en una casa abandonada un poco alejada de aquella orilla del mar donde alguna vez el sereno mar fue testigo de las lágrimas que soltaron sus oscuros ojos y que fue testigo de su acribillante acto de amor, por los abundantes celos que un día le invadieron, casi sin darse cuenta su alma penaba en aquella casa ya sombría, en la que después de arremeter con la vida de su pareja siguió con la suya, desde la ventana de la casa podía ver humedo paisaje, pero ya no podía salir de las cuatro paredes que eran sus prisiones, eso fue mucho peor que ser jusgado por la ley, la vida se encargó de darle su castigo.
y si te dicen que no es de terror tu diles que no necesariamente tiene que dar miedo en muerte que uno puede formar su propia historia de terror en vida
en una casa abandonada un poco alejada de aquella orilla del mar donde alguna vez el sereno mar fue testigo de las lágrimas que soltaron sus oscuros ojos y que fue testigo de su acribillante acto de amor, por los abundantes celos que un día le invadieron, casi sin darse cuenta su alma penaba en aquella casa ya sombría, en la que después de arremeter con la vida de su pareja siguió con la suya, desde la ventana de la casa podía ver humedo paisaje, pero ya no podía salir de las cuatro paredes que eran sus prisiones, eso fue mucho peor que ser jusgado por la ley, la vida se encargó de darle su castigo.
y si te dicen que no es de terror tu diles que no necesariamente tiene que dar miedo en muerte que uno puede formar su propia historia de terror en vida