ok telo he resumido mucho espero mis puntos crack.disfrutalo
Explicación:
1. Planteo del problema e hipótesis: diálogo, el gran ausente
En un contexto democrático, el discurso político que da forma a los mensajes de las campañas electorales presidenciales se relaciona, de modo inexorable, con la búsqueda de la eficacia. Eficacia entendida como poder de guiar, seducir y persuadir al electorado, convenciéndolo de que la propia posición frente a los temas de debate público y político es mejor que la de los contendientes. En este sentido presupondría, por tanto y como premisa básica, el diálogo. Sin embargo, la hipótesis principal que hila la trama de este trabajo, supone que en los discursos políticos de las campañas electorales presidenciales en la Argentina de los últimos veinte años, predominan el monólogo y la utilización de la imagen como vía de persuasión monológica.
Para recorrer esa espina dorsal que sostiene y articula la propuesta, será necesario analizar detenidamente y por separado las vértebras que la conforman. La separación, cabe aclarar, es artificial y se efectuará solo a los fines analíticos, dado que se encuentran estrechamente ligadas entre sí y dan lugar a una particular dinámica. Algunas de las piezas que nos interesa explorar de ese rompecabezas son: las estrategias discursivas más empleadas por los candidatos, el papel de los sondeos de opinión, la influencia de las modalidades mediáticas actuales de comunicación, las actitudes del electorado frente a los mensajes de campaña, los principales efectos que producen los mensajes sobre los votantes, así como las variables intervinientes en la determinación del comportamiento electoral. Todos esos elementos, articulados y en conjunto, permiten bosquejar un cuadro que nos aproximaría al entendimiento de la lógica que subyace a los discursos políticos de los mensajes de las campañas presidenciales en Argentina, así como al por qué del predominio del monólogo en ellos.
La ausencia de diálogo no constituye una cuestión menor y debería considerarse como un serio llamado de atención. Debate, propuesta y defensa de argumentos caracterizan y son requisito de las instituciones y procesos que denominamos democráticos. La dialéctica –o arte de disputar- y la retórica –o arte de componer discursos- han estado desde siempre muy emparentadas. La retórica, práctica y teoría
del discurso dirigido a producir un efecto no de información sino de persuasión, ha encontrado sus momentos de mayor desarrollo dentro de la constitución democrática que garantiza la libre expresión de las opiniones. Tiene una vida e historia en común con la Democracia (Ortega Carmona, 1997), en la medida en que en su seno las controversias se resuelven por medio del debate en sus más variados modos. Desde sus albores, discurso político y democracia muestran una profunda ligazón, estando inicialmente la técnica de la palabra al servicio de una concepción que se aparta de la religión y que hace del hombre la medida de toda valoración, abrazando un relativismo subjetivo que tuvo indudables efectos políticos. La palabra y el discurso se transformaron en herramientas imprescindibles a los fines de la persuasión y la formación de consenso. En las democracias, el debate público tiene una indiscutible utilidad a los fines de la confrontación de los intereses opuestos y hasta el propio lugar de la sociedad civil en la vida política se vincula con la idea de una ciudadanía activa, de individuos que participan de la deliberación pública y de la vida política y asociativa libre.
Cuando se refiere a lo que una sociedad debería esperar de una campaña electoral, diversos teóricos (Kelley, 1960; Bennett, 1992) entienden que ella tendría que “educar” a los votantes para permitirles una toma de decisión informada y, a partir de allí, comunicar claramente sus preferencias a quienes resulten electos. El mejor medio para dicho fin parece ser la discusión pública libre y abierta.
2. Definiciones básicas
En este trabajo, nos interesará en particular analizar el discurso político en el contexto de los mensajes que, en conjunto, dan forma a las campañas electorales presidenciales en Argentina. Para dicho objetivo resulta necesario, a modo de condición sine qua non, establecer ciertos criterios que implican una toma de posición, seguramente discutible y argumentable pero imprescindible, dado que se trata de definiciones y estipulaciones que resultarán cruciales por constituir puntos de partida básicos, cimientos sobre los que se asentarán las posteriores discusiones. Así, se hace preciso explicitar las definiciones elegidas respecto de las siguientes categorías: “campaña electoral”, “discurso político”, “discurso político de campaña”, “deliberación pública” y “discurso político de campaña saludable o ideal”
Respuesta:
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Explicación:
1. Planteo del problema e hipótesis: diálogo, el gran ausente
En un contexto democrático, el discurso político que da forma a los mensajes de las campañas electorales presidenciales se relaciona, de modo inexorable, con la búsqueda de la eficacia. Eficacia entendida como poder de guiar, seducir y persuadir al electorado, convenciéndolo de que la propia posición frente a los temas de debate público y político es mejor que la de los contendientes. En este sentido presupondría, por tanto y como premisa básica, el diálogo. Sin embargo, la hipótesis principal que hila la trama de este trabajo, supone que en los discursos políticos de las campañas electorales presidenciales en la Argentina de los últimos veinte años, predominan el monólogo y la utilización de la imagen como vía de persuasión monológica.
Para recorrer esa espina dorsal que sostiene y articula la propuesta, será necesario analizar detenidamente y por separado las vértebras que la conforman. La separación, cabe aclarar, es artificial y se efectuará solo a los fines analíticos, dado que se encuentran estrechamente ligadas entre sí y dan lugar a una particular dinámica. Algunas de las piezas que nos interesa explorar de ese rompecabezas son: las estrategias discursivas más empleadas por los candidatos, el papel de los sondeos de opinión, la influencia de las modalidades mediáticas actuales de comunicación, las actitudes del electorado frente a los mensajes de campaña, los principales efectos que producen los mensajes sobre los votantes, así como las variables intervinientes en la determinación del comportamiento electoral. Todos esos elementos, articulados y en conjunto, permiten bosquejar un cuadro que nos aproximaría al entendimiento de la lógica que subyace a los discursos políticos de los mensajes de las campañas presidenciales en Argentina, así como al por qué del predominio del monólogo en ellos.
La ausencia de diálogo no constituye una cuestión menor y debería considerarse como un serio llamado de atención. Debate, propuesta y defensa de argumentos caracterizan y son requisito de las instituciones y procesos que denominamos democráticos. La dialéctica –o arte de disputar- y la retórica –o arte de componer discursos- han estado desde siempre muy emparentadas. La retórica, práctica y teoría
del discurso dirigido a producir un efecto no de información sino de persuasión, ha encontrado sus momentos de mayor desarrollo dentro de la constitución democrática que garantiza la libre expresión de las opiniones. Tiene una vida e historia en común con la Democracia (Ortega Carmona, 1997), en la medida en que en su seno las controversias se resuelven por medio del debate en sus más variados modos. Desde sus albores, discurso político y democracia muestran una profunda ligazón, estando inicialmente la técnica de la palabra al servicio de una concepción que se aparta de la religión y que hace del hombre la medida de toda valoración, abrazando un relativismo subjetivo que tuvo indudables efectos políticos. La palabra y el discurso se transformaron en herramientas imprescindibles a los fines de la persuasión y la formación de consenso. En las democracias, el debate público tiene una indiscutible utilidad a los fines de la confrontación de los intereses opuestos y hasta el propio lugar de la sociedad civil en la vida política se vincula con la idea de una ciudadanía activa, de individuos que participan de la deliberación pública y de la vida política y asociativa libre.
Cuando se refiere a lo que una sociedad debería esperar de una campaña electoral, diversos teóricos (Kelley, 1960; Bennett, 1992) entienden que ella tendría que “educar” a los votantes para permitirles una toma de decisión informada y, a partir de allí, comunicar claramente sus preferencias a quienes resulten electos. El mejor medio para dicho fin parece ser la discusión pública libre y abierta.
2. Definiciones básicas
En este trabajo, nos interesará en particular analizar el discurso político en el contexto de los mensajes que, en conjunto, dan forma a las campañas electorales presidenciales en Argentina. Para dicho objetivo resulta necesario, a modo de condición sine qua non, establecer ciertos criterios que implican una toma de posición, seguramente discutible y argumentable pero imprescindible, dado que se trata de definiciones y estipulaciones que resultarán cruciales por constituir puntos de partida básicos, cimientos sobre los que se asentarán las posteriores discusiones. Así, se hace preciso explicitar las definiciones elegidas respecto de las siguientes categorías: “campaña electoral”, “discurso político”, “discurso político de campaña”, “deliberación pública” y “discurso político de campaña saludable o ideal”