Los seres humanos alteran la composición de las comunidades biológicas a través de una variedad de actividades que aumentan las tasas de invasión y extinción de especies, desde escalas locales a globales. Estos cambios en la biodiversidad de la Tierra causan preocupación por razones éticas y estéticas, y además tienen un gran potencial para alterar las propiedades de los ecosistemas y los bienes y servicios que éstos prestan a la humanidad. La sobreexplotación es una de estas actividades humanas, que ocurre cuando se extraen individuos de una población o se utilizan los ecosistemas a una tasa mayor a la de la regeneración natural. La regeneración puede darse solamente por eventos reproductivos en poblaciones cerradas o a través de la reproducción y la llegada de individuos de otras poblaciones, lo que influye directamente sobre la dinámica poblacional, ya que la introducción de nuevos genotipos aumenta la resistencia y la velocidad de recuperación de las poblaciones luego de perturbaciones. La sobreexplotación es un factor significativo en la disminución poblacional y extinción de especies y frecuentemente opera en sinergia con otros disturbios tales como la pérdida o fragmentación de hábitat . Sin embargo, mientras que las disminuciones poblacionales debidas a la pérdida, degradación o fragmentación de hábitat son atendidas por biólogos conservacionistas y organismos gubernamentales, los paisajes “vacíos” o “semi-vacíos” son menos tenidos en cuenta.
Los seres humanos alteran la composición de las comunidades biológicas a través de una variedad de actividades que aumentan las tasas de invasión y extinción de especies, desde escalas locales a globales. Estos cambios en la biodiversidad de la Tierra causan preocupación por razones éticas y estéticas, y además tienen un gran potencial para alterar las propiedades de los ecosistemas y los bienes y servicios que éstos prestan a la humanidad. La sobreexplotación es una de estas actividades humanas, que ocurre cuando se extraen individuos de una población o se utilizan los ecosistemas a una tasa mayor a la de la regeneración natural. La regeneración puede darse solamente por eventos reproductivos en poblaciones cerradas o a través de la reproducción y la llegada de individuos de otras poblaciones, lo que influye directamente sobre la dinámica poblacional, ya que la introducción de nuevos genotipos aumenta la resistencia y la velocidad de recuperación de las poblaciones luego de perturbaciones. La sobreexplotación es un factor significativo en la disminución poblacional y extinción de especies y frecuentemente opera en sinergia con otros disturbios tales como la pérdida o fragmentación de hábitat . Sin embargo, mientras que las disminuciones poblacionales debidas a la pérdida, degradación o fragmentación de hábitat son atendidas por biólogos conservacionistas y organismos gubernamentales, los paisajes “vacíos” o “semi-vacíos” son menos tenidos en cuenta.