Respuesta:El 8 de febrero de 1909 el Congreso sancionó la Ley 6.286 sobre la celebración de la Revolución de Mayo.
Los festejos se llevaron a cabo bajo el estado de sitio declarado por el entonces Presidente José Figueroa Alcorta,5 a causa del sabotaje y boicot que movimientos anarquistas buscaban realizar al mismo.6
Ello no fue óbice para durante las celebraciones por el Centenario Argentino llegaran a Buenos Aires, la capital de la República y el epicentro de los festejos, embajadores y comitivas especiales para tan importante acontecimiento, que fueron recibidos por el presidente José Figueroa Alcorta y alojados
El presidente de la República Argentina, José Figueroa Alcorta se dirige al Tedeum en la Catedral Metropolitana durante los festejos del Centenario Argentino.
La visita más esperada fue la de la Infanta Isabel de Borbón, tía del rey Alfonso XIII de España, quien se hospedó con toda la pompa en el palacio de la familia Bary, en la avenida Alvear y que inaugurara un nuevo edificio conocido como el Palacio Vera.
El movimiento obrero propuso exponer la situación de la clase trabajadora e iniciar movimientos huelguísticos reclamando la derogación de la Ley de Residencia y la libertad a los presos sociales y políticos. Estas demandas respondían a la represión que los trabajadores y sus dirigentes venían sufriendo como respuesta a luchas, como las de la Semana Roja, un año antes, contra las condiciones brutales de explotación que vivían.
El 1° de mayo de 1910 la FORA reunía 70.000 trabajadores en la plaza Colón. Se lanzó la huelga general por tiempo indeterminado para el 18 de mayo.
En vísperas del Centenario desde el día 13 comenzaron las detenciones en masa, y fueron apresados dirigentes obreros y los redactores de los diarios La Protesta y La Batalla.
Arribaron también mandatarios de países hermanos como Pedro Montt, presidente de Chile y Eugenio Larraburu, vicepresidente del Perú.
Italia fue representada por el profesor Ferdinando Martini y Alemania por el General Colmar von der Goltz.
El gobernador de Cuba tras la guerra hispanoamericana, Leonard Wood, delegado de Estados Unidos, llegó con una formación de cuatro cruceros y también un miembro de la familia real del Imperio del Japón, Eki Mocki.
Vinieron además representaciones de Uruguay, Paraguay, Francia, Rusia y Holanda. Estos estados participantes asistieron a los diversos desfiles castrences.
Gran Bretaña justificó su inasistencia debido al fallecimiento del Rey Eduardo VII.
Al ya inaugurado imponente Teatro Colón le siguieron las obras para la terminación del Palacio del Congreso y las correspondientes al Palacio de Tribunales. [cita requerida]
El día 24 de mayo, el novísimo Teatro Colón fue el escenario de una gran función de la lírica en donde fue cantada la obra Rigoletto por Titta Ruffo, el impresionante barítono italiano. A su vez Carlos Thays, el arquitecto y paisajista francés era reconocido a nivel mundial por el embellecimiento del Parque Tres de Febrero y la construcción del Parque Centenario. Al mismo tiempo la tienda Gath y Chaves abría las puertas al público, ofreciendo toda clase de bienes.
Pero los festejos por el primer siglo de la Revolución de Mayo no solamente fueron a nivel estatal sino que también se sumó la Iglesia con celebraciones litúrgicas.
Además llegaron a Argentina intelectuales, escritores y periodistas: Ramón del Valle Inclán, Jacinto Benavente, Vicente Blasco Ibáñez -estos tres, españoles-, Georges Clemenceau, Jean Jaurès, Anatole France y Jules Huret -estos cuatro últimos, franceses-. Rubén Darío, poeta nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española, también estuvo presente.
Arribaron asimismo Enrico Ferri, político, criminólogo y sociólogo; Pietro Gori, abogado, escritor y anarquista y Gina Lombroso, hija de Cesare Lombroso, médico, criminólogo y máximo representante del positivismo criminológico, todos ellos, italianos.
Las artes escénicas estuvieron representadas por Isadora Duncan, bailarina y coreógrafa estadounidense y Marguerite Moreno, la reconocida actriz francesa de teatro y cine.
El Centenario también tuvo un fuerte impacto en la historiografía de la Argentina. Debido a la creciente afluencia de inmigrantes procedentes de lugares muy diferentes, se consideró que era necesario definir claramente una identidad "argentina". Los temas visto desde un punto de vista canónico, como la Guerra de Independencia, comenzaron a ser observados desde múltiples perspectivas.7
En septiembre de aquel año también visitó el país el científico italiano Guillermo Marconi, ingeniero eléctrico, empresario e inventor quien había obtenido el Premio Nobel de Física en 1909.
El físico Albert Einstein, sorprendido por la preeminente ubicación alcanzada a nivel mundial, en sus cien primeros años de historia, por Argentina y la ciudad de Buenos Aires, en particular se preguntó:
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iaribrieba
si quieres resumirlo solo ve al buscador y busca resumir textos, te van a aparecer muchos, yo recomiendo uno que es tio conejo :)
Respuesta:El 8 de febrero de 1909 el Congreso sancionó la Ley 6.286 sobre la celebración de la Revolución de Mayo.
Los festejos se llevaron a cabo bajo el estado de sitio declarado por el entonces Presidente José Figueroa Alcorta,5 a causa del sabotaje y boicot que movimientos anarquistas buscaban realizar al mismo.6
Ello no fue óbice para durante las celebraciones por el Centenario Argentino llegaran a Buenos Aires, la capital de la República y el epicentro de los festejos, embajadores y comitivas especiales para tan importante acontecimiento, que fueron recibidos por el presidente José Figueroa Alcorta y alojados
El presidente de la República Argentina, José Figueroa Alcorta se dirige al Tedeum en la Catedral Metropolitana durante los festejos del Centenario Argentino.
La visita más esperada fue la de la Infanta Isabel de Borbón, tía del rey Alfonso XIII de España, quien se hospedó con toda la pompa en el palacio de la familia Bary, en la avenida Alvear y que inaugurara un nuevo edificio conocido como el Palacio Vera.
El movimiento obrero propuso exponer la situación de la clase trabajadora e iniciar movimientos huelguísticos reclamando la derogación de la Ley de Residencia y la libertad a los presos sociales y políticos. Estas demandas respondían a la represión que los trabajadores y sus dirigentes venían sufriendo como respuesta a luchas, como las de la Semana Roja, un año antes, contra las condiciones brutales de explotación que vivían.
El 1° de mayo de 1910 la FORA reunía 70.000 trabajadores en la plaza Colón. Se lanzó la huelga general por tiempo indeterminado para el 18 de mayo.
En vísperas del Centenario desde el día 13 comenzaron las detenciones en masa, y fueron apresados dirigentes obreros y los redactores de los diarios La Protesta y La Batalla.
Arribaron también mandatarios de países hermanos como Pedro Montt, presidente de Chile y Eugenio Larraburu, vicepresidente del Perú.
Italia fue representada por el profesor Ferdinando Martini y Alemania por el General Colmar von der Goltz.
El gobernador de Cuba tras la guerra hispanoamericana, Leonard Wood, delegado de Estados Unidos, llegó con una formación de cuatro cruceros y también un miembro de la familia real del Imperio del Japón, Eki Mocki.
Vinieron además representaciones de Uruguay, Paraguay, Francia, Rusia y Holanda. Estos estados participantes asistieron a los diversos desfiles castrences.
Gran Bretaña justificó su inasistencia debido al fallecimiento del Rey Eduardo VII.
Al ya inaugurado imponente Teatro Colón le siguieron las obras para la terminación del Palacio del Congreso y las correspondientes al Palacio de Tribunales. [cita requerida]
El día 24 de mayo, el novísimo Teatro Colón fue el escenario de una gran función de la lírica en donde fue cantada la obra Rigoletto por Titta Ruffo, el impresionante barítono italiano. A su vez Carlos Thays, el arquitecto y paisajista francés era reconocido a nivel mundial por el embellecimiento del Parque Tres de Febrero y la construcción del Parque Centenario. Al mismo tiempo la tienda Gath y Chaves abría las puertas al público, ofreciendo toda clase de bienes.
Pero los festejos por el primer siglo de la Revolución de Mayo no solamente fueron a nivel estatal sino que también se sumó la Iglesia con celebraciones litúrgicas.
Además llegaron a Argentina intelectuales, escritores y periodistas: Ramón del Valle Inclán, Jacinto Benavente, Vicente Blasco Ibáñez -estos tres, españoles-, Georges Clemenceau, Jean Jaurès, Anatole France y Jules Huret -estos cuatro últimos, franceses-. Rubén Darío, poeta nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española, también estuvo presente.
Arribaron asimismo Enrico Ferri, político, criminólogo y sociólogo; Pietro Gori, abogado, escritor y anarquista y Gina Lombroso, hija de Cesare Lombroso, médico, criminólogo y máximo representante del positivismo criminológico, todos ellos, italianos.
Las artes escénicas estuvieron representadas por Isadora Duncan, bailarina y coreógrafa estadounidense y Marguerite Moreno, la reconocida actriz francesa de teatro y cine.
El Centenario también tuvo un fuerte impacto en la historiografía de la Argentina. Debido a la creciente afluencia de inmigrantes procedentes de lugares muy diferentes, se consideró que era necesario definir claramente una identidad "argentina". Los temas visto desde un punto de vista canónico, como la Guerra de Independencia, comenzaron a ser observados desde múltiples perspectivas.7
En septiembre de aquel año también visitó el país el científico italiano Guillermo Marconi, ingeniero eléctrico, empresario e inventor quien había obtenido el Premio Nobel de Física en 1909.
El físico Albert Einstein, sorprendido por la preeminente ubicación alcanzada a nivel mundial, en sus cien primeros años de historia, por Argentina y la ciudad de Buenos Aires, en particular se preguntó: