En su recuerdo más secreto
resucita una bella historia
de aquel susurro en un invierno
que le hizo Manuel a Paloma:
Mientras las ramas del almendro
sorbían la luna redonda,
prendía el calor de su cuerpo
y se diluían las sombras.
Era una noche de febrero
y le fué a contar una cosa
confesandole con misterio
"mis flores arden en tu boca".
Allí quieren nacer los besos
y se inclinan las frutas rojas,
donde el carmín reta al deseo,
donde mueren de amor las olas.
Donde la magia del reflejo
desde la luna se transporta
hasta exhumar un sentimiento
en frases lentas, casi rotas.
Y Manuel bebía en los senos
durisimos de su Paloma
que escapaban de su cuerpo
esfericos como las copas.
Y el fuelle de la respiración,
cuando el aire vuela y provoca
escalofríos de la pasión,
buscaba su tez deliciosa.
Y humeantes hebras de la voz
le hurtaban a la noche el frío
para desnudar el corazón
vistiendo con seda su oído.
Y al par que la boca se acostó
con un tacto afrodisíaco
sobre su vello a melocotón
y mil luceros esparcidos,
el éxtasis de su piel prendió
en cada pupila un delirio
y su frágil cuello estremeció
como el viento estremece al trigo.
Echados tras la celosía
de los arbustos de tomillo
que ocultaban la fantasía
apasionada como el vino,
la piel de Paloma gemía
rodeando sus pechos dorados
y dos labios se derretían
como el rocío por el campo.
La luna gira que gira
la luna andaba girando
y ellos dos bajo la encina
se estaban enamorando.
Paloma dieciséis tenia
y Manuel diecisiete años,
les dijeron que cambiaría
su mundo de dulce a amargo.
Pero la luna gira y gira
Que la tierra se quebraría
sobre un infierno rojo y largo.
¡Eso no es bueno!, les gruñían
los amigos y sin embargo,
mientras Paloma desvestía
el cuerpo firme de su hermano,
el río tocaba sus liras
y en los juncos croaban sapos.
Y la luna gira que gira
la luna estaba girando
se habían enamorado".
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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En su recuerdo más secreto
resucita una bella historia
de aquel susurro en un invierno
que le hizo Manuel a Paloma:
Mientras las ramas del almendro
sorbían la luna redonda,
prendía el calor de su cuerpo
y se diluían las sombras.
Era una noche de febrero
y le fué a contar una cosa
confesandole con misterio
"mis flores arden en tu boca".
Allí quieren nacer los besos
y se inclinan las frutas rojas,
donde el carmín reta al deseo,
donde mueren de amor las olas.
Donde la magia del reflejo
desde la luna se transporta
hasta exhumar un sentimiento
en frases lentas, casi rotas.
Y Manuel bebía en los senos
durisimos de su Paloma
que escapaban de su cuerpo
esfericos como las copas.
Y el fuelle de la respiración,
cuando el aire vuela y provoca
escalofríos de la pasión,
buscaba su tez deliciosa.
Y humeantes hebras de la voz
le hurtaban a la noche el frío
para desnudar el corazón
vistiendo con seda su oído.
Y al par que la boca se acostó
con un tacto afrodisíaco
sobre su vello a melocotón
y mil luceros esparcidos,
el éxtasis de su piel prendió
en cada pupila un delirio
y su frágil cuello estremeció
como el viento estremece al trigo.
Echados tras la celosía
de los arbustos de tomillo
que ocultaban la fantasía
apasionada como el vino,
la piel de Paloma gemía
rodeando sus pechos dorados
y dos labios se derretían
como el rocío por el campo.
La luna gira que gira
la luna andaba girando
y ellos dos bajo la encina
se estaban enamorando.
Paloma dieciséis tenia
y Manuel diecisiete años,
les dijeron que cambiaría
su mundo de dulce a amargo.
Pero la luna gira y gira
la luna andaba girando
y ellos dos bajo la encina
se estaban enamorando.
Que la tierra se quebraría
sobre un infierno rojo y largo.
¡Eso no es bueno!, les gruñían
los amigos y sin embargo,
mientras Paloma desvestía
el cuerpo firme de su hermano,
el río tocaba sus liras
y en los juncos croaban sapos.
Y la luna gira que gira
la luna estaba girando
y ellos dos bajo la encina
se habían enamorado".