A lo largo de la historia, la ganadería en la Región de Murcia ha ostentado un papel destacado en la economía rural en su triple vertiente de aprovechamiento: producción de carne, de leche y como fuerza de trabajo. En esta zona, tradicionalmente, han presentado una mejor adaptación las cabañas caprina y ovina, dada la escasez de pastos debido a las seculares sequías que caracterizan este territorio, aunque durante las últimas décadas del siglo XX también destacara la porcina.
La actividad ganadera se encontraba antiguamente vinculada a una industria artesanal realizada por la población agraria como recurso complementario a la renta agrícola. Las matanzas de cerdos y de otras especies domésticas, como el cordero y el cabrito, constituyen la base de una auténtica cultura rural, que perdura en muchas manifestaciones folclóricas y festivas, así como en los hábitos más arraigados de la población. La necesidad de conservación de la carne en este entorno doméstico rural dio origen a productos como jamones y embutidos, sobre los que se fundamenta la moderna industria de transformados cárnicos.
En las últimas décadas la ganadería murciana ha experimentado importantes cambios, derivados, principalmente, de la industrialización iniciada en la década de los años sesenta, con la aparición de mataderos y otras instalaciones independientes de las explotaciones rurales, aunque muy ligadas a ellas. Esta primera transformación se sustentaba en un ámbito de mercado de proximidad, local y regional, que se traspasa años más tarde con el desarrollo y consolidación de empresas netamente industriales, de ciclo integrado, con proyección comercial a escala nacional y con destacadas compañías exportadoras.
El número de explotaciones ha ido disminuyendo y ha aumentado la superficie y modernización de las mismas, con el objeto de potenciar la productividad. En la cabaña ganadera se han efectuado mejoras sanitarias, así como una selección de especies autóctonas e introducción de razas importadas con las que conseguir un ganado más rentable.
En la actualidad, la ganadería murciana constituye un referente en el ámbito europeo en I + D, además de aportar una cuarta parte de la producción final agraria regional. La Consejería de Agricultura y Agua de la Región de Murcia estima que el valor de la producción animal asciende a 426 millones de euros, lo que supone el 3% del total nacional.
Destaca por encima de todos, el ganado porcino murciano, que ocupa el segundo lugar a escala nacional por provincias, tras Lleida. Además, existen razas autóctonas como el Chato Murciano, la Cabra Murciano-Granadina y el Cordero de Segura y La Sagra, así como productos derivados con Denominación de Origen, tales como el Queso de Murcia y el Queso de Murcia al Vino.
Distribución de la cabaña ganadera en la Región de Murcia
La mayor densidad de explotaciones ganaderas e industrias cárnicas en la Región se concentra en el Valle del Guadalentín, donde destacan Lorca, con una intensa producción ganadera en todas las especies, Totana y Alhama de Murcia. La segunda comarca ganadera y cárnica es la del Noroeste.
Lorca es el municipio con mayor participación en la ganadería regional, en torno al 26%, seguido de Fuente Álamo y Murcia con valores del 10% cada uno. Tras estos se sitúan Cartagena, Puerto Lumbreras, Alhama de Murcia, Caravaca de la Cruz y Totana, que presentan valores de entre 5 y 7%. Municipios como Torre Pacheco, Mula, Mazarrón, Moratalla, Pliego, Bullas, Calasparra, Santomera y Fortuna, tienen una participación en la ganadería murciana de entre el 1 y el 2%; el resto de poblaciones de la Región poseen una contribución simbólica.
A lo largo de la historia, la ganadería en la Región de Murcia ha ostentado un papel destacado en la economía rural en su triple vertiente de aprovechamiento: producción de carne, de leche y como fuerza de trabajo. En esta zona, tradicionalmente, han presentado una mejor adaptación las cabañas caprina y ovina, dada la escasez de pastos debido a las seculares sequías que caracterizan este territorio, aunque durante las últimas décadas del siglo XX también destacara la porcina.
La actividad ganadera se encontraba antiguamente vinculada a una industria artesanal realizada por la población agraria como recurso complementario a la renta agrícola. Las matanzas de cerdos y de otras especies domésticas, como el cordero y el cabrito, constituyen la base de una auténtica cultura rural, que perdura en muchas manifestaciones folclóricas y festivas, así como en los hábitos más arraigados de la población. La necesidad de conservación de la carne en este entorno doméstico rural dio origen a productos como jamones y embutidos, sobre los que se fundamenta la moderna industria de transformados cárnicos.
En las últimas décadas la ganadería murciana ha experimentado importantes cambios, derivados, principalmente, de la industrialización iniciada en la década de los años sesenta, con la aparición de mataderos y otras instalaciones independientes de las explotaciones rurales, aunque muy ligadas a ellas. Esta primera transformación se sustentaba en un ámbito de mercado de proximidad, local y regional, que se traspasa años más tarde con el desarrollo y consolidación de empresas netamente industriales, de ciclo integrado, con proyección comercial a escala nacional y con destacadas compañías exportadoras.
El número de explotaciones ha ido disminuyendo y ha aumentado la superficie y modernización de las mismas, con el objeto de potenciar la productividad. En la cabaña ganadera se han efectuado mejoras sanitarias, así como una selección de especies autóctonas e introducción de razas importadas con las que conseguir un ganado más rentable.
En la actualidad, la ganadería murciana constituye un referente en el ámbito europeo en I + D, además de aportar una cuarta parte de la producción final agraria regional. La Consejería de Agricultura y Agua de la Región de Murcia estima que el valor de la producción animal asciende a 426 millones de euros, lo que supone el 3% del total nacional.
Destaca por encima de todos, el ganado porcino murciano, que ocupa el segundo lugar a escala nacional por provincias, tras Lleida. Además, existen razas autóctonas como el Chato Murciano, la Cabra Murciano-Granadina y el Cordero de Segura y La Sagra, así como productos derivados con Denominación de Origen, tales como el Queso de Murcia y el Queso de Murcia al Vino.
Distribución de la cabaña ganadera en la Región de Murcia
La mayor densidad de explotaciones ganaderas e industrias cárnicas en la Región se concentra en el Valle del Guadalentín, donde destacan Lorca, con una intensa producción ganadera en todas las especies, Totana y Alhama de Murcia. La segunda comarca ganadera y cárnica es la del Noroeste.
Lorca es el municipio con mayor participación en la ganadería regional, en torno al 26%, seguido de Fuente Álamo y Murcia con valores del 10% cada uno. Tras estos se sitúan Cartagena, Puerto Lumbreras, Alhama de Murcia, Caravaca de la Cruz y Totana, que presentan valores de entre 5 y 7%. Municipios como Torre Pacheco, Mula, Mazarrón, Moratalla, Pliego, Bullas, Calasparra, Santomera y Fortuna, tienen una participación en la ganadería murciana de entre el 1 y el 2%; el resto de poblaciones de la Región poseen una contribución simbólica.
YHOLA MARI BAVIBEL