Cuando en el año 2005 esas criaturas pardas y esponjosas aparecieron en la penumbra del bosque, los comuneros de Marayhuaca pensaron que había arribado una plaga venenosa. Hacía unos pocos años, los pobladores de esta comunidad quechuahablante de las alturas andinas de Ferreñafe, Lambayeque, habían plantado pinos dentro de un plan gubernamental de reforestación con la finalidad de aprovechar la madera en una zona con escasos recursos y donde la desnutrición crónica se notaba en la escasa estatura de los niños y adolescentes.
Los hongos eran vistos con desconfianza y hasta con terror. Y se empezaron a tejer cuentos de miedo que tenían como protagonistas a las rechonchas criaturas con sombrero que acechaban entre los pinos.
Pero un ingeniero del Ministerio de Agricultura destacado en la zona no se tomó las habladurías en serio. Luego de unos días de indagaciones, comunicó a los pobladores que esas criaturas carnosas no eran ninguna plaga, sino un maravilloso alimento que traería muchos beneficios a la comunidad.
El ingeniero Lalopú se ha convertido en un especialista en estos hongos de la especie Suillus luteus de la familia Boletus y, gracias a sus permanentes experimentos, ha conseguido sacar al mercado algunos espectaculares productos elaborados a base de estos seres que aparecieron sin que nadie los hubiera llamado.
Los productos con valor agregado fueron los panetones de hongos del bosque, que tuvieron mucha acogida en ferias como Mistura y la Expo Alimentaria.
Otro invento de Bernardino Lalopú es el jabón elaborado con el gel que los hongos emanan para librarse de insectos y sustancias nocivas. En sus primeros ensayos con dicha sustancia, vio cómo la piel de las personas se tornaba tersa y ganaba una ligera turgencia embellecedora.
Las especies de pino conocidas como Pinus radiata y Pinus patula suelen estar asociadas a los hongos en una relación simbiótica. Las comunidades las plantaron con la expectativa de aprovechar su madera al cabo de 20 años, pero la naturaleza les dio un beneficio mayor. Maray-huaca ha seguido reforestando con pinos y la belleza ha regresado a sus colinas, antes saqueadas y hoy repletas de humedad y nueva vida.
Altamente nutritivos
El chef Ernesto Goicochea, informó que estos hongos tienen un alto valor proteico, bastante carbohidratos y cero grasas, por eso es muy importante su consumo.
"Debido a la poca difusión, la gente cree que solo es su saborizante, que se utiliza en el tallarín u otras comidas, pero no saben que tiene un gran valor nutritivo. Es un cárnico, que se utiliza en secos ceviches, incluso en postres. Lamentablemente no estamos acostumbrados a consumirlo", acotó el chef.
Precisó que hace falta mayor capacitación en el consumo de este producto, que previene el cáncer, colesterol, entre otras enfermedades.
Hongos se exportan al mercado internacional
De la producción de hongos, el 90 % va al exterior y solo un 10 % se queda en el Perú, pues no se consume aún este producto altamente nutritivo.
Actualmente se benefician a 2 mil pobladores desde el 2010, han logrado implementar mejor tecnología y articulación; además se vienen posicionando en los mercados a través de la marca colectiva Inka Wasi.
Respuesta:
ay esta la respuesta solo tienes que leerlo
Explicación:
Cuando en el año 2005 esas criaturas pardas y esponjosas aparecieron en la penumbra del bosque, los comuneros de Marayhuaca pensaron que había arribado una plaga venenosa. Hacía unos pocos años, los pobladores de esta comunidad quechuahablante de las alturas andinas de Ferreñafe, Lambayeque, habían plantado pinos dentro de un plan gubernamental de reforestación con la finalidad de aprovechar la madera en una zona con escasos recursos y donde la desnutrición crónica se notaba en la escasa estatura de los niños y adolescentes.
Los hongos eran vistos con desconfianza y hasta con terror. Y se empezaron a tejer cuentos de miedo que tenían como protagonistas a las rechonchas criaturas con sombrero que acechaban entre los pinos.
Pero un ingeniero del Ministerio de Agricultura destacado en la zona no se tomó las habladurías en serio. Luego de unos días de indagaciones, comunicó a los pobladores que esas criaturas carnosas no eran ninguna plaga, sino un maravilloso alimento que traería muchos beneficios a la comunidad.
El ingeniero Lalopú se ha convertido en un especialista en estos hongos de la especie Suillus luteus de la familia Boletus y, gracias a sus permanentes experimentos, ha conseguido sacar al mercado algunos espectaculares productos elaborados a base de estos seres que aparecieron sin que nadie los hubiera llamado.
Los productos con valor agregado fueron los panetones de hongos del bosque, que tuvieron mucha acogida en ferias como Mistura y la Expo Alimentaria.
Otro invento de Bernardino Lalopú es el jabón elaborado con el gel que los hongos emanan para librarse de insectos y sustancias nocivas. En sus primeros ensayos con dicha sustancia, vio cómo la piel de las personas se tornaba tersa y ganaba una ligera turgencia embellecedora.
Las especies de pino conocidas como Pinus radiata y Pinus patula suelen estar asociadas a los hongos en una relación simbiótica. Las comunidades las plantaron con la expectativa de aprovechar su madera al cabo de 20 años, pero la naturaleza les dio un beneficio mayor. Maray-huaca ha seguido reforestando con pinos y la belleza ha regresado a sus colinas, antes saqueadas y hoy repletas de humedad y nueva vida.
Altamente nutritivos
El chef Ernesto Goicochea, informó que estos hongos tienen un alto valor proteico, bastante carbohidratos y cero grasas, por eso es muy importante su consumo.
"Debido a la poca difusión, la gente cree que solo es su saborizante, que se utiliza en el tallarín u otras comidas, pero no saben que tiene un gran valor nutritivo. Es un cárnico, que se utiliza en secos ceviches, incluso en postres. Lamentablemente no estamos acostumbrados a consumirlo", acotó el chef.
Precisó que hace falta mayor capacitación en el consumo de este producto, que previene el cáncer, colesterol, entre otras enfermedades.
Hongos se exportan al mercado internacional
De la producción de hongos, el 90 % va al exterior y solo un 10 % se queda en el Perú, pues no se consume aún este producto altamente nutritivo.
Actualmente se benefician a 2 mil pobladores desde el 2010, han logrado implementar mejor tecnología y articulación; además se vienen posicionando en los mercados a través de la marca colectiva Inka Wasi.