Se identifica con el denominado ciclo demográfico antiguo o preindustrial, caracterizado por la alta mortalidad y alta natalidad que permitieron un débil crecimiento con fluctuaciones recurrentes, incluyendo verdaderas crisis demográficas debidas a episodios de mortalidad catastrófica.
La demografía de España en esta época carece de censos de población modernos y fiables, que se esbozarían a finales del siglo XVIII y se afianzarían a mediados del siglo XIX.
Se identifica con el denominado ciclo demográfico antiguo o preindustrial, caracterizado por la alta mortalidad y alta natalidad que permitieron un débil crecimiento con fluctuaciones recurrentes, incluyendo verdaderas crisis demográficas debidas a episodios de mortalidad catastrófica.
La demografía de España en esta época carece de censos de población modernos y fiables, que se esbozarían a finales del siglo XVIII y se afianzarían a mediados del siglo XIX.