Unos 115 millones de animales se emplean cada año en investigación científica, principalmente en EEUU, Japón, China, Australia, Francia, Canadá, Reino Unido, Alemania, Taiwán y Brasil, según una estimación de 2005 elaborada por la British Union for the Abolition of Vivisection y el Dr. Hadwen Trust for Humane Research. Aunque otros expertos cuestionan esta cifra, lo cierto es que la ciencia global continúa dependiendo en gran medida de la experimentación con animales, una práctica que provoca rechazo en ciertos sectores de la sociedad.
Resumimos el estado de la investigación con animales y sus perspectivas futuras en esta serie de preguntas y respuestas.
¿QUÉ ES LA VIVISECCIÓN? ¿TODAVÍA SE PRACTICA?
La vivisección es la disección de animales vivos con fines de investigación —originalmente sin anestesia, cuando ésta aún no existía—. En los animales se ha empleado profusamente a lo largo de la historia, dando lugar a relatos macabros como la vivisección a un perro practicada por el británico Robert Hooke en el siglo XVII para estudiar el funcionamiento de los pulmones, que horrorizó al propio autor.
En el siglo XIX comenzó a brotar un movimiento contrario a la vivisección que llevó en Reino Unido a la promulgación de las primeras leyes contra la crueldad hacia los animales. La versión de 1876 obligaba por primera vez al uso de anestesia en los experimentos.
El término vivisección hoy apenas se emplea en el ámbito científico y raramente se practica en su sentido original, pero organizaciones activistas suelen aplicarlo a toda experimentación con animales, incluso con el uso de anestesia o técnicas no invasivas. Aunque hoy la vivisección sin anestesia resultaría inadmisible, sí continúan practicándose intervenciones con sedación, sujetas a criterios generalizados de minimizar el daño y el estrés. Un ejemplo es la optogenética, una técnica consistente en implantar un cable de fibra óptica en el cerebro para estimular las neuronas con luz. El procedimiento no es doloroso para los animales y los científicos ven en esta técnica una herramienta fundamental para el estudio de las enfermedades neurológicas.
¿QUÉ POSTURAS TIENEN LOS DISTINTOS PAÍSES RESPECTO A LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL?
La mayoría de los países desarrollados cuentan con legislación que trata de minimizar el uso de animales de laboratorio y de limitar el dolor que se les inflige.
La Unión Europea se rige por la Directiva 2010/63/EU, traspuesta a la legislación de cada estado miembro y en vigor desde 2013. Esta normativa europea, considerada una de las más estrictas del mundo, cubre todos los vertebrados, incluyendo sus etapas fetales en el último tercio de su desarrollo, además de los cefalópodos. Establece estándares para el cuidado de los animales y de las instalaciones implicadas, que son sometidas a inspecciones periódicas. Además, regula la evaluación de cada proyecto para autorizar el uso de animales y promueve la investigación y aplicación de alternativas a la experimentación animal.
Tal vez la regulación más exigente del mundo sea la británica. La Animals (Scientific Procedures) Act de 1986, revisada en 2013, obliga a un análisis de coste-beneficio como requisito para autorizar los experimentos con animales —algo que también contempla la ley alemana—, además de personalizar las licencias para los investigadores y técnicos que realizan estos ensayos. La mayoría de los países desarrollados cuentan con legislación que trata de minimizar el uso de animales de laboratorio. Crédito: Understanding Animal Research En EEUU la única ley federal al respecto es la Animal Welfare Act (AWA) de 1966, que adolece de una seria carencia al excluir a los ratones y ratas de laboratorio, los animales más utilizados en experimentación, dejando fuera también a aves y peces. Según el instituto de bioética The Hastings Center, esto supone que la AWA no cubre el 95% de los animales empleados en los laboratorios, aunque estas especies están contempladas en otras normativas no federales.
Otros países como Australia o Brasil cuentan también con regulación en la materia. En Canadá es competencia de los gobiernos provinciales. En Japón, una entidad local denunció en 2011 un cumplimiento deficiente de las directivas legales al respecto. China aprobó en 2006 la primera legislación amplia a nivel nacional sobre bienestar de los animales de laboratorio, que se complementa con otras directrices locales e institucionales.
Respuesta:
Unos 115 millones de animales se emplean cada año en investigación científica, principalmente en EEUU, Japón, China, Australia, Francia, Canadá, Reino Unido, Alemania, Taiwán y Brasil, según una estimación de 2005 elaborada por la British Union for the Abolition of Vivisection y el Dr. Hadwen Trust for Humane Research. Aunque otros expertos cuestionan esta cifra, lo cierto es que la ciencia global continúa dependiendo en gran medida de la experimentación con animales, una práctica que provoca rechazo en ciertos sectores de la sociedad.
Resumimos el estado de la investigación con animales y sus perspectivas futuras en esta serie de preguntas y respuestas.
¿QUÉ ES LA VIVISECCIÓN? ¿TODAVÍA SE PRACTICA?
La vivisección es la disección de animales vivos con fines de investigación —originalmente sin anestesia, cuando ésta aún no existía—. En los animales se ha empleado profusamente a lo largo de la historia, dando lugar a relatos macabros como la vivisección a un perro practicada por el británico Robert Hooke en el siglo XVII para estudiar el funcionamiento de los pulmones, que horrorizó al propio autor.
En el siglo XIX comenzó a brotar un movimiento contrario a la vivisección que llevó en Reino Unido a la promulgación de las primeras leyes contra la crueldad hacia los animales. La versión de 1876 obligaba por primera vez al uso de anestesia en los experimentos.
El término vivisección hoy apenas se emplea en el ámbito científico y raramente se practica en su sentido original, pero organizaciones activistas suelen aplicarlo a toda experimentación con animales, incluso con el uso de anestesia o técnicas no invasivas. Aunque hoy la vivisección sin anestesia resultaría inadmisible, sí continúan practicándose intervenciones con sedación, sujetas a criterios generalizados de minimizar el daño y el estrés. Un ejemplo es la optogenética, una técnica consistente en implantar un cable de fibra óptica en el cerebro para estimular las neuronas con luz. El procedimiento no es doloroso para los animales y los científicos ven en esta técnica una herramienta fundamental para el estudio de las enfermedades neurológicas.
¿QUÉ POSTURAS TIENEN LOS DISTINTOS PAÍSES RESPECTO A LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL?
La mayoría de los países desarrollados cuentan con legislación que trata de minimizar el uso de animales de laboratorio y de limitar el dolor que se les inflige.
La Unión Europea se rige por la Directiva 2010/63/EU, traspuesta a la legislación de cada estado miembro y en vigor desde 2013. Esta normativa europea, considerada una de las más estrictas del mundo, cubre todos los vertebrados, incluyendo sus etapas fetales en el último tercio de su desarrollo, además de los cefalópodos. Establece estándares para el cuidado de los animales y de las instalaciones implicadas, que son sometidas a inspecciones periódicas. Además, regula la evaluación de cada proyecto para autorizar el uso de animales y promueve la investigación y aplicación de alternativas a la experimentación animal.
Tal vez la regulación más exigente del mundo sea la británica. La Animals (Scientific Procedures) Act de 1986, revisada en 2013, obliga a un análisis de coste-beneficio como requisito para autorizar los experimentos con animales —algo que también contempla la ley alemana—, además de personalizar las licencias para los investigadores y técnicos que realizan estos ensayos. La mayoría de los países desarrollados cuentan con legislación que trata de minimizar el uso de animales de laboratorio. Crédito: Understanding Animal Research En EEUU la única ley federal al respecto es la Animal Welfare Act (AWA) de 1966, que adolece de una seria carencia al excluir a los ratones y ratas de laboratorio, los animales más utilizados en experimentación, dejando fuera también a aves y peces. Según el instituto de bioética The Hastings Center, esto supone que la AWA no cubre el 95% de los animales empleados en los laboratorios, aunque estas especies están contempladas en otras normativas no federales.
Otros países como Australia o Brasil cuentan también con regulación en la materia. En Canadá es competencia de los gobiernos provinciales. En Japón, una entidad local denunció en 2011 un cumplimiento deficiente de las directivas legales al respecto. China aprobó en 2006 la primera legislación amplia a nivel nacional sobre bienestar de los animales de laboratorio, que se complementa con otras directrices locales e institucionales.
Explicación:
asi o mas ;-;