Era una vez un niño que tenía una casa al lado del rio, ese preciso día ese niño estaba parado mirando al rio y atodos sus peces, después se fue a un árbol lo que encontró ese día lo sorprendió era un monito que se balanceaba de árbol a árbol después de verlo un rato le dio una fruta al monito y despues se puso en la cabeza del niño y paso una hora y se volvieron los mejor amigos.
Era una vez un niño que tenía una casa al lado del rio, ese preciso día ese niño estaba parado mirando al rio y atodos sus peces, después se fue a un árbol lo que encontró ese día lo sorprendió era un monito que se balanceaba de árbol a árbol después de verlo un rato le dio una fruta al monito y despues se puso en la cabeza del niño y paso una hora y se volvieron los mejor amigos.