Hola chicos y chicas necesito un resumen que sea un poco largo acerca del libro¨ la hija del puma¨ de Monica Zak
TripaaaXd
A la luz de la luna vio al soldado. Se apoyaba en el fusil. Estaba tan cerca que podía verle el uniforme verde y las botas altas.Por suerte, cuando salió la luna y lo ahogo todo con su luz plena, a ella la ocultaba la som
bra de un árbol.El soldado encendió un cigarrillo y miró hacia donde Aschlop estaba. Ella trató de no respirar fuerte, pero era imposible. Por el uniforme del soldado comprendió que ya había pasado la frontera y que ahora estaba en Guatemala. El soldado vestía un uniforme igual al de los soldados que un día llegaron a su pueblo.Entre ella y el soldado mediaba una distancia como de treinta metros. La joven no sabía cuánto podría soportar quedarse quieta. No se atrevía a moverse, ni apoyarse en el tronco del árbol, mucho menos agacharse. Trató de quedarse completamente quieta y de ahuyentar el pánico.El soldado empezó a silbar, y Aschlop trató de distraerse con los cantos de los grillos y las cigarras, cuyo concierto se fue intensificando acompañado de graznidos y silbidos. No sabía qué animales producían tales sonidos, pero estaba segura de que eran animales y a estos no les tenía miedo alguno. En cambio, el soldado que tenía enfrente sí era peligroso. De repente, él se movió y ella tembló de angustia. El soldado tiró la colilla del cigarrillo y levantó el arma como si fuera a disparar. ¿La había visto? No. De pronto empezó a caminaren dirección a Gracias a Dios. Allí había un gran cuartel y ella sabía que esa parte de la frontera estaba muy vigilada, de modo que aunque ese soldado se fuera, había muchos otros en la cercanía. Aschlop continuó sin moverse bajo la sombra del árbol. ¿Sería imposible hacer lo que se había propuesto? ¿No era mejor volverse? Entonces pensó en el niño, y en los alumnos de la escuela con sus pancartas. Si ellos se habían atrevido, ella también tenía que hacerlo. Tenía que esperar a que oscureciera, dejar que la luna se ocultase y sólo entonces podría cruzar la frontera vigilada por una gran cantidad de soldados. Quería ir a Yalambojoch, pues pensaba que allí se enteraría de todo y encontraría asu hermano mayor, Mateo, lo mismo que a su abuela. Además hablaría con su abuelo Juan. Sin embargo, aún no se podía ir, laluz de la luna lo alumbraba todo; los árboles, las rocas y los arbustos se veían claramente y formaban sombras definidas. Si ella intentaba correr a campo abierto para alcanzar el bosque del otro lado de la frontera, los soldados podrían verla. Tenía que esperar que oscureciese.
bra de un árbol.El soldado encendió un cigarrillo y miró hacia donde Aschlop estaba. Ella trató de no respirar fuerte, pero era imposible. Por el uniforme del soldado comprendió que ya había pasado la frontera y que ahora estaba en Guatemala. El soldado vestía un uniforme igual al de los soldados que un día llegaron a su pueblo.Entre ella y el soldado mediaba una distancia como de treinta metros. La joven no sabía cuánto podría soportar quedarse quieta. No se atrevía a moverse, ni apoyarse en el tronco del árbol, mucho menos agacharse. Trató de quedarse completamente quieta y de ahuyentar el pánico.El soldado empezó a silbar, y Aschlop trató de distraerse con los cantos de los grillos y las cigarras, cuyo concierto se fue intensificando acompañado de graznidos y silbidos. No sabía qué animales producían tales sonidos, pero estaba segura de que eran animales y a estos no les tenía miedo alguno. En cambio, el soldado que tenía enfrente sí era peligroso. De repente, él se movió y ella tembló de angustia. El soldado tiró la colilla del cigarrillo y levantó el arma como si fuera a disparar. ¿La había visto? No. De pronto empezó a caminaren dirección a Gracias a Dios. Allí había un gran cuartel y ella sabía que esa parte de la frontera estaba muy vigilada, de modo que aunque ese soldado se fuera, había muchos otros en la cercanía. Aschlop continuó sin moverse bajo la sombra del árbol. ¿Sería imposible hacer lo que se había propuesto? ¿No era mejor volverse? Entonces pensó en el niño, y en los alumnos de la escuela con sus pancartas. Si ellos se habían atrevido, ella también tenía que hacerlo. Tenía que esperar a que oscureciera, dejar que la luna se ocultase y sólo entonces podría cruzar la frontera vigilada por una gran cantidad de soldados. Quería ir a Yalambojoch, pues pensaba que allí se enteraría de todo y encontraría asu hermano mayor, Mateo, lo mismo que a su abuela. Además hablaría con su abuelo Juan. Sin embargo, aún no se podía ir, laluz de la luna lo alumbraba todo; los árboles, las rocas y los arbustos se veían claramente y formaban sombras definidas. Si ella intentaba correr a campo abierto para alcanzar el bosque del otro lado de la frontera, los soldados podrían verla. Tenía que esperar que oscureciese.