Umberto Eco sigue su heterodoxia de dividir el libro no en partes y capítulos, sino en secciones cuyo nombre esté relacionado con lo narrado en ellas. Así como en El nombre de la rosa se dividía el relato en días y los días en las horas monásticas, el relato de este libro se divide en ciento veinte —número que surge reiteradamente en la novela— capítulos agrupados en diez sefirot de la cábala hebrea. Cada capítulo tiene por título el comienzo de un texto extraído de obras de nigromancia y ocultismo.
La novela es un relato en primera persona de uno de los tres protagonistas, Casaubon. Al comienzo de la narración, se halla en el Conservatoire National des Arts et Métiers, donde está un péndulo de Foucault, esperando un acontecimiento que ha de producirse en la noche inminente, del solsticio de verano. Mientras espera, cuenta la mayor parte de la narración en forma retrospectiva, siempre recordando el pasado no muy lejano..
Comienza contando su juventud universitaria en Milán, sus estudios de Filología e Historia y la tesis doctoral que realiza sobre el proceso de quema de los templarios, época durante la cual rechaza las teorías de la conspiración al respecto. Narra su encuentro con los otros protagonistas, Jacopo Belbo y Diotallevi (cuyo nombre no se da nunca), trabajadores en la editorial universitaria Garamond. Aprovechando los conocimientos del protagonista, los editores lo invitan a una entrevista con un autor, Ardenti, que desea publicar una teoría conspirativa sobre los templarios, cuya prueba sería un documento apenas legible que dice datar de la época templaria. Pero Ardenti desaparece al día siguiente en circunstancias extrañas.
Más adelante, cuenta los años de vida junto con Amparo en Brasil, donde la gran confusión ideológica socava sus convicciones.
Allí conoce al cuarto protagonista, Agliè, anciano estudioso del esoterismo y el hermetismo que los lleva a conocer los cultos de origen primitivo de Brasil.
Al regresar a Milán, empieza a trabajar para Garamond y conoce a Lia, mujer con quien tendrá un hijo. Aprovechando la época de gran auge de estos temas, Garamond los implica en un vasto proyecto editorial sobre ocultismo y esoterismo. Durante las selecciones y críticas editoriales a estas obras decidirán, para diversión, realizar una gran síntesis de todas las teorías en el llamado «Plan», pero basándose en principio en el documento de Ardenti. Sin embargo, lo que diseñan como un juego de niños o un rompecabezas o un pasatiempo se convierte, a partir de un momento, en un dibujo cuyos siniestros personajes cobran vida, llegándose a la disolución entre lo imaginario y lo real, tras la que personajes de su fantasía empiezan a aparecer en sus vidas para conducirlos a una cruel perdición cuyo momento máximo será en el Conservatoire.
Antiesoterismo[editar]
La novela puede ser considerada una gran crítica a todo el esoterismo. Por un lado, el gran plan es dibujado por tres editores que intentan superar a los escritores de textos ocultistas, a quienes desprecian, como mera forma de evitar el aburrimiento. En un punto aun más satírico, para resolver algunos enigmas del plan llegan a recurrir al uso de un computador personal para que genere secuencias aleatorias de las que extraer información.
Además, presenta una crítica a la base del esoterismo. Umberto Eco desnuda en la novela el método de investigación que emplean todos estos escritores, basado en las analogías. Partiendo de dos objetos cualesquiera, primero se les busca una analogía, se otorga a esta una explicación y se intenta que esa explicación se apoye en otras analogías ya empleadas.
Referencias literarias citadas en comienzo de capítulos[editar]Jean-Emmanuel Le Coulteux de Canteleu[2]Léon Meurin[3]Ferdynand OssendowskiNesta Webster[4]Nicolas de Bonneville[5]Sergei Nilus[6]Augustin Barruel[7]Jean-Pierre Luchet[8]Michel Lamy[9]René Le Forestier[10]Jacques Duchaussoy[8]Jules Bois[11]Louis Claude de Saint-Martin[12]Charles Louis Cadet de Gassicourt[13]Joséphin Péladan[14]Julius Evola[15]Historia editorial[editar]
Tras el enorme éxito de su anterior novela, el lanzamiento de esta tuvo gran impacto en los medios, convirtiéndose en un «auténtico fenómeno social».[16] Considerada una obra de lectura exigente, L'Espresso y Panorama publicaron una guía para la lectura de la novela.[17] Para la edición en castellano el suplemento semanal de El País publicó un adelanto del primer capítulo. Al año siguiente, un equipo de estudiosos italianos elaboró un Diccionario de 'El péndulo de Foucault', aunque el autor sostiene que para la lectura de la obra no es estrictamente necesario conocer todos las referencias usadas.[
Umberto Eco sigue su heterodoxia de dividir el libro no en partes y capítulos, sino en secciones cuyo nombre esté relacionado con lo narrado en ellas. Así como en El nombre de la rosa se dividía el relato en días y los días en las horas monásticas, el relato de este libro se divide en ciento veinte —número que surge reiteradamente en la novela— capítulos agrupados en diez sefirot de la cábala hebrea. Cada capítulo tiene por título el comienzo de un texto extraído de obras de nigromancia y ocultismo.
La novela es un relato en primera persona de uno de los tres protagonistas, Casaubon. Al comienzo de la narración, se halla en el Conservatoire National des Arts et Métiers, donde está un péndulo de Foucault, esperando un acontecimiento que ha de producirse en la noche inminente, del solsticio de verano. Mientras espera, cuenta la mayor parte de la narración en forma retrospectiva, siempre recordando el pasado no muy lejano..
Comienza contando su juventud universitaria en Milán, sus estudios de Filología e Historia y la tesis doctoral que realiza sobre el proceso de quema de los templarios, época durante la cual rechaza las teorías de la conspiración al respecto. Narra su encuentro con los otros protagonistas, Jacopo Belbo y Diotallevi (cuyo nombre no se da nunca), trabajadores en la editorial universitaria Garamond. Aprovechando los conocimientos del protagonista, los editores lo invitan a una entrevista con un autor, Ardenti, que desea publicar una teoría conspirativa sobre los templarios, cuya prueba sería un documento apenas legible que dice datar de la época templaria. Pero Ardenti desaparece al día siguiente en circunstancias extrañas.
Más adelante, cuenta los años de vida junto con Amparo en Brasil, donde la gran confusión ideológica socava sus convicciones.
Allí conoce al cuarto protagonista, Agliè, anciano estudioso del esoterismo y el hermetismo que los lleva a conocer los cultos de origen primitivo de Brasil.
Al regresar a Milán, empieza a trabajar para Garamond y conoce a Lia, mujer con quien tendrá un hijo. Aprovechando la época de gran auge de estos temas, Garamond los implica en un vasto proyecto editorial sobre ocultismo y esoterismo. Durante las selecciones y críticas editoriales a estas obras decidirán, para diversión, realizar una gran síntesis de todas las teorías en el llamado «Plan», pero basándose en principio en el documento de Ardenti. Sin embargo, lo que diseñan como un juego de niños o un rompecabezas o un pasatiempo se convierte, a partir de un momento, en un dibujo cuyos siniestros personajes cobran vida, llegándose a la disolución entre lo imaginario y lo real, tras la que personajes de su fantasía empiezan a aparecer en sus vidas para conducirlos a una cruel perdición cuyo momento máximo será en el Conservatoire.
Antiesoterismo[editar]La novela puede ser considerada una gran crítica a todo el esoterismo. Por un lado, el gran plan es dibujado por tres editores que intentan superar a los escritores de textos ocultistas, a quienes desprecian, como mera forma de evitar el aburrimiento. En un punto aun más satírico, para resolver algunos enigmas del plan llegan a recurrir al uso de un computador personal para que genere secuencias aleatorias de las que extraer información.
Además, presenta una crítica a la base del esoterismo. Umberto Eco desnuda en la novela el método de investigación que emplean todos estos escritores, basado en las analogías. Partiendo de dos objetos cualesquiera, primero se les busca una analogía, se otorga a esta una explicación y se intenta que esa explicación se apoye en otras analogías ya empleadas.
Referencias literarias citadas en comienzo de capítulos[editar]Jean-Emmanuel Le Coulteux de Canteleu[2]Léon Meurin[3]Ferdynand OssendowskiNesta Webster[4]Nicolas de Bonneville[5]Sergei Nilus[6]Augustin Barruel[7]Jean-Pierre Luchet[8]Michel Lamy[9]René Le Forestier[10]Jacques Duchaussoy[8]Jules Bois[11]Louis Claude de Saint-Martin[12]Charles Louis Cadet de Gassicourt[13]Joséphin Péladan[14]Julius Evola[15]Historia editorial[editar]Tras el enorme éxito de su anterior novela, el lanzamiento de esta tuvo gran impacto en los medios, convirtiéndose en un «auténtico fenómeno social».[16] Considerada una obra de lectura exigente, L'Espresso y Panorama publicaron una guía para la lectura de la novela.[17] Para la edición en castellano el suplemento semanal de El País publicó un adelanto del primer capítulo. Al año siguiente, un equipo de estudiosos italianos elaboró un Diccionario de 'El péndulo de Foucault', aunque el autor sostiene que para la lectura de la obra no es estrictamente necesario conocer todos las referencias usadas.[