PiluMenna Las REGIONES HOMOGÉNEAS se establecen en función de características unificadoras, con lo cual las diferencias internas no se consideran importantes. Esta noción de región implica que se defina una región uniendo áreas que son homogéneas por compartir criterios básicos predeterminados. Las características compartidas pueden ser económicas (p.e., rentas per cápita similares, un sector industrial dominante y común, tasas de paro uniformes), geográficas (un clima o topografía similares, un recurso natural común) o sociales y políticas (una identidad regional, un desarrollo histórico común). Uno de los problemas que esta noción plantea es que la uniformidad según algunos criterios puede significar heterogeneidad según otros. Así, el concebir regiones homogéneas basándose, por ejemplo, en altas tasas de paro puede dar lugar a un conjunto de regiones totalmente diferente del que se obtendría definiendo regiones en función de rentas per capita reducidas o de otros criterios.
El concepto de región homogénea implica, por lo tanto, que las diferencias entre la región y el resto de la economía son más importantes que las diferencias intrarregionales. Esto explica por qué este tipo de concepto les resulta atractivo a los economistas regionales que utilizan técnicas no espaciales, es decir, instrumentos de análisis que obvian la diferenciación espacial. En esta línea, los denominados modelos macroeconómicos regionales no incorporan el territorio como tal y consideran que el espacio es homogéneo. Se supone que una región crece y entra en crisis en su conjunto, y no debido a influencias diversas sobre industrias diferentes localizadas en distintos centros dentro de la región. De esta manera, la economía nacional puede considerarse como un conjunto de puntos espacialmente separados, denominados regiones. En consecuencia, podemos concluir que esta forma de definir regiones ignora las “fricciones” (diferencias) espaciales existentes "dentro" de las mismas, obviando elementos claves de la identidad territorial.
El concepto de región homogénea implica, por lo tanto, que las diferencias entre la región y el resto de la economía son más importantes que las diferencias intrarregionales. Esto explica por qué este tipo de concepto les resulta atractivo a los economistas regionales que utilizan técnicas no espaciales, es decir, instrumentos de análisis que obvian la diferenciación espacial. En esta línea, los denominados modelos macroeconómicos regionales no incorporan el territorio como tal y consideran que el espacio es homogéneo. Se supone que una región crece y entra en crisis en su conjunto, y no debido a influencias diversas sobre industrias diferentes localizadas en distintos centros dentro de la región. De esta manera, la economía nacional puede considerarse como un conjunto de puntos espacialmente separados, denominados regiones. En consecuencia, podemos concluir que esta forma de definir regiones ignora las “fricciones” (diferencias) espaciales existentes "dentro" de las mismas, obviando elementos claves de la identidad territorial.