Supongamos que comienzas a hacer una lista de todas las emociones que has experimentado. Hagamos la prueba. Hazlo ahora.
¿Qué figura en tu lista? Lo más probable es que hayas incluido cosas como feliz, triste, ansioso, enojado, asustado, agradecido, orgulloso, temeroso, confundido, estresado, relajado, maravillado. Ahora divide tu lista en dos categorías: emociones positivas y emociones negativas.
Sentir emociones tanto positivas como negativas es algo normal en todo ser humano. Podríamos usar la palabra "negativas" para describir las emociones más difíciles, pero no significa que esas emociones sean malas o que no debamos sentirlas. Aun así, algunas personas preferirían sentir una emoción positiva en lugar de una negativa. Es probable que prefieras sentirte feliz en lugar de triste, o confiado en lugar de inseguro.
Lo importante es el equilibrio que existe entre nuestras emociones: qué nivel de cada tipo de emoción, positiva o negativa, experimentamos.
Cómo nos ayudan las emociones negativas
Las emociones negativas nos alertan de las amenazas o los desafíos que debemos enfrentar. Por ejemplo, el temor puede alertarnos de un posible peligro. Es una señal de que tal vez debamos protegernos. Los sentimientos de enojo nos advierten que alguien nos está avasallando, cruzando un límite o aprovechándose de nuestra confianza. El enfado puede ser una señal de que necesitamos actuar para defendernos.
Las emociones negativas se centran en nuestra conciencia. Nos ayudan a detectar un problema para poder enfrentarlo. Pero un exceso de emociones negativas puede hacer que nos sintamos abrumados, ansiosos, exhaustos o estresados. Cuando las emociones negativas se desequilibran
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Revisado por: Mary L. Gavin, MD
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The Power of Positive Emotions
Todas las emociones son naturales
Supongamos que comienzas a hacer una lista de todas las emociones que has experimentado. Hagamos la prueba. Hazlo ahora.
¿Qué figura en tu lista? Lo más probable es que hayas incluido cosas como feliz, triste, ansioso, enojado, asustado, agradecido, orgulloso, temeroso, confundido, estresado, relajado, maravillado. Ahora divide tu lista en dos categorías: emociones positivas y emociones negativas.
Sentir emociones tanto positivas como negativas es algo normal en todo ser humano. Podríamos usar la palabra "negativas" para describir las emociones más difíciles, pero no significa que esas emociones sean malas o que no debamos sentirlas. Aun así, algunas personas preferirían sentir una emoción positiva en lugar de una negativa. Es probable que prefieras sentirte feliz en lugar de triste, o confiado en lugar de inseguro.
Lo importante es el equilibrio que existe entre nuestras emociones: qué nivel de cada tipo de emoción, positiva o negativa, experimentamos.
Cómo nos ayudan las emociones negativas
Las emociones negativas nos alertan de las amenazas o los desafíos que debemos enfrentar. Por ejemplo, el temor puede alertarnos de un posible peligro. Es una señal de que tal vez debamos protegernos. Los sentimientos de enojo nos advierten que alguien nos está avasallando, cruzando un límite o aprovechándose de nuestra confianza. El enfado puede ser una señal de que necesitamos actuar para defendernos.
Las emociones negativas se centran en nuestra conciencia. Nos ayudan a detectar un problema para poder enfrentarlo. Pero un exceso de emociones negativas puede hacer que nos sintamos abrumados, ansiosos, exhaustos o estresados. Cuando las emociones negativas se desequilibran