¿Por qué la educación en el Ecuador no se ha desarrollado como los planes o currículos programáticos establecidos preveían? ¿Cuáles han sido los errores del Estado como administrador del proceso educativo del país? ¿Qué se está haciendo y qué se debe mejorar para cumplir con los estándares internacionales educativos?
La educación en el país nunca tuvo un proceso ejecutable, es decir, existieron programas que tal vez tenían las mejores intenciones pero no se contaba con los recursos económicos que proporcionen recursos físicos y humanos que coadyuven al fortalecimiento de un programa y un proceso educativo confiable.
El Estado desde su fundación priorizó el pago de la deuda externa, que es más una deuda eterna, que la inversión en la deuda social, las políticas de organismos internacionales que habían generados una relación de "asesoramiento económico" con el país, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Consenso de Washington se convirtieron en actores y jueces del destino de la distribución económica del Ecuador año tras año; descuidando el proceso educativo, generando como consecuencias, problemas sociales severos como se detalla más adelante en el desarrollo del presente trabajo.
En la actualidad, tanto a nivel internacional (NNUU y sus organismos como la UNESCO) y local (Asamblea Nacional, Ministerio de Educación, SENESCYT) se han generado espacios de debate para responder a un problema planetario, pero que en países sudamericanos como el Ecuador, tiene un contraste no solo de retraso, sino, de falta de compromiso para cambiar y mejorar el proceso de educación y que por fin sea concebido como un derecho y no, como en la realidad se percibía por el entorno en que se desarrollaba, un privilegio.
Sin embargo, a pesar de los avances, este nuevo proceso tiene varias esferas que nublan el horizonte de excelencia, calidad e inclusión económica que se anhela, una evaluación que no analiza el proceso educativo, una calificación a centros de educación superior que obliga a estudiantes a migrar a otras ciudades para obtener un título en una universidad que posibilite tener un mejor panorama laboral, un sistema de admisión universitaria que coarta la aspiración profesional de un o una ciudadana, prevaleciendo en el Estado el sentido de excelencia con pruebas desarticuladas entre el Sistema Nacional de Nivelación y Admisión (SNNA) y el Instituto Nacional de Evaluación (INEVAL), y, por supuesto, el cambio constante y repentino de ministros educativos, que no permiten el desarrollo del proceso, y generalmente, llegan tecnócratas que imponen políticas alejadas de la realidad y que no dan los resultados esperados.
El presente trabajo hace un análisis histórico y general que permitirá al lector comprender los problemas educativos que ha tenido el país, pero también de los avances a los que se ha llegado y lo que se puede mejorar para alcanzar los estándares que organismos internacionales solicitan para conseguir una verdadera Educación De Calidad.
¿Por qué la educación en el Ecuador no se ha desarrollado como los planes o currículos programáticos establecidos preveían? ¿Cuáles han sido los errores del Estado como administrador del proceso educativo del país? ¿Qué se está haciendo y qué se debe mejorar para cumplir con los estándares internacionales educativos?
La educación en el país nunca tuvo un proceso ejecutable, es decir, existieron programas que tal vez tenían las mejores intenciones pero no se contaba con los recursos económicos que proporcionen recursos físicos y humanos que coadyuven al fortalecimiento de un programa y un proceso educativo confiable.
El Estado desde su fundación priorizó el pago de la deuda externa, que es más una deuda eterna, que la inversión en la deuda social, las políticas de organismos internacionales que habían generados una relación de "asesoramiento económico" con el país, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Consenso de Washington se convirtieron en actores y jueces del destino de la distribución económica del Ecuador año tras año; descuidando el proceso educativo, generando como consecuencias, problemas sociales severos como se detalla más adelante en el desarrollo del presente trabajo.
En la actualidad, tanto a nivel internacional (NNUU y sus organismos como la UNESCO) y local (Asamblea Nacional, Ministerio de Educación, SENESCYT) se han generado espacios de debate para responder a un problema planetario, pero que en países sudamericanos como el Ecuador, tiene un contraste no solo de retraso, sino, de falta de compromiso para cambiar y mejorar el proceso de educación y que por fin sea concebido como un derecho y no, como en la realidad se percibía por el entorno en que se desarrollaba, un privilegio.
Sin embargo, a pesar de los avances, este nuevo proceso tiene varias esferas que nublan el horizonte de excelencia, calidad e inclusión económica que se anhela, una evaluación que no analiza el proceso educativo, una calificación a centros de educación superior que obliga a estudiantes a migrar a otras ciudades para obtener un título en una universidad que posibilite tener un mejor panorama laboral, un sistema de admisión universitaria que coarta la aspiración profesional de un o una ciudadana, prevaleciendo en el Estado el sentido de excelencia con pruebas desarticuladas entre el Sistema Nacional de Nivelación y Admisión (SNNA) y el Instituto Nacional de Evaluación (INEVAL), y, por supuesto, el cambio constante y repentino de ministros educativos, que no permiten el desarrollo del proceso, y generalmente, llegan tecnócratas que imponen políticas alejadas de la realidad y que no dan los resultados esperados.
El presente trabajo hace un análisis histórico y general que permitirá al lector comprender los problemas educativos que ha tenido el país, pero también de los avances a los que se ha llegado y lo que se puede mejorar para alcanzar los estándares que organismos internacionales solicitan para conseguir una verdadera Educación De Calidad.