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La literatura de ciencia ficción, enmarcada por un lado desde el imaginario de la emigración cubana y por otro desde la ilustración como medio para resaltar las raíces caribeñas, fue lo discutido en el panel Diálogos desde afuera, llevado a cabo en el Segundo Congreso de Ciencia Ficción y Literatura Fantástica del Caribe en el Recinto de Río Piedras. La escritora de ciencia ficción cubana, Anabel Enríquez Piñero, explicó en su ponencia que después de 1960 la emigración se vuelve un proceso palpable en Cuba reflejado en la literatura de la Isla, específicamente en las letras relacionadas con la ciencia ficción. Un ejemplo de esto es que “los temas principales de este género literario que ilustran la emigración cubana son: los cataclismos planetarios que significan la partida; las naves generacionales que representan el viaje; y la terraformación y colonización de nuevos mundos por razones de supervivencia como especie, que significan la llegada y el establecimiento”. Algunas producciones literarias cubanas que representan esto son El Año 200 (1990) y Espiral (1980) del reconocido escritor cubano de ciencia ficción, Agustín de Rojas. De igual forma, Enríquez mencionó que algunas características de las representaciones de la emigración en el imaginario de la ciencia ficción cubana de los 2000 son el viaje como fatalidad, el entremedio de la cultura como realidad del personaje emigrado y la construcción de escenarios migratorios imaginarios, dado que todos los novelistas han escrito desde la Isla. Por otra parte, Edison Montero, ilustrador dominicano de fantasía y ciencia ficción, y fundador de la primera compañía de cómics de República Dominicana, explicó cómo desde la ciencia ficción se afecta el imaginario colectivo y la cultura popular al ejemplificar que “Frank R. Paul, reconocido ilustrador de este tipo de género, visualizó el platillo volador como lo conocemos actualmente. Lo mismo sucedió con los marcianos y la imagen de súper héroe, del cual hay un canon estético en la visión general”. En otro aspecto, Montero habló de su experiencia ilustrativa y cómo la literatura de ciencia ficción caribeña se puede ilustrar desde diferentes ángulos. Por ejemplo, el artista explicó que le gusta dibujar el Caribe desde una estética internacional, por lo que una ilustración suya de la diosa taína Atabey está influenciada por el imaginario de Disney y los rasgos físicos de sus personajes. Así mismo, el ilustrador dibuja lo que él denomina como el Caribe visto a través de sus propios ojos. Para esto utiliza elementos de la cultura taína y africana y los combina con visiones futuristas. “Me gusta visualizar de una manera diferente nuestras raíces caribeñas. Por ejemplo, tomo el concepto de cemí taíno y lo convierto en una nave espacial, o yo desde el Caribe veo una Eva con nuestros rasgos, por lo que dibujo una mujer chamán con elementos de nuestra cultura”, señaló Montero, quien realiza las ilustraciones para los libros del escritor dominicano Odilius Vlak y fue escogido para ilustrar la portada de la revista Tiempos Oscuros nº4. El Segundo Congreso de Ciencia Ficción y Literatura Fantástica del Caribe, auspiciado por la Facultad de Estudios Generales y el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), se llevó a cabo del 19 al 21 de octubre en el Anfiteatro # 3 de la facultad y contó con la participación de escritores internacionales expertos en ciencia ficción.