Hola quiero saber un texto que solo tenga la vocal e
ByCotufis Este vejete merece ser el jefe - decreté -. Respétenle, esmérense en entenderle, sed reverentes. Es menester que le celebren. Entérense, él pretende entenderles. Tened fe - expresé - es menester creer, tened fe - perseveré -. Espérenle en el Edén.
Veneré ese pelele trece meses, ese ser celeste entre terrestres, entre gente decente. Deseé ser el referente entre creyentes. Trece meses desempeñé ese menester. Me dejé fenecer. Enfermé de estrechez de mente. Dejé de leer, dejé de ser. Desesperé. Me dejé perecer en él.
De repente, el tercer semestre, dejé de tener fe; desperté de ese éter. Recelé del jefe.
- ¡Memeces! - expresé.
Le dejé. En vez, me dejé ver entre efervescentes redes rebeldes, herejes. Me entrené en el este, en Dresden. Repté entre el verde césped, trepé... Me empeñé en ser excelente, en merecer el emprender entre célebres rebeldes el menester que pretenden, que es defender el presente de este vejete demente.
Es este el deber que me embebe. Este mes se pretende retener el tren de Pelequén. Esperé el tercer tren. En él encerré rehenes: el bedel, el gerente, el endeble regente, el bebé de tres meses, el reverente... Llené el tren de gente; sembré de plebe el tren.
El bebé perece de sed. El bedel se estremece:
- ¡Déjeme que le dé de beber! – pretende vehementemente.
- ¡Seré clemente!
El ceder me enfebrece. El temple de ese rehén me vence. Degeneré en demente. Me embebe el menester que me estremece, me excede el deber de ser rebelde. Estrellé el tren entre tres sedes bereberes. Festejé ver el tren del revés.
- ¡Este mes venceré
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paularavenclaw
podrias poner uno mas corto de 5 renglones gracias
Este vejete merece ser el jefe - decreté -. Respétenle, esmérense en entenderle, sed reverentes. Es menester que le celebren. Entérense, él pretende entenderles. Tened fe - expresé - es menester creer, tened fe - perseveré -. Espérenle en el Edén.
Veneré ese pelele trece meses, ese ser celeste entre terrestres, entre gente decente. Deseé ser el referente entre creyentes. Trece meses desempeñé ese menester. Me dejé fenecer. Enfermé de estrechez de mente. Dejé de leer, dejé de ser. Desesperé. Me dejé perecer en él.
De repente, el tercer semestre, dejé de tener fe; desperté de ese éter. Recelé del jefe.
- ¡Memeces! - expresé.
Le dejé. En vez, me dejé ver entre efervescentes redes rebeldes, herejes. Me entrené en el este, en Dresden. Repté entre el verde césped, trepé... Me empeñé en ser excelente, en merecer el emprender entre célebres rebeldes el menester que pretenden, que es defender el presente de este vejete demente.
Es este el deber que me embebe. Este mes se pretende retener el tren de Pelequén. Esperé el tercer tren. En él encerré rehenes: el bedel, el gerente, el endeble regente, el bebé de tres meses, el reverente... Llené el tren de gente; sembré de plebe el tren.
El bebé perece de sed. El bedel se estremece:
- ¡Déjeme que le dé de beber! – pretende vehementemente.
- ¡Seré clemente!
El ceder me enfebrece. El temple de ese rehén me vence. Degeneré en demente. Me embebe el menester que me estremece, me excede el deber de ser rebelde. Estrellé el tren entre tres sedes bereberes. Festejé ver el tren del revés.
- ¡Este mes venceré
Saludos..