Respuesta:
El movimiento es algo fundamental en su vida, es necesario para desplazarse de un lugar a otro, para mover objetos,
para operar máquinas, etc. Existen dos sistemas que contribuyen a la locomoción: el sistema óseo y el sistema
muscular. El primero lo constituyen los huesos y el segundo está constituido por diferentes tipos de músculos. En las
siguientes clases, comprenderá la estructura del cuerpo humano y la relación que se establece entre el sistema óseo
y el muscular.
El sistema óseo es propio de los animales vertebrados que incluye a los seres humanos y cumple
algunas funciones básicas entre las que se encuentran las siguientes:
Proporcionar estructura al cuerpo y dar fijación a varios músculos.
Favorecer el movimiento al proporcionar que los huesos trabajen como palancas cuando se
fijan a ellos los músculos.
Preservar órganos internos como lo hacen las vértebras con la médula espinal y el cráneo con el cerebro.
Reservar minerales de elementos como el calcio y el fósforo.
Fabricar células sanguíneas como eritrocitos, leucocitos y plaquetas en la médula roja de algunos huesos.
El tejido óseo es rígido pero muy liviano y presenta grandes depósitos de minerales; además del calcio y fósforo, está
formado por magnesio. Está constituido por células óseas y una sustancia intercelular denominada matriz ósea. La
matriz compone la mayor parte del tejido y está formada por una porción orgánica de fibras de colágeno y
un compuesto inorgánico constituido básicamente por sales de calcio.
Existen tres tipos de células óseas:
Osteoblastos: células formadoras de hueso.
Osteocitos: células óseas maduras que llevan a cabo las actividades metabólicas del tejido óseo.
Osteoclastos: células que disuelven el hueso, realizan funciones de degradación y absorción ósea. Son
importantes para el crecimiento, mantenimiento y reparación de los huesos.
Asimismo, se pueden presentar dos tipos de tejido óseo:
Tejido óseo esponjoso: se encuentra ubicado en la parte central e interna de los huesos.
Tejido óseo compacto: se encuentra ubicado en la parte superficial de los huesos.
También, dentro de las partes de un hueso podemos encontrar:
La diáfisis que es la porción principal más larga del hueso.
La epífisis es la porción terminal del hueso.
La metáfisis es la zona donde se articulan la diáfisis y la epífisis.
El periostio es indispensable para el crecimiento y la reparación ósea. Compuesto por vasos sanguíneos, vasos
linfáticos y nervios que pasan hacia el interior del hueso.
La cavidad medular, que se encuentra en la diáfisis, se compone de células grasas y de algunas células sanguíneas.
Explicación:
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Respuesta:
El movimiento es algo fundamental en su vida, es necesario para desplazarse de un lugar a otro, para mover objetos,
para operar máquinas, etc. Existen dos sistemas que contribuyen a la locomoción: el sistema óseo y el sistema
muscular. El primero lo constituyen los huesos y el segundo está constituido por diferentes tipos de músculos. En las
siguientes clases, comprenderá la estructura del cuerpo humano y la relación que se establece entre el sistema óseo
y el muscular.
El sistema óseo es propio de los animales vertebrados que incluye a los seres humanos y cumple
algunas funciones básicas entre las que se encuentran las siguientes:
Proporcionar estructura al cuerpo y dar fijación a varios músculos.
Favorecer el movimiento al proporcionar que los huesos trabajen como palancas cuando se
fijan a ellos los músculos.
Preservar órganos internos como lo hacen las vértebras con la médula espinal y el cráneo con el cerebro.
Reservar minerales de elementos como el calcio y el fósforo.
Fabricar células sanguíneas como eritrocitos, leucocitos y plaquetas en la médula roja de algunos huesos.
El tejido óseo es rígido pero muy liviano y presenta grandes depósitos de minerales; además del calcio y fósforo, está
formado por magnesio. Está constituido por células óseas y una sustancia intercelular denominada matriz ósea. La
matriz compone la mayor parte del tejido y está formada por una porción orgánica de fibras de colágeno y
un compuesto inorgánico constituido básicamente por sales de calcio.
Existen tres tipos de células óseas:
Osteoblastos: células formadoras de hueso.
Osteocitos: células óseas maduras que llevan a cabo las actividades metabólicas del tejido óseo.
Osteoclastos: células que disuelven el hueso, realizan funciones de degradación y absorción ósea. Son
importantes para el crecimiento, mantenimiento y reparación de los huesos.
Asimismo, se pueden presentar dos tipos de tejido óseo:
Tejido óseo esponjoso: se encuentra ubicado en la parte central e interna de los huesos.
Tejido óseo compacto: se encuentra ubicado en la parte superficial de los huesos.
También, dentro de las partes de un hueso podemos encontrar:
La diáfisis que es la porción principal más larga del hueso.
La epífisis es la porción terminal del hueso.
La metáfisis es la zona donde se articulan la diáfisis y la epífisis.
El periostio es indispensable para el crecimiento y la reparación ósea. Compuesto por vasos sanguíneos, vasos
linfáticos y nervios que pasan hacia el interior del hueso.
La cavidad medular, que se encuentra en la diáfisis, se compone de células grasas y de algunas células sanguíneas.
Explicación: