Aunque no lo parezca, son animales. Las esponjas utilizadas para el baño son en realidad los esqueletos de estas criaturas. Los miembros de la familia de los poríferos tienen forma de saco provisto de numerosos agujeros o poros que forman una red de túneles. Cada saco está revestido de coanocitos, células que forman el tejido digestivo del animal, las cuales capturan las partículas nutritivas del agua, empujadas al interior por largos y finos pelos que también crecen dentro.
Las esponjas al nacer tienen forma de larvas que se desarrollan en los tejidos mesodérmicos, pequeñas celdas al interior de la esponja madre. Estas larvas son como pequeñas bolsas de gelatina cubiertas por flecos de pelos muy finos conocidos como cilios. Estos flecos actúan como remos para el desplazamiento de la criatura, la cual nada a la deriva por algún tiempo hasta cansarse, y si sobrevive a los depredadores se hundirá hasta el fondo del mar y se asentará en una roca, concha o cualquier otra base sólida y firme donde pasará el resto de su existencia.
Casi todas las esponjas poseen un esqueleto endurecido con la proteína colágeno, que en muchos casos se encuentra reforzado por extremidades calcáreas (de calcio) o silíceas. Los ejemplares fósiles más antiguos se remontan a 600 millones de años, y son un grupo distribuido con más de 5,000 especies. Las esponjas de baño se encuentran en los mares cálidos; las especies más finas proceden de las Antillas y el mar Mediterráneo. Se les llama esponjas ceratospongias por el suave y elástico tejido que las compone.
Actualmente, junto con las esponjas sintéticas, se aprecia un renacer de los modelos cultivados por procedimientos naturales. Las esponjas vegetales se venden en farmacias y herboristerías
Aunque no lo parezca, son animales. Las esponjas utilizadas para el baño son en realidad los esqueletos de estas criaturas. Los miembros de la familia de los poríferos tienen forma de saco provisto de numerosos agujeros o poros que forman una red de túneles. Cada saco está revestido de coanocitos, células que forman el tejido digestivo del animal, las cuales capturan las partículas nutritivas del agua, empujadas al interior por largos y finos pelos que también crecen dentro.
Las esponjas al nacer tienen forma de larvas que se desarrollan en los tejidos mesodérmicos, pequeñas celdas al interior de la esponja madre. Estas larvas son como pequeñas bolsas de gelatina cubiertas por flecos de pelos muy finos conocidos como cilios. Estos flecos actúan como remos para el desplazamiento de la criatura, la cual nada a la deriva por algún tiempo hasta cansarse, y si sobrevive a los depredadores se hundirá hasta el fondo del mar y se asentará en una roca, concha o cualquier otra base sólida y firme donde pasará el resto de su existencia.
Casi todas las esponjas poseen un esqueleto endurecido con la proteína colágeno, que en muchos casos se encuentra reforzado por extremidades calcáreas (de calcio) o silíceas. Los ejemplares fósiles más antiguos se remontan a 600 millones de años, y son un grupo distribuido con más de 5,000 especies. Las esponjas de baño se encuentran en los mares cálidos; las especies más finas proceden de las Antillas y el mar Mediterráneo. Se les llama esponjas ceratospongias por el suave y elástico tejido que las compone.
Actualmente, junto con las esponjas sintéticas, se aprecia un renacer de los modelos cultivados por procedimientos naturales. Las esponjas vegetales se venden en farmacias y herboristerías