Indica la importancia de los siguientes personajes hebreos: a. Abraham: b. Moisés: c. David: d. Salomón:
ALEJ96Abraham: La importancia de Abraham radica en que él representa el pilar fundamental de la Fe Absoluta e incondicional en Dios. También él marca el inicio de nuestra relación de respeto, obediencia y confianza suprema en la Divinidad; basada en una promesa, en la Palabra dada por Dios mismo, en razón de lo cual, Abraham es considerado el fundador del pueblo de Israel, llamado también el pueblo de Dios. Moisés: Es el hombre a quien Dios le encomendó guiar al pueblo de Israel, desde Egipto donde se encontraban en condiciones de esclavitud, hasta la Tierra Prometida (promesa que le hizo Dios originalmente a Abraham). La importancia de Moisés se centra en que no solo sirvió de guía a su pueblo, en el llamado Éxodo, sino que también puede considerarse el primer Legislador de Israel, ya que Dios le entregó a Moisés, quien debía transmitirla a su pueblo, las Tablas de la Ley, o Los Diez Mandamientos, los cuales comprenden normas básicas de convivencia en comunidad y base de la civilidad en las sociedades. David: Representa el triunfo de la constancia, la dedicación y sobre todo la valentía (Fue quien venció a Goliat con el uso de una honda con la cual arrojó una mortal piedra al gigante filisteo, ocasionando su muerte). Su logro máximo fue la unificación del pueblo de Israel, del que fue ungido como su segundo Rey. Convirtió a Jerusalén en una ciudad importante y en el máximo centro religioso y político de su pueblo, al proyectar la construcción, en esta ciudad, de su palacio real y un templo o tabernáculo para resguardar el Arca de la Alianza (Símbolo de nuestra relación directa con Dios y su Divina Promesa y en la cual también se conservaban las Tablas de Ley). Fue el padre de Salomón, el siguiente Rey emblemático de Israel, conocido por su indiscutible sabiduría. Se considera al Rey David, la cabeza de la casa (o familia) a la cual pertenecería Jesús, el futuro Mesías de Israel. Salomón: Fue el sucesor del Rey David en el Trono. Su importancia se centra en la organización política y tributaria del pueblo de Israel, el cual dividió en 12 Tribus (representativas de los actuales Distritos, pero destinados a cobrarles tributos = contribución económica aportada por cada tribu o distrito fiscal-tributario), para lograr una mejor administración y satisfactoria prosperidad para su pueblo, traducida en el desarrollo económico y cultural, la expansión del comercio, la creación de una flota de naves dedicadas al transporte comercial y la ejecución de importantes construcciones y obras públicas, costeada con recursos obtenidos por la implantación de un sistema tributario que aunque severo, resultó eficiente para sus fines. Durante su reinado se construyó el Templo de Jerusalén y el Palacio Real, proyectado por su padre, en vida. Representa la ponderación, la justicia y la tolerancia (tanto étnica como religiosa), así como la sabiduría y la diplomacia, todo lo cual puso en práctica durante su extenso reinado de 40 años. Se considera el primer embajador o diplomático de Israel, en vista de sus destacadas dotes de representación de los intereses de su pueblo, al punto de casarse con una de las hijas del Faraón Egipcio, para consolidar el poder político de Israel.