluido de las deyecciones es llevado por el conducto (formado por las células del canal) y salen del animal por el nefrostoma.
Son estructuras embriológicamente ectodérmicas, principalmente osmorreguladoras, ya que en los invertebrados inferiores (acelomados y blastocelomados) la excreción, en la mayoría de las ocasiones, se realiza a nivel de la pared del cuerpo, pues su estructura corporal lo permite.
Los protonefridios aparecen en los organismos más sencillos, como los platelmintos, los nemertinos, los blastocelomados (también conocidos como pseudocelomados) y en numerosas formas larvales, entre ellas la larva trocófora.Son estructuras sencillas que aparecen en acelomados o pseudocelomados. Hay dos tipos de protonefridios:
Son un entramado de túbulos de extremos ciegos conectados entre sí, pero faltándoles aperturas internas que los comuniquen al conductor o canal del protonefridio. Por el extremo distal, dichos túbulos se abren al exterior a través del neuroporo o nefrostoma, y en el extremo proximal se ensanchan para formar una ampolla forrada internamente de células flamígeras flageladas; cuando dichas células flageladas tapizan la cara externa de la ampolla reciben el nombre de solenocitos. Los tabiques, las paredes de los túbulos, dejan paso por ósmosis. Cada célula tiene uno o varios flagelos y cuando baten el canal del protonefridio, crean una corriente hacia afuera y por extensión, un vacío parcial en el fondo del conducto. Debido a este vacío parcial, los desechos metabólicos y fluidos internos del animal son empujados a través de los poros de las células terminales al protonefridio. Los poros de las células terminales tienen un diámetro tal, que las moléculas pequeñas pueden pasar, pero las proteínas, más grandes, son retenidas en el organismo.
Desde el fondo del protonefridio, el fluido de las deyecciones es llevado por el conducto (formado por las células del canal) y salen del animal por el nefrostoma.
Son estructuras embriológicamente ectodérmicas, principalmente osmorreguladoras, ya que en los invertebrados inferiores (acelomados y blastocelomados) la excreción, en la mayoría de las ocasiones, se realiza a nivel de la pared del cuerpo, pues su estructura corporal lo permite.
Los protonefridios aparecen en los organismos más sencillos, como los platelmintos, los nemertinos, los blastocelomados (también conocidos como pseudocelomados) y en numerosas formas larvales, entre ellas la larva trocófora.Son estructuras sencillas que aparecen en acelomados o pseudocelomados. Hay dos tipos de protonefridios: