"No es fácil para el historiador o para el sociólogo restituir la palabra a quienes nunca la tuvieron, a quienes no gravaron inscripciones ni dejaron tabletas ni manuscritos y cuyos heraldos murieron colgados, crucificados o agotados por las privaciones, sin que ningún memorial los registrara. De allí el interés por las incursiones, hoy posibles, en la historia de los colonizados, de sus protestas, de su motines y de sus sueños". (Alain Touraine citado por Javier Giralda, reivindicación urbana, Bogotá, Cinep, 1987, pág. 236)
El presente escrito es una nueva incursión en el pasado de los sectores sociales subordinados colombianos quienes, como dice Touraine pero sin tanto dramatismo, no han dejado muchas huellas de su transcurrir histórico. En ocasiones anteriores habíamos descrito la gestación de la clase obrera entre 1910 y 1945 y su evolución en el período que nos ocupa[1]. Hoy queremos abordar la dinámica de la protesta social, incluyendo otros grupos además del obrero, durante los años 1946-1958. Este tipo de reconstrucción no se ha realizado sino en forma parcial, para el período en cuestión.[2]
El nombre con el que se designa a este período, la Violencia, es indicativo de las dificultades de todo orden para cumplir nuestro cometido. Empíricamente no es fácil encontrar testimonios de protestas en una época de dura represión y de abierta censura. Conceptualmente es complicado hablar de la existencia de protestas sociales cuando la exacerbación de la contradicción política absorbió al conjunto de la sociedad y la violencia física era el medio de expresión de las tensiones sociales. A pesar de estas limitantes, creímos necesario y posible, hacer una incursión en las pocas luchas sociales que quedaron registradas en las fuentes consultadas, con el ánimo de completar la lectura sobre la historia social contemporánea que desde hace años iniciamos.
"No es fácil para el historiador o para el sociólogo restituir la palabra a quienes nunca la tuvieron, a quienes no gravaron inscripciones ni dejaron tabletas ni manuscritos y cuyos heraldos murieron colgados, crucificados o agotados por las privaciones, sin que ningún memorial los registrara. De allí el interés por las incursiones, hoy posibles, en la historia de los colonizados, de sus protestas, de su motines y de sus sueños".
(Alain Touraine citado por Javier Giralda, reivindicación urbana, Bogotá, Cinep, 1987, pág. 236)
El presente escrito es una nueva incursión en el pasado de los sectores sociales subordinados colombianos quienes, como dice Touraine pero sin tanto dramatismo, no han dejado muchas huellas de su transcurrir histórico. En ocasiones anteriores habíamos descrito la gestación de la clase obrera entre 1910 y 1945 y su evolución en el período que nos ocupa[1]. Hoy queremos abordar la dinámica de la protesta social, incluyendo otros grupos además del obrero, durante los años 1946-1958. Este tipo de reconstrucción no se ha realizado sino en forma parcial, para el período en cuestión.[2]
El nombre con el que se designa a este período, la Violencia, es indicativo de las dificultades de todo orden para cumplir nuestro cometido. Empíricamente no es fácil encontrar testimonios de protestas en una época de dura represión y de abierta censura. Conceptualmente es complicado hablar de la existencia de protestas sociales cuando la exacerbación de la contradicción política absorbió al conjunto de la sociedad y la violencia física era el medio de expresión de las tensiones sociales. A pesar de estas limitantes, creímos necesario y posible, hacer una incursión en las pocas luchas sociales que quedaron registradas en las fuentes consultadas, con el ánimo de completar la lectura sobre la historia social contemporánea que desde hace años iniciamos.