Informacion sobre la obra los jefes de mario vargas llosa, por favor :(
cenzontle
Los jefes es un cuento del escritor peruano Mario Vargas Llosa, que fue publicado en febrero de 1957, en forma de separata en la revista Mercurio Peruano. Fue el primer relato que publicó el autor, que luego pasó a encabezar su colección de cuentos del mismo nombre, publicada en 1959. Narrado en primera persona por uno de sus protagonistas, un estudiante de 5º año de secundaria del Colegio San Miguel de Piura, trata de una rebelión estudiantil contra la decisión del director de no poner horarios a los exámenes finales. Asimismo, trata de la rivalidad del protagonista con Lu, un compañero que le ha desbancado en el liderazgo de la banda de los «coyotes». Ambos muchachos se ven obligados a olvidar sus discrepancias para hacer frente al enemigo común, personificado en el director del colegio. La huelga se disuelve ante la negativa de continuarla de parte de los alumnos de primaria y de los primeros años de secundaria, temerosos de las represalias de las autoridades del colegio. El relato se inspira en un episodio real que vivió el escritor cuando cursaba el 5º año de secundaria en el Colegio San Miguel de Piura, a fines del año 1952; él mismo lo cuenta en su libro de memorias El pez en el agua. Sucedió que el director del colegio, el doctor Marroquín (en la ficción, Ferrufino), decidió arbitrariamente que los exámenes finales no se tomarían según un horario preestablecido, como era costumbre, sino de improviso, de modo que el alumno debía estar preparado en todas las materias o cursos. Ello, como es natural, provocó honda preocupación pues los alumnos temieron salir reprobados en varios cursos. Mario, junto con su gran amigo, el “gordito” Javier Silva (que años después sería ministro de Economía y Finanzas), alborotaron a sus compañeros para rebelarse contra el experimento del director. Celebraron reuniones y una asamblea en la que se nombró una comisión, presidida por Mario, para hablar con el director. Éste los recibió en su despacho y escuchó educadamente el pedido de los alumnos de poner horarios a los exámenes. Pero al final el director les hizo saber que su decisión era irrevocable. Entonces, Mario, Javier y otros compañeros planearon una huelga. Una noche decidieron no ir a clases, hasta que se levantara la medida. En la mañana acordada, a la hora de clases, se replegaron al malecón Eguiguren. Pero allí, algunos muchachos, asustados, comenzaron a murmurar que podrían ser expulsados. Se armó una discusión entre los alumnos, y un grupo, al fin, rompió la huelga. Desmoralizados con la deserción, los demás acordaron regresar para las clases de la tarde. Mario fue llevado por el jefe de inspectores a la oficina del director, y como castigo, fue suspendido por siete días. El escritor considera este episodio como el primer brote de una inquietud (podríamos calificarla de social), aunque, como bien lo recuerda todavía, no se interesaba aún en la política.
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cenzontle
Podrías por favor marcarla como la mejor respuesta, gracias
Narrado en primera persona por uno de sus protagonistas, un estudiante de 5º año de secundaria del Colegio San Miguel de Piura, trata de una rebelión estudiantil contra la decisión del director de no poner horarios a los exámenes finales. Asimismo, trata de la rivalidad del protagonista con Lu, un compañero que le ha desbancado en el liderazgo de la banda de los «coyotes». Ambos muchachos se ven obligados a olvidar sus discrepancias para hacer frente al enemigo común, personificado en el director del colegio. La huelga se disuelve ante la negativa de continuarla de parte de los alumnos de primaria y de los primeros años de secundaria, temerosos de las represalias de las autoridades del colegio.
El relato se inspira en un episodio real que vivió el escritor cuando cursaba el 5º año de secundaria en el Colegio San Miguel de Piura, a fines del año 1952; él mismo lo cuenta en su libro de memorias El pez en el agua. Sucedió que el director del colegio, el doctor Marroquín (en la ficción, Ferrufino), decidió arbitrariamente que los exámenes finales no se tomarían según un horario preestablecido, como era costumbre, sino de improviso, de modo que el alumno debía estar preparado en todas las materias o cursos. Ello, como es natural, provocó honda preocupación pues los alumnos temieron salir reprobados en varios cursos. Mario, junto con su gran amigo, el “gordito” Javier Silva (que años después sería ministro de Economía y Finanzas), alborotaron a sus compañeros para rebelarse contra el experimento del director. Celebraron reuniones y una asamblea en la que se nombró una comisión, presidida por Mario, para hablar con el director. Éste los recibió en su despacho y escuchó educadamente el pedido de los alumnos de poner horarios a los exámenes. Pero al final el director les hizo saber que su decisión era irrevocable. Entonces, Mario, Javier y otros compañeros planearon una huelga. Una noche decidieron no ir a clases, hasta que se levantara la medida. En la mañana acordada, a la hora de clases, se replegaron al malecón Eguiguren. Pero allí, algunos muchachos, asustados, comenzaron a murmurar que podrían ser expulsados. Se armó una discusión entre los alumnos, y un grupo, al fin, rompió la huelga. Desmoralizados con la deserción, los demás acordaron regresar para las clases de la tarde. Mario fue llevado por el jefe de inspectores a la oficina del director, y como castigo, fue suspendido por siete días. El escritor considera este episodio como el primer brote de una inquietud (podríamos calificarla de social), aunque, como bien lo recuerda todavía, no se interesaba aún en la política.