En Ecuador, que cuenta con la mayor cantidad de refugiados reconocidos en toda América Latina, la crisis actual de la COVID-19 agravó las condiciones precarias en las que viven los migrantes y refugiados. El aislamiento obligatorio y las limitaciones para trabajar y obtener alimentos, entre otras restricciones, han motivado la salida de 55,888 migrantes de Ecuador entre marzo y mayo de este año. Hoy en día, cientos de extranjeros están atrapados en las fronteras del norte y sur del país, a menudo sin refugio ni medidas de protección adecuadas, y a merced de los posibles acuerdos entre los Ministerios de Relaciones Exteriores de Ecuador, Colombia y Venezuela.
La tarea se ha tornado complicada porque, a pesar de que la frontera está oficialmente cerrada desde marzo del 2020, el paso de personas en condición de movilidad no se ha detenido. Cada mes ingresan por Carchi 12 000 personas, señala el Burgomaestre, citando datos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM).
Es por ello que se han tomado las últimas medidas, aclara. También comenta que vecinos de la urbe están cansados de que se usen los espacios públicos para actividades como dormir, lavar y secar ropa.
Sin embargo, establecer una ruta para que los migrantes no crucen por la ciudad ha generado reacciones. Para Daniel Regalado, presidente de la Asociación Civil Venezuela en Ecuador, es un acto discriminatorio. La opinión la comparten activistas de ONG, que analizan el tema desde la semana anterior, cuando tuvieron una reunión con las autoridades del Carchi.
Respuesta:
En Ecuador, que cuenta con la mayor cantidad de refugiados reconocidos en toda América Latina, la crisis actual de la COVID-19 agravó las condiciones precarias en las que viven los migrantes y refugiados. El aislamiento obligatorio y las limitaciones para trabajar y obtener alimentos, entre otras restricciones, han motivado la salida de 55,888 migrantes de Ecuador entre marzo y mayo de este año. Hoy en día, cientos de extranjeros están atrapados en las fronteras del norte y sur del país, a menudo sin refugio ni medidas de protección adecuadas, y a merced de los posibles acuerdos entre los Ministerios de Relaciones Exteriores de Ecuador, Colombia y Venezuela.
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La tarea se ha tornado complicada porque, a pesar de que la frontera está oficialmente cerrada desde marzo del 2020, el paso de personas en condición de movilidad no se ha detenido. Cada mes ingresan por Carchi 12 000 personas, señala el Burgomaestre, citando datos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM).
Es por ello que se han tomado las últimas medidas, aclara. También comenta que vecinos de la urbe están cansados de que se usen los espacios públicos para actividades como dormir, lavar y secar ropa.
Sin embargo, establecer una ruta para que los migrantes no crucen por la ciudad ha generado reacciones. Para Daniel Regalado, presidente de la Asociación Civil Venezuela en Ecuador, es un acto discriminatorio. La opinión la comparten activistas de ONG, que analizan el tema desde la semana anterior, cuando tuvieron una reunión con las autoridades del Carchi.