Respuesta: Ley Sáenz Peña es el nombre por el que se conoce a la ley 8.871 sancionada por el Congreso de la Nación Argentina el 10 de febrero de 1912, que estableció el voto secreto y obligatorio para los ciudadanos argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores de 18 años de edad, habitantes de la nación y que estuvieran inscriptos en el padrón electoral que se confeccionaba con los datos provenientes del servicio militar obligatorio a su vez esta ley no afectaba a los inmigrantes.1
Esta ley debe su nombre a su impulsor, el presidente Roque Sáenz Peña, miembro del ala modernista del Partido Autonomista Nacional.2 Fue coautor de la misma el político católico Indalecio Gómez.3
Esta ley adoptaba el espíritu de universalizar el voto y no prohibía el voto de la mujer, siendo esto muy avanzado para la época, de hecho la primera mujer en votar en Argentina fue la Dra. Julieta Lanteri, quién votó el 26 de noviembre de 1911, sin embargo, posteriormente se sancionó en la ciudad de Buenos Aires una ordenanza que definía el uso del padrón del servicio militar obligatorio como padrón electoral, así se demoró el ingreso al padrón por parte de las mujeres hasta 1947. Otras personas que eran consideradas incapaces de ejercer el derecho fueron los dementes declarados en juicio y los sordomudos que no podían expresarse por escrito. Por su estado y condición se hallaban imposibilitados de votar los religiosos, los soldados y los detenidos por juez competente. Por causas de indignidad, no podían sufragar los reincidentes condenados por delitos contra la propiedad, durante cinco años después de cumplida la condena, los penados por falso testimonio y por delitos electorales, por el lapso de cinco años.
Las juntas escrutadoras de votos eran las encargadas del recuento de las votaciones, reuniéndose en la Cámara de Diputados de la Nación o en la Legislatura, constituyéndose dichas juntas en cada capital de provincia, integrada por el presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, el juez Federal y el presidente del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia. En la capital de la república la integró el presidente de la Cámara Civil.
La primera aplicación de la ley fue en abril de 1912, en Santa Fe y Buenos Aires. Las primeras elecciones presidenciales realizadas bajo el sistema de la ley ocurrieron en 1916, cuatro años después de su sanción, y resultaron el triunfo del candidato por la Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen, la principal fuerza opositora al Partido Autonomista Nacional y que hasta entonces no había accedido al poder.
La llamada Ley Sáenz Peña marcó un antes y un después en la política argentina. No es para menos: el sufragio secreto y obligatorio señaló el fin del tiempo conservador y el ascenso de un movimiento de cuño plebeyo que venía esperando su hora, el radicalismo. Entre 1853 y 1910 hubo república, sí, pero la democracia funcionó a medias. La reforma electoral que puso las cosas en su lugar maduró como un fruto y alumbró cuando el reclamo de participación ciudadana se hacía sentir con cada vez mayor estridencia y, a su vez, el orden conservador presentaba claros signos de agotamiento. Todo con el telón de fondo de las luchas obreras, que a menudo teñían las calles de sangre. Ante ese paisaje de crispación social, los referentes más lúcidos de la vieja aristocracia pensaron que había llegado la hora de abrir las válvulas, o el estallido podía acabar con el sistema. Pasados los fastos del Centenario, llegó a la Presidencia Roque Sáenz Peña, convencido de que le tocaría a él producir el cambio reclamado y temido a la vez. Reclamado más que nada por los radicales, que desde 1890 bregaban por la apertura política y cada tanto organizaban movimientos cívico-militares para desestabilizar el régimen, aunque hasta allí sin éxito.
Respuesta: Ley Sáenz Peña es el nombre por el que se conoce a la ley 8.871 sancionada por el Congreso de la Nación Argentina el 10 de febrero de 1912, que estableció el voto secreto y obligatorio para los ciudadanos argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores de 18 años de edad, habitantes de la nación y que estuvieran inscriptos en el padrón electoral que se confeccionaba con los datos provenientes del servicio militar obligatorio a su vez esta ley no afectaba a los inmigrantes.1
Esta ley debe su nombre a su impulsor, el presidente Roque Sáenz Peña, miembro del ala modernista del Partido Autonomista Nacional.2 Fue coautor de la misma el político católico Indalecio Gómez.3
Esta ley adoptaba el espíritu de universalizar el voto y no prohibía el voto de la mujer, siendo esto muy avanzado para la época, de hecho la primera mujer en votar en Argentina fue la Dra. Julieta Lanteri, quién votó el 26 de noviembre de 1911, sin embargo, posteriormente se sancionó en la ciudad de Buenos Aires una ordenanza que definía el uso del padrón del servicio militar obligatorio como padrón electoral, así se demoró el ingreso al padrón por parte de las mujeres hasta 1947. Otras personas que eran consideradas incapaces de ejercer el derecho fueron los dementes declarados en juicio y los sordomudos que no podían expresarse por escrito. Por su estado y condición se hallaban imposibilitados de votar los religiosos, los soldados y los detenidos por juez competente. Por causas de indignidad, no podían sufragar los reincidentes condenados por delitos contra la propiedad, durante cinco años después de cumplida la condena, los penados por falso testimonio y por delitos electorales, por el lapso de cinco años.
Las juntas escrutadoras de votos eran las encargadas del recuento de las votaciones, reuniéndose en la Cámara de Diputados de la Nación o en la Legislatura, constituyéndose dichas juntas en cada capital de provincia, integrada por el presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, el juez Federal y el presidente del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia. En la capital de la república la integró el presidente de la Cámara Civil.
La primera aplicación de la ley fue en abril de 1912, en Santa Fe y Buenos Aires. Las primeras elecciones presidenciales realizadas bajo el sistema de la ley ocurrieron en 1916, cuatro años después de su sanción, y resultaron el triunfo del candidato por la Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen, la principal fuerza opositora al Partido Autonomista Nacional y que hasta entonces no había accedido al poder.
Explicación: dame corona
Respuesta:
La llamada Ley Sáenz Peña marcó un antes y un después en la política argentina. No es para menos: el sufragio secreto y obligatorio señaló el fin del tiempo conservador y el ascenso de un movimiento de cuño plebeyo que venía esperando su hora, el radicalismo. Entre 1853 y 1910 hubo república, sí, pero la democracia funcionó a medias. La reforma electoral que puso las cosas en su lugar maduró como un fruto y alumbró cuando el reclamo de participación ciudadana se hacía sentir con cada vez mayor estridencia y, a su vez, el orden conservador presentaba claros signos de agotamiento. Todo con el telón de fondo de las luchas obreras, que a menudo teñían las calles de sangre. Ante ese paisaje de crispación social, los referentes más lúcidos de la vieja aristocracia pensaron que había llegado la hora de abrir las válvulas, o el estallido podía acabar con el sistema. Pasados los fastos del Centenario, llegó a la Presidencia Roque Sáenz Peña, convencido de que le tocaría a él producir el cambio reclamado y temido a la vez. Reclamado más que nada por los radicales, que desde 1890 bregaban por la apertura política y cada tanto organizaban movimientos cívico-militares para desestabilizar el régimen, aunque hasta allí sin éxito.