Cuenta la leyenda antiquísima de los helenos que Eneas, príncipe de Dardania, escapó de la destrucción de Troya cargando a su padre, Anquises, sobre sus hombros y a su hijo Ascanio, aunque perdió en la fuga a su esposa, Creúsa, hija del rey Príamo. Esto sucedió en torno a 1184 a. C. según el erudito antiguo Eratóstenes, tras diez años de conflicto.[5] Tres décadas después y tras varios periplos, Ascanio fundó la urbe de Alba Longa de la que fue su primer rey. Cuatro siglos después vendría el tiempo del rey Numitor.
Numitor fue destituido por su hermano Amulio, que acabó con todos los hijos varones de aquel y convirtió a su única hija, Rea Silvia, en una virgen vestal para que así, al tener un voto de castidad, no tuviera descendientes,[7] pero el dios de la guerra, Marte, se enamoró de la bella muchacha y la sedujo; de su unión se engendraron dos gemelos, Rómulo y Remo.[8] Varrón llegó incluso a calcular las fechas exactas de cuándo fueron concebidos (24 de junio de 772 a. C.) y de su nacimiento (24 de marzo de 771 a. C.).[9]
Amulio, temeroso de tener en el futuro dos posibles rivales, ordenó su asesinato, pero el hombre encargado del infanticidio no pudo cometerlo y los abandonó a su suerte en el río Tíber.[10] La corriente llevó la cesta en que estaban cobijados a un pantano llamado Velabrum, en un lugar entre las colinas Palatino y Capitolio llamado Cermalus. Ahí fueron cuidados y alimentados por una loba llamada Luperca y un pájaro carpintero, los animales sagrados de Marte. Poco después los encontró el pastor Fáustulo, que era porquerizo de Amulio, y decidió criar en secreto a los niños junto con su esposa Acca Larentia. Sólo cuando crecieron les reveló su verdadera identidad y ellos decidieron hacer justicia. Mataron a Amulio y liberaron de su encierro a su abuelo, que fue repuesto en su trono.
Fundación de Roma Editar
Artículo principal: Fundación de Roma
Rómulo y Remo partieron de Alba Longa, pues querían gobernar, pero no derrocar a su abuelo. Marcharon al lugar donde el pastor los había encontrado y ahí discutieron dónde fundar su ciudad: Rómulo quería construir Roma en el Monte Palatino y Remo Remoria en el Aventino. Además, la ley de la primogenitura no podía aplicarse en este caso, por lo que los nuevos habitantes debían elegir al rey de otra manera. Se decidió que el que viera más buitres ganaría el mando. Remo vio seis pero Rómulo el doble y triunfó. Rómulo trazó los límites de la ciudad y ordenó que nadie los traspasara durante las ceremonias, pero Remo lo desafió y los traspasó, por lo que tuvieron una discusión que rápidamente degeneró en pelea. Remo resultó herido y murió poco después a causa de las heridas. Rómulo enterró a su hermano en el lugar donde quería fundar Remoria. Roma fue fundada oficialmente entonces el 21 de abril de 753 a. C.
La nueva ciudad se fue llenando de refugiados y prófugos de ciudades vecinas y tierras aún más lejanas, tanto hombres libres como esclavos, probablemente también campesinos y pastores de las cercanías. Debido a la diversidad de su gente, Rómulo decidió organizarlos en un solo cuerpo político, promulgar leyes y crear costumbres comunes y eligió a los primeros cien patres, que el rey nombró senadores y cuyos descendientes serán los patricios.
Explicación:
Cuenta la leyenda antiquísima de los helenos que Eneas, príncipe de Dardania, escapó de la destrucción de Troya cargando a su padre, Anquises, sobre sus hombros y a su hijo Ascanio, aunque perdió en la fuga a su esposa, Creúsa, hija del rey Príamo. Esto sucedió en torno a 1184 a. C. según el erudito antiguo Eratóstenes, tras diez años de conflicto.[5] Tres décadas después y tras varios periplos, Ascanio fundó la urbe de Alba Longa de la que fue su primer rey. Cuatro siglos después vendría el tiempo del rey Numitor.
Numitor fue destituido por su hermano Amulio, que acabó con todos los hijos varones de aquel y convirtió a su única hija, Rea Silvia, en una virgen vestal para que así, al tener un voto de castidad, no tuviera descendientes,[7] pero el dios de la guerra, Marte, se enamoró de la bella muchacha y la sedujo; de su unión se engendraron dos gemelos, Rómulo y Remo.[8] Varrón llegó incluso a calcular las fechas exactas de cuándo fueron concebidos (24 de junio de 772 a. C.) y de su nacimiento (24 de marzo de 771 a. C.).[9]
Amulio, temeroso de tener en el futuro dos posibles rivales, ordenó su asesinato, pero el hombre encargado del infanticidio no pudo cometerlo y los abandonó a su suerte en el río Tíber.[10] La corriente llevó la cesta en que estaban cobijados a un pantano llamado Velabrum, en un lugar entre las colinas Palatino y Capitolio llamado Cermalus. Ahí fueron cuidados y alimentados por una loba llamada Luperca y un pájaro carpintero, los animales sagrados de Marte. Poco después los encontró el pastor Fáustulo, que era porquerizo de Amulio, y decidió criar en secreto a los niños junto con su esposa Acca Larentia. Sólo cuando crecieron les reveló su verdadera identidad y ellos decidieron hacer justicia. Mataron a Amulio y liberaron de su encierro a su abuelo, que fue repuesto en su trono.
Fundación de Roma Editar
Artículo principal: Fundación de Roma
Rómulo y Remo partieron de Alba Longa, pues querían gobernar, pero no derrocar a su abuelo. Marcharon al lugar donde el pastor los había encontrado y ahí discutieron dónde fundar su ciudad: Rómulo quería construir Roma en el Monte Palatino y Remo Remoria en el Aventino. Además, la ley de la primogenitura no podía aplicarse en este caso, por lo que los nuevos habitantes debían elegir al rey de otra manera. Se decidió que el que viera más buitres ganaría el mando. Remo vio seis pero Rómulo el doble y triunfó. Rómulo trazó los límites de la ciudad y ordenó que nadie los traspasara durante las ceremonias, pero Remo lo desafió y los traspasó, por lo que tuvieron una discusión que rápidamente degeneró en pelea. Remo resultó herido y murió poco después a causa de las heridas. Rómulo enterró a su hermano en el lugar donde quería fundar Remoria. Roma fue fundada oficialmente entonces el 21 de abril de 753 a. C.
La nueva ciudad se fue llenando de refugiados y prófugos de ciudades vecinas y tierras aún más lejanas, tanto hombres libres como esclavos, probablemente también campesinos y pastores de las cercanías. Debido a la diversidad de su gente, Rómulo decidió organizarlos en un solo cuerpo político, promulgar leyes y crear costumbres comunes y eligió a los primeros cien patres, que el rey nombró senadores y cuyos descendientes serán los patricios.