En abril de 1519, Hernán Cortés, anteriormente el jefe magistrado de Santiago de Cuba, tomó tierra en la costa de México en un punto que nombró Veracruz con aproximadamente 450 soldados. En un principio, Cortés estaba patrocinado por el gobernador de Cuba, Diego Velázquez. Velázquez mandó a Cortés dirigir una expedición en México después de que los informes de unas pocas expediciones iniciales al Yucatán captaran el interés de los colonizadores españoles en Cuba.8 Sin embargo, al poco tiempo Velázquez revocó la autoridad de Cortés y envió una gran fuerza bajo el mando de Pánfilo de Narváez para arrestar a Cortés. De acuerdo con el sistema judicial español, Cortés carecía de autoridad legal para llevar a cabo su plan, un hecho que volvería más tarde para atormentarle en su regreso a España.
Según se adentraba, Cortés pronto se encontró con una serie de tribus en contra del mandato mexica; Cortés realizó escaramuzas con algunos de estos pobladores, como los Totonacas y los Tlaxcaltecas. Bernal Díaz del Castillo escribió que probablemente no habrían sobrevivido si fuera por Xicohténcatl el viejo, pero triunfó el deseo de una alianza de Maxixcatzin, quien optó por aceptar la alianza con Cortés y contra los Mexicas.9 los españoles. Es posible que temiera perder su vida o su poder político, aunque también podría haber sido un movimiento estratégico, con el fin de recabar más información sobre los españoles o esperar al cambio de estación para atacar. Sin embargo, no llevó a cabo ninguna de estas acciones incluso a pesar de los consejos de altos líderes militares como su hermano Cuitláhuac y su sobrino Cacamatzin. Con Moctezuma cautivo, Cortés no necesitó preocuparse por ataques o falta de suministros. Asimismo, asumió que podría controlar a los mexicas a través de Moctezuma. No obstante, Cortés desconocía los sistemas de gobierno de los mexicas; Moctezuma no era todopoderoso, como imaginaba Cortés. El acceso al trono y su mantenimiento dependían de la habilidad para gobernar, pudiendo ser reemplazado fácilmente por otro noble si fallaba. Al primer signo de debilidad, los nobles mexicas tenían la responsabilidad de rebelarse. A medida que Moctezuma cumplía las demandas de Cortés, como reunir tributos para los españoles, su autoridad iba disminuyendo, y su gente comenzaba a volverse en su contra rápidamente.
En abril de 1519, Hernán Cortés, anteriormente el jefe magistrado de Santiago de Cuba, tomó tierra en la costa de México en un punto que nombró Veracruz con aproximadamente 450 soldados. En un principio, Cortés estaba patrocinado por el gobernador de Cuba, Diego Velázquez. Velázquez mandó a Cortés dirigir una expedición en México después de que los informes de unas pocas expediciones iniciales al Yucatán captaran el interés de los colonizadores españoles en Cuba.8 Sin embargo, al poco tiempo Velázquez revocó la autoridad de Cortés y envió una gran fuerza bajo el mando de Pánfilo de Narváez para arrestar a Cortés. De acuerdo con el sistema judicial español, Cortés carecía de autoridad legal para llevar a cabo su plan, un hecho que volvería más tarde para atormentarle en su regreso a España.
Según se adentraba, Cortés pronto se encontró con una serie de tribus en contra del mandato mexica; Cortés realizó escaramuzas con algunos de estos pobladores, como los Totonacas y los Tlaxcaltecas. Bernal Díaz del Castillo escribió que probablemente no habrían sobrevivido si fuera por Xicohténcatl el viejo, pero triunfó el deseo de una alianza de Maxixcatzin, quien optó por aceptar la alianza con Cortés y contra los Mexicas.9 los españoles. Es posible que temiera perder su vida o su poder político, aunque también podría haber sido un movimiento estratégico, con el fin de recabar más información sobre los españoles o esperar al cambio de estación para atacar. Sin embargo, no llevó a cabo ninguna de estas acciones incluso a pesar de los consejos de altos líderes militares como su hermano Cuitláhuac y su sobrino Cacamatzin. Con Moctezuma cautivo, Cortés no necesitó preocuparse por ataques o falta de suministros. Asimismo, asumió que podría controlar a los mexicas a través de Moctezuma. No obstante, Cortés desconocía los sistemas de gobierno de los mexicas; Moctezuma no era todopoderoso, como imaginaba Cortés. El acceso al trono y su mantenimiento dependían de la habilidad para gobernar, pudiendo ser reemplazado fácilmente por otro noble si fallaba. Al primer signo de debilidad, los nobles mexicas tenían la responsabilidad de rebelarse. A medida que Moctezuma cumplía las demandas de Cortés, como reunir tributos para los españoles, su autoridad iba disminuyendo, y su gente comenzaba a volverse en su contra rápidamente.