“Si Dios no vive en mí, vivo sin rumbo Vivo sin alma, vivo sin luz”.
Lo que nos explica esta afirmación, es que si no aceptamos a Dios en nuestro corazón, nuestro interior estará rodeado de tinieblas en donde no veremos la luz y tampoco no tendremos alma, porque no hemos aceptado a Cristo y también estaremos desobedeciendo la palabra del señor que es nuestro creador de nosotros.
“Si Dios no vive en mí, vivo sin rumbo Vivo sin alma, vivo sin luz”.
Lo que nos explica esta afirmación, es que si no aceptamos a Dios en nuestro corazón, nuestro interior estará rodeado de tinieblas en donde no veremos la luz y tampoco no tendremos alma, porque no hemos aceptado a Cristo y también estaremos desobedeciendo la palabra del señor que es nuestro creador de nosotros.