La especificidad del antígeno permite la generación de respuestas que se adaptan a patógenos específicos o a las células infectadas por patógenos. La habilidad de montar estas respuestas específicas se mantiene en el organismo gracias a las células de memoria.
Explicación:
Las principales características del sistema inmune son:
1. La capacidad para diferenciar lo propio de lo ajeno.
2. La especificidad de la respuesta.
3. La memoria.
1.- La capacidad para diferenciar lo propio de lo ajeno.
El sistema inmune tiene la capacidad para diferenciar lo propio de lo ajeno, reaccionando contra todo lo extraño para él (antígenos). El sistema inmune tiene una capacidad extraordinaria de reaccionar frente a cualquier molécula distinta de su propia estructura por pequeña que esta sea. Sin embargo, no reacciona frente a sus propios componentes. Esta característica de diferenciar lo propio de lo ajeno, es una de las bases más importantes de la inmunología. En la fase embrionaria los linfocitos que pueden reaccionar con las moléculas propias del animal son eliminadas mediante un mecanismos de apoptosis (muerte celular programada). Al sistema circulatorio solamente pasarán los clones celulares capaces de reaccionar contra antígenos extraños, siempre que estén asociados a su mismo SLA, así como los clones tolerantes a sus propias estructuras. En esta selección juegan un papel muy importante los antígenos de histocompatibilidad (SLA).
En el timo se seleccionan los linfocitos para que sólo puedan reaccionar frente a las moléculas extrañas al organismo (selección positiva, S+). Solamente estos linfocitos pasaran al torrente circulatorio. Por el contrario, se produce una destrucción celular (apoptosis, Ap) de los linfocitos que pudieran reaccionar contra la propia estructura.
A veces pueden ocurrir errores en el sistema inmune para diferenciar lo propio de lo extraño. Así, puede ocurrir que el sistema inmune no responda a alguna partícula extraña. Este fenómeno se denomina tolerancia. Por el contrario, en algunas circunstancias, el sistema inmune puede reaccionar frente a sus propias estructuras. Estas reacciones se denominan autoinmunidad.
2.- La especificidad del sistema inmune se debe a que tanto los anticuerpos como los linfocitos sólo reconocen a un único epitope o determinante antigénico. El sistema inmune puede reconocer miles de millones de antígenos diferentes, pero para cada determinante se inducirá un linfocito específico. Existen tantos linfocitos estimulados, como determinantes formen el antígeno.
Reconocimiento específico de un solo determinante antigénico (un determinante=una célula). Tras el reconocimiento hay una proliferación, por la cual unos linfocitos pasan a formar parte de los linfocitos memoria, y otros actuarán como células efectoras.
Respuesta:
¿Qué es la especificidad y memoria?
La especificidad del antígeno permite la generación de respuestas que se adaptan a patógenos específicos o a las células infectadas por patógenos. La habilidad de montar estas respuestas específicas se mantiene en el organismo gracias a las células de memoria.
Explicación:
Las principales características del sistema inmune son:
1. La capacidad para diferenciar lo propio de lo ajeno.
2. La especificidad de la respuesta.
3. La memoria.
1.- La capacidad para diferenciar lo propio de lo ajeno.
El sistema inmune tiene la capacidad para diferenciar lo propio de lo ajeno, reaccionando contra todo lo extraño para él (antígenos). El sistema inmune tiene una capacidad extraordinaria de reaccionar frente a cualquier molécula distinta de su propia estructura por pequeña que esta sea. Sin embargo, no reacciona frente a sus propios componentes. Esta característica de diferenciar lo propio de lo ajeno, es una de las bases más importantes de la inmunología. En la fase embrionaria los linfocitos que pueden reaccionar con las moléculas propias del animal son eliminadas mediante un mecanismos de apoptosis (muerte celular programada). Al sistema circulatorio solamente pasarán los clones celulares capaces de reaccionar contra antígenos extraños, siempre que estén asociados a su mismo SLA, así como los clones tolerantes a sus propias estructuras. En esta selección juegan un papel muy importante los antígenos de histocompatibilidad (SLA).
En el timo se seleccionan los linfocitos para que sólo puedan reaccionar frente a las moléculas extrañas al organismo (selección positiva, S+). Solamente estos linfocitos pasaran al torrente circulatorio. Por el contrario, se produce una destrucción celular (apoptosis, Ap) de los linfocitos que pudieran reaccionar contra la propia estructura.
A veces pueden ocurrir errores en el sistema inmune para diferenciar lo propio de lo extraño. Así, puede ocurrir que el sistema inmune no responda a alguna partícula extraña. Este fenómeno se denomina tolerancia. Por el contrario, en algunas circunstancias, el sistema inmune puede reaccionar frente a sus propias estructuras. Estas reacciones se denominan autoinmunidad.
2.- La especificidad del sistema inmune se debe a que tanto los anticuerpos como los linfocitos sólo reconocen a un único epitope o determinante antigénico. El sistema inmune puede reconocer miles de millones de antígenos diferentes, pero para cada determinante se inducirá un linfocito específico. Existen tantos linfocitos estimulados, como determinantes formen el antígeno.
Reconocimiento específico de un solo determinante antigénico (un determinante=una célula). Tras el reconocimiento hay una proliferación, por la cual unos linfocitos pasan a formar parte de los linfocitos memoria, y otros actuarán como células efectoras.
3.-La memoria.