Cuando teníamos la suerte de disfrutar de campamentos de más de 15 días en las playas de Cañete, los segundos domingo eran uno de los más esperados en la tropa scout Rimac 75 pues venían los familiares de visita.
Para los scouts mayores este día era especial porque, para los que estaban sin enamorada, podían buscar prospecto entre la hermanas, primas, tias que llegaban a visitar a los pequeños scout. Para los que estaban con enamorada, era especial, porque llegada la media naranja podían llevarla a conocer la playa de los lobos, las peñas o cualquier otro lugar alejado de la muchedumbre.
Para los scouts menores era especial porque ese día recibían la visita de sus familias quienes les dejaban viveres como por ejemplo fruta, galletes, etc.
En mi primer campamento, el día de visita cayó dos días antes de mi cumpleaños. Ese día me llevaron una sandía que había solicitado de regalo la cual no duro mucho porque le hinqué el diente esa misma tarde.
Recuerdo en una ocasión que a los hermanos Toribio, de la patrulla Aguilas, les llevaron manzanas y para que no se les pierda les pusieron número a cada una de ellas. A los dos días era voz popular en campamento el siguiente diálogo: Lucho, lucho (el guía de patrulla) se me ha perdido la manzana número 14…”
La parte nostálgica de ese día ocurría cuando la visita partía hacia Lima. Algunos por sus propios medios, la mayoría en uno (o dos) omnibus alquilados para tal fin.
En una ocasión el ómnibus se malogró y la visita quedó varada hasta el anochecer. En esa época me había ido a visitar mi enamorada por lo que pase ese tiempo en su compañía con el resto del grupo. Mientras esperábamos que venga la ayuda la pasamos cantando canciones de José José. Ha quedado en mi mente el tema “almohada” que cantamos a duo Elvis “Ladrón” Anampa y yo. Finalmente el ómnibus de apoyo llegó y se llevó a la visita.
Siempre quedaba un vacío de nostalgia en cada scout cuando veíamos a nuestros seres queridos partir a final del día. Recuerdos gratos escritos en la historia de la tropa scout y en nuestros corazones.
Cuando teníamos la suerte de disfrutar de campamentos de más de 15 días en las playas de Cañete, los segundos domingo eran uno de los más esperados en la tropa scout Rimac 75 pues venían los familiares de visita.
Para los scouts mayores este día era especial porque, para los que estaban sin enamorada, podían buscar prospecto entre la hermanas, primas, tias que llegaban a visitar a los pequeños scout. Para los que estaban con enamorada, era especial, porque llegada la media naranja podían llevarla a conocer la playa de los lobos, las peñas o cualquier otro lugar alejado de la muchedumbre.
Para los scouts menores era especial porque ese día recibían la visita de sus familias quienes les dejaban viveres como por ejemplo fruta, galletes, etc.
En mi primer campamento, el día de visita cayó dos días antes de mi cumpleaños. Ese día me llevaron una sandía que había solicitado de regalo la cual no duro mucho porque le hinqué el diente esa misma tarde.
Recuerdo en una ocasión que a los hermanos Toribio, de la patrulla Aguilas, les llevaron manzanas y para que no se les pierda les pusieron número a cada una de ellas. A los dos días era voz popular en campamento el siguiente diálogo: Lucho, lucho (el guía de patrulla) se me ha perdido la manzana número 14…”
La parte nostálgica de ese día ocurría cuando la visita partía hacia Lima. Algunos por sus propios medios, la mayoría en uno (o dos) omnibus alquilados para tal fin.
En una ocasión el ómnibus se malogró y la visita quedó varada hasta el anochecer. En esa época me había ido a visitar mi enamorada por lo que pase ese tiempo en su compañía con el resto del grupo. Mientras esperábamos que venga la ayuda la pasamos cantando canciones de José José. Ha quedado en mi mente el tema “almohada” que cantamos a duo Elvis “Ladrón” Anampa y yo. Finalmente el ómnibus de apoyo llegó y se llevó a la visita.
Siempre quedaba un vacío de nostalgia en cada scout cuando veíamos a nuestros seres queridos partir a final del día. Recuerdos gratos escritos en la historia de la tropa scout y en nuestros corazones.