Es un tipo de nacionalismo en el que la nación está determinada en los términos de una etnia. Dicho fundamento incluye una cultura compartida entre los miembros de un grupo con sus ancestros.
Grupos étnicos enteros se segmentan y se auto-determinan. Dicha auto-determinación les da carácter autónomo, llegando a separarlos dentro de una misma sociedad.
Reclaman una patria común basada en su etnia y defienden su autonomía El nacionalismo étnico defiende la postura de los grupos étnicos apelan a su legitimidad basada en la “patria materna” de dicho grupo.
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Nacionalismo cultural
La cultura es el factor base que une a la nación. La incorporación a este tipo de nacionalismo no es totalmente voluntaria, si se considera que adquirir una cultura forma parte de haber nacido y sido criado en determinada cultura.
En el nacionalismo cultural los progenitores no le hereda a su prole, hijos, de manera automática este tipo de nacionalismo. De hecho, un hijo de un nacional, criado en otra cultura, puede considerarse “extranjero”.
No se puede considerar como un nacionalismo étnico o cívico, particularmente, porque conlleva la adhesión del individuo a una cultura particular, no dadas tácitamente por haber nacido en determinado territorio o impuesta por el Estado.
Existen algunas fuentes que citan autores, filósofos políticos, tales como Ernest Renant y John Stuard Mill, que consideran el nacionalismo cultural como parte del nacionalismo cívico.
Nacionalismo religioso
Considerado por algunos pensadores como un particularismo, el nacionalismo religioso aplica el ideal nacionalista a una religión, en particular, dogmas o afiliación.
Este tipo de nacionalismo se puede ver desde dos perspectivas, en primer lugar se ve la religión compartida como un ente unificador en la unidad nacional.
En segundo lugar, se puede ver la politización de la religión en determinada nación, acentuando la influencia de la religión en la política. El nacionalismo religioso no implica, necesariamente, la tendencia a luchar contra otras religiones.
Puede verse como una respuesta al nacionalismo secular, no religioso. Resulta peligroso cuando el estado basa su legitimidad política, en su totalidad, sobre doctrinas religiosas, lo cual puede abrir puertas a instituciones o líderes que atraen a sus seguidores a interpretaciones teológicas del ámbito político.
Nacionalismo económico
Basa su ideología en mecanismos de dependencia económica. Mantiene la postura de que los sectores de producción y las empresas básicas de la economía, estén en manos de capitales nacionales, a veces estatales, cuando el sector privado no está en capacidad o condiciones de suplir a la nación.
Es un tipo de nacionalismo que surgió en el siglo XX, cuando algunos países crearon empresas estatales con el fin de explotar recursos estratégicos.
Por ejemplo, la creación del YPF (yacimiento prolíferos fiscales), empresa argentina que se dedicó a la explotación, destilación, distribución y venta del petróleo y productos filiales, encontrados en ese país, en 1922.
Otros ejemplos sobresalientes: la nacionalización del petróleo en Irán, en 1951, la nacionalización del cobre en Chile, en 1971.
Nacionalismo étnico
Es un tipo de nacionalismo en el que la nación está determinada en los términos de una etnia. Dicho fundamento incluye una cultura compartida entre los miembros de un grupo con sus ancestros.
Grupos étnicos enteros se segmentan y se auto-determinan. Dicha auto-determinación les da carácter autónomo, llegando a separarlos dentro de una misma sociedad.
Reclaman una patria común basada en su etnia y defienden su autonomía El nacionalismo étnico defiende la postura de los grupos étnicos apelan a su legitimidad basada en la “patria materna” de dicho grupo.
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Nacionalismo cultural
La cultura es el factor base que une a la nación. La incorporación a este tipo de nacionalismo no es totalmente voluntaria, si se considera que adquirir una cultura forma parte de haber nacido y sido criado en determinada cultura.
En el nacionalismo cultural los progenitores no le hereda a su prole, hijos, de manera automática este tipo de nacionalismo. De hecho, un hijo de un nacional, criado en otra cultura, puede considerarse “extranjero”.
No se puede considerar como un nacionalismo étnico o cívico, particularmente, porque conlleva la adhesión del individuo a una cultura particular, no dadas tácitamente por haber nacido en determinado territorio o impuesta por el Estado.
Existen algunas fuentes que citan autores, filósofos políticos, tales como Ernest Renant y John Stuard Mill, que consideran el nacionalismo cultural como parte del nacionalismo cívico.
Nacionalismo religioso
Considerado por algunos pensadores como un particularismo, el nacionalismo religioso aplica el ideal nacionalista a una religión, en particular, dogmas o afiliación.
Este tipo de nacionalismo se puede ver desde dos perspectivas, en primer lugar se ve la religión compartida como un ente unificador en la unidad nacional.
En segundo lugar, se puede ver la politización de la religión en determinada nación, acentuando la influencia de la religión en la política. El nacionalismo religioso no implica, necesariamente, la tendencia a luchar contra otras religiones.
Puede verse como una respuesta al nacionalismo secular, no religioso. Resulta peligroso cuando el estado basa su legitimidad política, en su totalidad, sobre doctrinas religiosas, lo cual puede abrir puertas a instituciones o líderes que atraen a sus seguidores a interpretaciones teológicas del ámbito político.
Nacionalismo económico
Basa su ideología en mecanismos de dependencia económica. Mantiene la postura de que los sectores de producción y las empresas básicas de la economía, estén en manos de capitales nacionales, a veces estatales, cuando el sector privado no está en capacidad o condiciones de suplir a la nación.
Es un tipo de nacionalismo que surgió en el siglo XX, cuando algunos países crearon empresas estatales con el fin de explotar recursos estratégicos.
Por ejemplo, la creación del YPF (yacimiento prolíferos fiscales), empresa argentina que se dedicó a la explotación, destilación, distribución y venta del petróleo y productos filiales, encontrados en ese país, en 1922.
Otros ejemplos sobresalientes: la nacionalización del petróleo en Irán, en 1951, la nacionalización del cobre en Chile, en 1971.