Las flautas dulces existen desde hace milenios. Es difícil determinar cuándo apareció el antecesor de nuestra flauta travesera moderna, pero es seguro que los dos tipos han existido desde siempre en todos los pueblos. Por tanto, podemos afirmar que es un instrumento universal.
La flauta - sea dulce o travesera -, es un instrumento de viento por excelencia como lo indica su nombre, el cual proviene etimológicamente del latín “flatus”(aliento, viento, soplar). Al igual que en el resto de los instrumentos aerófonos, el sonido se produce al poner en vibración una columna de aire. Según el volumen de aire que vibre, la flauta producirá un sonido más agudo o más grave. El mecanismo mediante el cual se regula la longitud de la columna de aire en vibración puede ser de llaves o manual.
En este instrumento, el intérprete se halla más inmediatamente ligado al mismo que otros músicos, pues produce los sonidos con su propio aliento, elemento vital primario. El ser humano se extingue con su “último aliento”, y sus expresiones más inmediatas aparecen derivadas de la transformación del aliento en sonidos: risa, alegría, suspiros…
Las flautas dulces existen desde hace milenios. Es difícil determinar cuándo apareció el antecesor de nuestra flauta travesera moderna, pero es seguro que los dos tipos han existido desde siempre en todos los pueblos. Por tanto, podemos afirmar que es un instrumento universal.
La flauta - sea dulce o travesera -, es un instrumento de viento por excelencia como lo indica su nombre, el cual proviene etimológicamente del latín “flatus”(aliento, viento, soplar). Al igual que en el resto de los instrumentos aerófonos, el sonido se produce al poner en vibración una columna de aire. Según el volumen de aire que vibre, la flauta producirá un sonido más agudo o más grave. El mecanismo mediante el cual se regula la longitud de la columna de aire en vibración puede ser de llaves o manual.
En este instrumento, el intérprete se halla más inmediatamente ligado al mismo que otros músicos, pues produce los sonidos con su propio aliento, elemento vital primario. El ser humano se extingue con su “último aliento”, y sus expresiones más inmediatas aparecen derivadas de la transformación del aliento en sonidos: risa, alegría, suspiros…