Edipo Rey, hay una escena de un enfrentamiento entre el rey Edipo y el sacerdote Tiresias, al momento de hacerse las averiguaciones sobre quién fue el asesino de Layo, el antiguo rey de Tebas. Tiresias, que era ciego, tenía la habilidad de predecir el futuro. Cuando Edipo lo acusa de ser el causante de los males del reino, el sacerdote le responde con unas palabras, que a todas luces, son un poco enigmáticas para el rey. Tiresias le dice: “… tú tienes ojos pero no ves nada y yo que soy ciego lo veo todo con toda claridad…” “no ves los males en los que estás metido…” “…antes de que acabe el día vivirás en las tinieblas…” En las obras de teatro griego lo más importante de la estructura dramática es la unidad de tiempo, lugar y espacio. En nuestros tiempos, que no sabemos si vivimos en una tragedia o en una comedia delineada por algún ser fetichista, con la proliferación de los medios masivos, ocurrió el colapso del tiempo, lugar y espacio. Lo vemos todo por televisión y no vemos nada. O lo que es peor, sabemos cada vez menos. Mientras más imágenes violentas menos posibilidades de cuestionamientos. En otras palabras, no importa desde dónde se mire la realidad, siempre habrá confusión, incertidumbre y desinformación. Lo que nos lleva a pensar sobre lo en verdad es la realidad, en cómo se construye ésta y en cómo la decodificamos. Toda imagen es una mezcla de luz y de sombra. La luz muestra y la sombra oculta. No todo lo que nuestros ojos ven es lo correcto. Todo depende del ángulo en que se mira o la apreciación del que observa. Dicho de otra forma, todo depende de los marcos de referencias, que son con lo que se construye el pensamiento. Por ejemplo, si una persona nunca ha visto un arma de fuego, como fue el caso de los indígenas en América durante el periodo de la colonización, en el momento que los colonizadores la utilizaron no sabían darle una explicación dentro del conocimiento de su época y de su entorno. Esto es lo que se conoce como una imagen violenta con función expresiva. No se cuenta nada violento si no que se da un dato violento. Es como la alegoría de la caverna de Platón. La misma relata la historia de tres personas que desde que son pequeños los encierran y los amarran dentro de una cueva. En la parte de atrás hay un fuego que les sirve de iluminación. Por otro lado contribuye a que se proyecte sus sombras en sentido contrario. Durante el día la luz entra de afuera de la caverna. Esta proyecta las siluetas de las personas y animales que pasan por el lugar. El sonido que entra es entrecortado. Para los encadenados, las imágenes de las personas que caminan y que se proyectan en las paredes de la cueva, son la realidad. Construyen imágenes o pensamientos y las ordenan de tal forma que les resulta familiar. Si uno de esos prisioneros es soltado, lo primero que recibirá es un chorro de luz que entrará por los ojos de forma violenta. Poco a poco se acostumbrará a la iluminación pero tendrá que volver a reconceptualizar la realidad lo que comprendía como verdad ya no lo es. Si esa persona decide volver para explicarles a los otros lo que es la verdad, lo tildarán de loco, es más, pensarán que salir de la cueva les puede causar la demencia. Ahora sería bueno explicar todo este enigma que he causado como si fuera una esfinge contemporánea. La alegoría de las cavernas nos sirve para explicar lo que significa una imagen que en apariencia es la realidad. Poco a poco, según las vivencias y los marcos de referencias cognitivas, es que aprende a decodificar una imagen. Cuando hay un enfrentamiento con la luz, luego de vivir en la oscuridad, ésta puede causar la ceguera. En el 1991, cuando estalla la guerra del Golfo Pérsico, luego de que fuera anunciada por meses, me causó una gran conmoción. Lo único que se veía por televisión eran unas luces verdes que parecía más a una despedida de año que un bombardeo. Parece que los estadounidenses aprovecharon el momento para poder deshacerse de todas esas bombas viejas, ya caducas, y dejarlas en el desierto. Nunca presentaron un muerto, o por lo menos, ninguno que fuera iraquí. Se presentaron imágenes violentas pero no enseñaron la cara de la violencia. Se mostró lo que sufrían los familiares de los soldados estadounidenses pero nunca lo que sufrieron las madres de los iraquíes. ¿Realmente sucedió lo que mostraron por la televisión? ¿Cómo sabemos que no fue una imagen construida en un estudio de cine? Antes de que ocurriera una guerra en el medio oriente, lo poco que se sabía sobre esa región es que había petróleo, que los hombres se dejaban la barba y que las mujeres se ocultan el rostro. Luego de que se bombardeara Irak sabemos que en esa región hay petróleo, que los hombres se dejan la barba y que las mujeres se ocultan el rostro. Dicho de otra forma, no sabemos más de esa región que lo que sabemos ahora. Sin embargo, el dios todopoderoso llamado televisión transmitió muchas imágenes, claro que con la bendición del sumo sacerdote de nombre Pentágono. Hace unos años que comenzó, de nuevo, la invasión de los estadounidenses al territorio iraquí, nos volvieron a poner el velo, llenarnos de imágenes que se nos impregnan como si fueran la realidad. La humanidad se ha acostumbrado a las imágenes violentas que se nos presentan por televisión. Existe cierto gusto morboso por las desgracias de otros. Es más, basta con decir que se vio por televisión para justificar su validez. Es casi como si Dios hablara. ¿Qué mísero mortal sería capaz de robar el fuego de los dioses de la información? Al que lo intente, lo marginan. Esto le ocurrió a un reportero de televisión que se atrevió a presentar la otra cara de la guerra. La consecuencia fue que lo despidieron. Esto de la violencia en los medios no es nuevo ya que los comunicadores de todos los tiempos lo han hecho. Homero lo hizo con la Iliada. El antiguo testamento es sumamente violento, por dar otro ejemplo.
Hola! Edipo descubre la verdad de forma dolorosa y confusa, su relacion con el mito de las cavernas es el siguente, segun platon nosotros, las personas, somos esclavos de nuestra ignorancia(las cadenas) y solo vemos sombras ,pero cuando nos liberamos conocemos la verdad( que lo que vemos son solo proyecciones o sombras)
Edipo Rey, hay una escena de un enfrentamiento entre el rey Edipo y el sacerdote Tiresias, al momento de hacerse las averiguaciones sobre quién fue el asesino de Layo, el antiguo rey de Tebas. Tiresias, que era ciego, tenía la habilidad de predecir el futuro. Cuando Edipo lo acusa de ser el causante de los males del reino, el sacerdote le responde con unas palabras, que a todas luces, son un poco enigmáticas para el rey. Tiresias le dice: “… tú tienes ojos pero no ves nada y yo que soy ciego lo veo todo con toda claridad…” “no ves los males en los que estás metido…” “…antes de que acabe el día vivirás en las tinieblas…”
En las obras de teatro griego lo más importante de la estructura dramática es la unidad de tiempo, lugar y espacio. En nuestros tiempos, que no sabemos si vivimos en una tragedia o en una comedia delineada por algún ser fetichista, con la proliferación de los medios masivos, ocurrió el colapso del tiempo, lugar y espacio. Lo vemos todo por televisión y no vemos nada. O lo que es peor, sabemos cada vez menos. Mientras más imágenes violentas menos posibilidades de cuestionamientos. En otras palabras, no importa desde dónde se mire la realidad, siempre habrá confusión, incertidumbre y desinformación. Lo que nos lleva a pensar sobre lo en verdad es la realidad, en cómo se construye ésta y en cómo la decodificamos.
Toda imagen es una mezcla de luz y de sombra. La luz muestra y la sombra oculta. No todo lo que nuestros ojos ven es lo correcto. Todo depende del ángulo en que se mira o la apreciación del que observa. Dicho de otra forma, todo depende de los marcos de referencias, que son con lo que se construye el pensamiento. Por ejemplo, si una persona nunca ha visto un arma de fuego, como fue el caso de los indígenas en América durante el periodo de la colonización, en el momento que los colonizadores la utilizaron no sabían darle una explicación dentro del conocimiento de su época y de su entorno. Esto es lo que se conoce como una imagen violenta con función expresiva. No se cuenta nada violento si no que se da un dato violento.
Es como la alegoría de la caverna de Platón. La misma relata la historia de tres personas que desde que son pequeños los encierran y los amarran dentro de una cueva. En la parte de atrás hay un fuego que les sirve de iluminación. Por otro lado contribuye a que se proyecte sus sombras en sentido contrario. Durante el día la luz entra de afuera de la caverna. Esta proyecta las siluetas de las personas y animales que pasan por el lugar. El sonido que entra es entrecortado. Para los encadenados, las imágenes de las personas que caminan y que se proyectan en las paredes de la cueva, son la realidad. Construyen imágenes o pensamientos y las ordenan de tal forma que les resulta familiar. Si uno de esos prisioneros es soltado, lo primero que recibirá es un chorro de luz que entrará por los ojos de forma violenta. Poco a poco se acostumbrará a la iluminación pero tendrá que volver a reconceptualizar la realidad lo que comprendía como verdad ya no lo es.
Si esa persona decide volver para explicarles a los otros lo que es la verdad, lo tildarán de loco, es más, pensarán que salir de la cueva les puede causar la demencia.
Ahora sería bueno explicar todo este enigma que he causado como si fuera una esfinge contemporánea. La alegoría de las cavernas nos sirve para explicar lo que significa una imagen que en apariencia es la realidad. Poco a poco, según las vivencias y los marcos de referencias cognitivas, es que aprende a decodificar una imagen. Cuando hay un enfrentamiento con la luz, luego de vivir en la oscuridad, ésta puede causar la ceguera.
En el 1991, cuando estalla la guerra del Golfo Pérsico, luego de que fuera anunciada por meses, me causó una gran conmoción. Lo único que se veía por televisión eran unas luces verdes que parecía más a una despedida de año que un bombardeo. Parece que los estadounidenses aprovecharon el momento para poder deshacerse de todas esas bombas viejas, ya caducas, y dejarlas en el desierto. Nunca presentaron un muerto, o por lo menos, ninguno que fuera iraquí. Se presentaron imágenes violentas pero no enseñaron la cara de la violencia. Se mostró lo que sufrían los familiares de los soldados estadounidenses pero nunca lo que sufrieron las madres de los iraquíes. ¿Realmente sucedió lo que mostraron por la televisión? ¿Cómo sabemos que no fue una imagen construida en un estudio de cine?
Antes de que ocurriera una guerra en el medio oriente, lo poco que se sabía sobre esa región es que había petróleo, que los hombres se dejaban la barba y que las mujeres se ocultan el rostro. Luego de que se bombardeara Irak sabemos que en esa región hay petróleo, que los hombres se dejan la barba y que las mujeres se ocultan el rostro. Dicho de otra forma, no sabemos más de esa región que lo que sabemos ahora. Sin embargo, el dios todopoderoso llamado televisión transmitió muchas imágenes, claro que con la bendición del sumo sacerdote de nombre Pentágono.
Hace unos años que comenzó, de nuevo, la invasión de los estadounidenses al territorio iraquí, nos volvieron a poner el velo, llenarnos de imágenes que se nos impregnan como si fueran la realidad.
La humanidad se ha acostumbrado a las imágenes violentas que se nos presentan por televisión. Existe cierto gusto morboso por las desgracias de otros. Es más, basta con decir que se vio por televisión para justificar su validez. Es casi como si Dios hablara. ¿Qué mísero mortal sería capaz de robar el fuego de los dioses de la información? Al que lo intente, lo marginan. Esto le ocurrió a un reportero de televisión que se atrevió a presentar la otra cara de la guerra. La consecuencia fue que lo despidieron.
Esto de la violencia en los medios no es nuevo ya que los comunicadores de todos los tiempos lo han hecho. Homero lo hizo con la Iliada. El antiguo testamento es sumamente violento, por dar otro ejemplo.
Hola! Edipo descubre la verdad de forma dolorosa y confusa, su relacion con el mito de las cavernas es el siguente, segun platon nosotros, las personas, somos esclavos de nuestra ignorancia(las cadenas) y solo vemos sombras ,pero cuando nos liberamos conocemos la verdad( que lo que vemos son solo proyecciones o sombras)