La recomendación principal es que hagas 2 desayunos. Sí, dos. Muchos le dedican poquísimo tiempo a esta comida –como ya dijimos, la más importante- así que desde ahora en adelante, le vas a tener que prestar más atención. La idea es que hagas un desayuno doble, por ejemplo, uno cuando te levantás a la mañana y otro durante la mitad de la mañana.
#2 Primero, el agua
Apenas te levantes, y con el estómago vacío, lo ideal es tomar un vaso mediano o grande de agua fresca. Y si podés agregarle unas gotas de jugo de limón, muchísimo mejor.
#3 Ahora sí, el desayuno
Este desayuno consiste en comer dos bananas y un vaso de yogur descremado. El yogur puede ser firme o bebible, eso no importa. Para las bananas, una buena opción es pisarlas y agregarles jugo de una naranja formando así un puré riquísimo.
#4 Después, el segundo
Cuando haya pasado una hora del primer desayuno, la recomendación es comer una pequeña porción de arroz o cereales sin azúcar, más dos huevos enteros o cocidos (atención, nunca fritos). Si se te complica comer arroz o cereales (porque estás en el trabajo, por ejemplo) podés optar por una rodaja de pan integral –fresco o tostado- acompañado por una feta de queso descremado.
#5 ¿Y el café?
Bueno, a esto vamos ahora. En realidad es una costumbre muy arraigada tomar café, té o chocolate mientras desayunamos. Pero la verdad es que no tiene ningún sentido. El ser humano, como los animales, no necesita beber ningún líquido para poder procesar los alimentos y una taza de té –o café- puede traer problemas, sobre todo en el aparato digestivo. Intentá dejar de lado el café o el té en el desayuno durante una semana y comprobá vos misma qué resultados le trae a tu cuerpo. Mejor probar con un vaso de agua o algún jugo de frutas.
Respuesta:
Paso a paso: el desayuno perfecto
#1 Por partida doble
La recomendación principal es que hagas 2 desayunos. Sí, dos. Muchos le dedican poquísimo tiempo a esta comida –como ya dijimos, la más importante- así que desde ahora en adelante, le vas a tener que prestar más atención. La idea es que hagas un desayuno doble, por ejemplo, uno cuando te levantás a la mañana y otro durante la mitad de la mañana.
#2 Primero, el agua
Apenas te levantes, y con el estómago vacío, lo ideal es tomar un vaso mediano o grande de agua fresca. Y si podés agregarle unas gotas de jugo de limón, muchísimo mejor.
#3 Ahora sí, el desayuno
Este desayuno consiste en comer dos bananas y un vaso de yogur descremado. El yogur puede ser firme o bebible, eso no importa. Para las bananas, una buena opción es pisarlas y agregarles jugo de una naranja formando así un puré riquísimo.
#4 Después, el segundo
Cuando haya pasado una hora del primer desayuno, la recomendación es comer una pequeña porción de arroz o cereales sin azúcar, más dos huevos enteros o cocidos (atención, nunca fritos). Si se te complica comer arroz o cereales (porque estás en el trabajo, por ejemplo) podés optar por una rodaja de pan integral –fresco o tostado- acompañado por una feta de queso descremado.
#5 ¿Y el café?
Bueno, a esto vamos ahora. En realidad es una costumbre muy arraigada tomar café, té o chocolate mientras desayunamos. Pero la verdad es que no tiene ningún sentido. El ser humano, como los animales, no necesita beber ningún líquido para poder procesar los alimentos y una taza de té –o café- puede traer problemas, sobre todo en el aparato digestivo. Intentá dejar de lado el café o el té en el desayuno durante una semana y comprobá vos misma qué resultados le trae a tu cuerpo. Mejor probar con un vaso de agua o algún jugo de frutas.
Explicación: