Un reciente estudio realizado por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, publicado en Journal of Anatomy, determina la importancia de una parte del cerebro llamada precúneo o precuña, situada en el lóbulo parietal superior, que es responsable de la organización de los órganos. Si a esto sumamos la evolución en la alimentación, el resultado se llama Humano.
¿Qué no hizo humanos? ¿Por qué somos como somos? Sin duda tantos hallazgos y tantas evidencias científicas, tantos restos arqueológicos, tantos genomas muchas veces, lejos de despejar dudas, todo esto plantea otras mucho más profundas. Parece que la palabra evolución es una respuesta universal destinada a responder cualquier pregunta relacionada con el género humano y, si bien es cierta y adecuada, quizá se quede un poco escasa cuando queremos comprender con más detalle qué ha pasado para ser así, personas e inteligentes. Emilio Bruner, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, explica que el precúneo ha resultado ser la principal fuente de variación anatómica en la organización espacial del cerebro, influyendo sensiblemente con su forma y proporciones en la organización espacial de los hemisferios cerebrales.
En este estudio, los científicos han podido determinar cómo las funciones cognitivas asociadas a la precuña del cerebro contribuyen a integrar las informaciones cerebrales, que son internas, con las informaciones ambientales, que son externas. Representa por tanto un nudo importante para los procesos que generan autoconciencia y mente; queda por evaluar si tales variaciones morfológicas del precúneo pueden estar asociadas con variaciones en las capacidades cognitivas, explica Bruner. Esto cierra, aunque no del todo, investigaciones anteriores en las que también participó Bruner y en las que se descubrió que la geometría cerebral se alcanza en las primeras etapas de vida después del parto, en un estadio de desarrollo que está ausente tanto en chimpancés como en los Neandertales. También se descubrió que estas áreas representan un nudo fundamental en la organización de las redes del cerebro, y que tienen tipos de células diferentes de los otros primates, dice el experto.
Para el especialista en nutrigenómica y nutrigenética José María Ordovás, lo que nos hizo humanos fue la nutrición. A través de lo que comíamos nos diferenciamos de los primates no humanos. Teníamos una dieta pobre en calorías que nos limitaba por tener que estar masticando todo el día, lo que impedía el desarrollo del cerebro tanto por el tiempo empleado como por los nutrientes en sí, que eran escasos. Al colonizar los ríos nos encontramos con los omega 3, dice el científico. El crecimiento del cerebro humano es una mejora de la nutrición a lo largo de la evolución, a lo que hay que añadir la hipótesis del fuego, que permitió el inicio de la cocina y el aporte de nuevos nutrientes, explica Ordovás.
Respecto a la región cerebral objeto de estudio, en esta área del precúneo también se localizan los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer, lo que ha permitido a Bruner y a una colega alemana lanzar una hipótesis para interpretar la neurodegeneración asociada a esta patología en clave evolutiva.
Explicación:
resumiendo por esto :Por varias cosas, pero sobre todo por una región del cerebro llamada precúneo y por la alimentación
Respuesta:
ni idea
Explicación:
Verified answer
Respuesta:
Un reciente estudio realizado por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, publicado en Journal of Anatomy, determina la importancia de una parte del cerebro llamada precúneo o precuña, situada en el lóbulo parietal superior, que es responsable de la organización de los órganos. Si a esto sumamos la evolución en la alimentación, el resultado se llama Humano.
¿Qué no hizo humanos? ¿Por qué somos como somos? Sin duda tantos hallazgos y tantas evidencias científicas, tantos restos arqueológicos, tantos genomas muchas veces, lejos de despejar dudas, todo esto plantea otras mucho más profundas. Parece que la palabra evolución es una respuesta universal destinada a responder cualquier pregunta relacionada con el género humano y, si bien es cierta y adecuada, quizá se quede un poco escasa cuando queremos comprender con más detalle qué ha pasado para ser así, personas e inteligentes. Emilio Bruner, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, explica que el precúneo ha resultado ser la principal fuente de variación anatómica en la organización espacial del cerebro, influyendo sensiblemente con su forma y proporciones en la organización espacial de los hemisferios cerebrales.
En este estudio, los científicos han podido determinar cómo las funciones cognitivas asociadas a la precuña del cerebro contribuyen a integrar las informaciones cerebrales, que son internas, con las informaciones ambientales, que son externas. Representa por tanto un nudo importante para los procesos que generan autoconciencia y mente; queda por evaluar si tales variaciones morfológicas del precúneo pueden estar asociadas con variaciones en las capacidades cognitivas, explica Bruner. Esto cierra, aunque no del todo, investigaciones anteriores en las que también participó Bruner y en las que se descubrió que la geometría cerebral se alcanza en las primeras etapas de vida después del parto, en un estadio de desarrollo que está ausente tanto en chimpancés como en los Neandertales. También se descubrió que estas áreas representan un nudo fundamental en la organización de las redes del cerebro, y que tienen tipos de células diferentes de los otros primates, dice el experto.
Para el especialista en nutrigenómica y nutrigenética José María Ordovás, lo que nos hizo humanos fue la nutrición. A través de lo que comíamos nos diferenciamos de los primates no humanos. Teníamos una dieta pobre en calorías que nos limitaba por tener que estar masticando todo el día, lo que impedía el desarrollo del cerebro tanto por el tiempo empleado como por los nutrientes en sí, que eran escasos. Al colonizar los ríos nos encontramos con los omega 3, dice el científico. El crecimiento del cerebro humano es una mejora de la nutrición a lo largo de la evolución, a lo que hay que añadir la hipótesis del fuego, que permitió el inicio de la cocina y el aporte de nuevos nutrientes, explica Ordovás.
Respecto a la región cerebral objeto de estudio, en esta área del precúneo también se localizan los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer, lo que ha permitido a Bruner y a una colega alemana lanzar una hipótesis para interpretar la neurodegeneración asociada a esta patología en clave evolutiva.
Explicación:
resumiendo por esto :Por varias cosas, pero sobre todo por una región del cerebro llamada precúneo y por la alimentación
corona....... gracias