Respuesta:
El 12 de marzo del año 2000, en el contexto de la lucha contra la pobreza, tuvieron lugar en
Marruecos dos importantes manifestaciones o, más bien, marchas con objetivos opuestos y
planteamientos ideológicos irreconciliables. El detonante de ambas era el mismo: el Plan de
Acción Nacional para la Integración de la Mujer al Desarrollo, un ambicioso y complejo proyecto
elaborado desde el Secretariado de Estado para la Protección Social, la Familia y la Infancia. Pero
mientras que la marcha de Rabat, protagonizada por la sociedad civil convencional (asociaciones
feministas y derechos humanos) y los partidos de izquierdas, mostraba su apoyo incondicional a
dicho Plan, la contramarcha de Casablanca, muchísimo más numerosa y mejor organizada,
mostraba su rechazo más contundente. Este fenómeno adquiere un profundo significado político e
ideológico, sobre todo si consideramos que la marcha de Casablanca presupone la construcción de
la hegemonía ideológica del movimiento islamista Ḥarakat al-Tawḥīd wa-l-Iṣlāḥ (MUR) y su alter
ego político, el Ḥizb al-‘Adāla wa-l-Tanmiyya (PJD), partido que una década después acabaría
tomando las riendas del gobierno del país.
Explicación:
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Respuesta:
El 12 de marzo del año 2000, en el contexto de la lucha contra la pobreza, tuvieron lugar en
Marruecos dos importantes manifestaciones o, más bien, marchas con objetivos opuestos y
planteamientos ideológicos irreconciliables. El detonante de ambas era el mismo: el Plan de
Acción Nacional para la Integración de la Mujer al Desarrollo, un ambicioso y complejo proyecto
elaborado desde el Secretariado de Estado para la Protección Social, la Familia y la Infancia. Pero
mientras que la marcha de Rabat, protagonizada por la sociedad civil convencional (asociaciones
feministas y derechos humanos) y los partidos de izquierdas, mostraba su apoyo incondicional a
dicho Plan, la contramarcha de Casablanca, muchísimo más numerosa y mejor organizada,
mostraba su rechazo más contundente. Este fenómeno adquiere un profundo significado político e
ideológico, sobre todo si consideramos que la marcha de Casablanca presupone la construcción de
la hegemonía ideológica del movimiento islamista Ḥarakat al-Tawḥīd wa-l-Iṣlāḥ (MUR) y su alter
ego político, el Ḥizb al-‘Adāla wa-l-Tanmiyya (PJD), partido que una década después acabaría
tomando las riendas del gobierno del país.
Explicación: