Si de algo debemos sentirnos orgullosos es de nuestro pasado incaico, que se levantó como un gran imperio y fue la civilización más importante de toda América del Sur, antes de su descubrimiento por parte de los europeos.
Su territorio denominado Tahuantinsuyo conquistó y abarcó, entre los siglos XV y XVI, los actuales países de Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile, teniendo siempre como capital la ciudad del Cusco.
Aunque fue subdividido por el inca Pachacútec en cuatro suyos: Chinchaysuyo, Antisuyo, Contisuyo y Collasuyo, el imperio en conjunto dejó una profunda huella que se aprecia hasta nuestros días
Si de algo debemos sentirnos orgullosos es de nuestro pasado incaico, que se levantó como un gran imperio y fue la civilización más importante de toda América del Sur, antes de su descubrimiento por parte de los europeos.
Su territorio denominado Tahuantinsuyo conquistó y abarcó, entre los siglos XV y XVI, los actuales países de Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile, teniendo siempre como capital la ciudad del Cusco.
Aunque fue subdividido por el inca Pachacútec en cuatro suyos: Chinchaysuyo, Antisuyo, Contisuyo y Collasuyo, el imperio en conjunto dejó una profunda huella que se aprecia hasta nuestros días