Indica a que tipo de evidencias de evolucion corresponde al hecho de que los seres humanos y las jirafas tienen el mismo numero de vertebras en el cuello XD
El esqueleto de la jirafa respondía al modelo casi universal de los mamíferos, con siete vértebras cervicales previas a las vértebras torácicas. Sin embargo, el especialista Nikos Solounias publicaba un sorprendente estudio en 1999 titulado “The remarkable anatomy of the giraffe´s neck”. En él nos descubría que, a diferencia de lo que se venía asumiendo, la octava vértebra a contar desde el inicio del cuello de la jirafa, no es estrictamente una vértebra torácica (la T1) sino más bien una postrera vértebra cervical (la C8) lo que nos mostraría un esqueleto peculiar y diferente del de todos los demás mamíferos y más acorde con la excepcional estructura morfológica del animal. Solounias nos muestra en su estudio cómo las vértebras cervicales 6 y 7 son claramente distinguibles en su morfología característica de la primera vértebra torácica y cómo en la jirafa, la morfología ósea, los inicios e inserciones de los músculos y el plexo braquial, siendo idénticos al de resto de mamíferos, se encuentran sin embargo desplazados por una vértebra. Solounias detalla en su estudio todas las características que hacen de la V8, una vértebra asimilable a la C7 de los okapis y claramente diferente (“completely unlike”) de una típica vértebra torácica inicial (T1); y ello a pesar de contar con una costilla insertada en la misma, aunque, eso sí, de una forma totalmente inusual.
El esqueleto de la jirafa respondía al modelo casi universal de los mamíferos, con siete vértebras cervicales previas a las vértebras torácicas. Sin embargo, el especialista Nikos Solounias publicaba un sorprendente estudio en 1999 titulado “The remarkable anatomy of the giraffe´s neck”. En él nos descubría que, a diferencia de lo que se venía asumiendo, la octava vértebra a contar desde el inicio del cuello de la jirafa, no es estrictamente una vértebra torácica (la T1) sino más bien una postrera vértebra cervical (la C8) lo que nos mostraría un esqueleto peculiar y diferente del de todos los demás mamíferos y más acorde con la excepcional estructura morfológica del animal. Solounias nos muestra en su estudio cómo las vértebras cervicales 6 y 7 son claramente distinguibles en su morfología característica de la primera vértebra torácica y cómo en la jirafa, la morfología ósea, los inicios e inserciones de los músculos y el plexo braquial, siendo idénticos al de resto de mamíferos, se encuentran sin embargo desplazados por una vértebra. Solounias detalla en su estudio todas las características que hacen de la V8, una vértebra asimilable a la C7 de los okapis y claramente diferente (“completely unlike”) de una típica vértebra torácica inicial (T1); y ello a pesar de contar con una costilla insertada en la misma, aunque, eso sí, de una forma totalmente inusual.