Guia Actividad 1. Teniendo en cuenta como lo explica el anterior párrafo de cómo elaborar un guion. Elabora tu propio guion teatral siguiendo estos 3 simples pasos: Escena 1: presentación (personajes y conflicto) Escena 2: desarrollo Escena 3: desenlace (solución o fin del conflicto)
Este contexto ha exacerbado el debate sobre la sobrevivencia de los artistas escénicos en una nueva realidad, y a los obstáculos que siempre han existido se le suma la imposibilidad de seguir trabajando. ¿Cómo continuar haciendo teatro y cómo vivir del teatro en medio de una pandemia cuya única solución es el aislamiento social? La pregunta es compleja, sobre todo si se toma en cuenta que encierra otra interrogante: la del futuro mismo del teatro, un arte que, en esencia, necesitaría de la presencia del cuerpo poético del actor y del expectante en una situación de convivio, como señala el filosofo argentino Jorge Dubatti (2014).
El virus acaba de arrebatarle al Teatro su arma más fundamental, la única que ha recorrido todas las épocas y continentes, la única que lo vuelve absolutamente singular y lo diferencia de la experiencia cinematográfica y las plataformas virtuales: la presencia en vivo -sin mediación de pantalla- del cuerpo del emisor, junto con el cuerpo del receptor.
Pero el ánimo de unos no ha sido bien recibido por todos. Coulasso, por ejemplo, critica las respuestas rápidas con las que algunos artistas han respondido a la crisis: transmisiones gratuitas de obras prepandemia, concursos de escritura en cuarentena, clases por Instagram Live para mitigar en el empleo
Estas medidas iniciales sirvieron para dar la sensación de que, a pesar de la crisis, todavía había teatro, si bien no se estaba produciendo nada nuevo, sino reproduciendo material de archivo para entretener a una población obligada a quedarse en su casa por un tiempo indefinido. Pero también rápidamente se hizo evidente que la transmisión de obras de teatro que alguna vez se representaron en vivo frente a un público presente en las salas de teatro, digitalizadas a través del internet, no representó una solución al asunto que es más importante: el empleo de los artistas escénicos y la producción de nuevos contenidos que respondan a una crisis que aún se está viviendo. Esta acción tampoco resolvió la pregunta sobre la posibilidad de producir teatro sin presencialidad.
y en el teatro.
Desarrollaremos algún tipo de nueva forma de empatía digital? Si el Teatro ha sido, desde sus más lejanos inicios, un espacio para encontrarnos, en vivo, para tocarnos, en vivo, para vernos, en vivo, ¿de qué forma vamos a servirnos de lo que el Teatro nos dio para compartirnos desde el aislamiento? ¿De qué forma esa herencia nos va a ayudar a llegar a ese otro hoy tan lejano? ¿Cómo vamos a tocarnos ahora que no nos podemos tocar?
Respuesta:
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Este contexto ha exacerbado el debate sobre la sobrevivencia de los artistas escénicos en una nueva realidad, y a los obstáculos que siempre han existido se le suma la imposibilidad de seguir trabajando. ¿Cómo continuar haciendo teatro y cómo vivir del teatro en medio de una pandemia cuya única solución es el aislamiento social? La pregunta es compleja, sobre todo si se toma en cuenta que encierra otra interrogante: la del futuro mismo del teatro, un arte que, en esencia, necesitaría de la presencia del cuerpo poético del actor y del expectante en una situación de convivio, como señala el filosofo argentino Jorge Dubatti (2014).
El virus acaba de arrebatarle al Teatro su arma más fundamental, la única que ha recorrido todas las épocas y continentes, la única que lo vuelve absolutamente singular y lo diferencia de la experiencia cinematográfica y las plataformas virtuales: la presencia en vivo -sin mediación de pantalla- del cuerpo del emisor, junto con el cuerpo del receptor.
Pero el ánimo de unos no ha sido bien recibido por todos. Coulasso, por ejemplo, critica las respuestas rápidas con las que algunos artistas han respondido a la crisis: transmisiones gratuitas de obras prepandemia, concursos de escritura en cuarentena, clases por Instagram Live para mitigar en el empleo
Estas medidas iniciales sirvieron para dar la sensación de que, a pesar de la crisis, todavía había teatro, si bien no se estaba produciendo nada nuevo, sino reproduciendo material de archivo para entretener a una población obligada a quedarse en su casa por un tiempo indefinido. Pero también rápidamente se hizo evidente que la transmisión de obras de teatro que alguna vez se representaron en vivo frente a un público presente en las salas de teatro, digitalizadas a través del internet, no representó una solución al asunto que es más importante: el empleo de los artistas escénicos y la producción de nuevos contenidos que respondan a una crisis que aún se está viviendo. Esta acción tampoco resolvió la pregunta sobre la posibilidad de producir teatro sin presencialidad. y en el teatro.
Desarrollaremos algún tipo de nueva forma de empatía digital? Si el Teatro ha sido, desde sus más lejanos inicios, un espacio para encontrarnos, en vivo, para tocarnos, en vivo, para vernos, en vivo, ¿de qué forma vamos a servirnos de lo que el Teatro nos dio para compartirnos desde el aislamiento? ¿De qué forma esa herencia nos va a ayudar a llegar a ese otro hoy tan lejano? ¿Cómo vamos a tocarnos ahora que no nos podemos tocar?