Hubimos mantenido, hace ya algunos años, en algún foro un buen número de debates de corte eminentemente metafísico. Nos resistimos a concebir un tipo de hombre mutilado y privado de su dimensión Trascendente. No comulgamos con posiciones reduccionistas. Muchos y variados fueron los aspectos, de esta índole, sobre los que hubimos debatido. Y algunos de éstos habían guardado una relación más o menos directa con una serie de cuestiones que andan muy interrelacionadas las unas con las otras, como es el caso del determinismo, del fatalismo, del nihilismo, del evasionismo o de actitudes pasivas y de fuga ante la existencia y ante la realidad circundante. Al respecto hemos extractado fragmentos de diferentes intervenciones nuestras. Una vez leídos los primeros, se podrá constatar el hecho de que para nosotros es Julius Evola quien mejor ha sabido interpretar la Tradición y los temas que de ella pueden derivar. Y nos referimos, cómo no, a la Tradición tal como siempre la concibieron nuestros ancestros; tal como la vivieron los pueblos indoeuropeos. Entre los fragmentos que figuran a continuación, aparecen sólo cuatro párrafos que no han sido el fruto de ningún debate, sino que forman parte de un escrito que elaboramos hace ya algún tiempo.
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Parece que existen ´evolianos´ que han adoptado posturas pasivas ante este disoluto mundo moderno, obviando de este modo que uno de los dos parámetros existenciales (ecuaciones personales, afirmó nuestro pensador) que dan forma y contenido a la obra de Evola es el de la opción de la vía ACTIVA, la del guerrero, la del kshatriya como camino a seguir por el hombre Tradicional; su otra ecuación personal latente ya a temprana edad fue su impulso hacia lo Trascendente.
Hubimos mantenido, hace ya algunos años, en algún foro un buen número de debates de corte eminentemente metafísico. Nos resistimos a concebir un tipo de hombre mutilado y privado de su dimensión Trascendente. No comulgamos con posiciones reduccionistas. Muchos y variados fueron los aspectos, de esta índole, sobre los que hubimos debatido. Y algunos de éstos habían guardado una relación más o menos directa con una serie de cuestiones que andan muy interrelacionadas las unas con las otras, como es el caso del determinismo, del fatalismo, del nihilismo, del evasionismo o de actitudes pasivas y de fuga ante la existencia y ante la realidad circundante.
Al respecto hemos extractado fragmentos de diferentes intervenciones nuestras. Una vez leídos los primeros, se podrá constatar el hecho de que para nosotros es Julius Evola quien mejor ha sabido interpretar la Tradición y los temas que de ella pueden derivar. Y nos referimos, cómo no, a la Tradición tal como siempre la concibieron nuestros ancestros; tal como la vivieron los pueblos indoeuropeos.
Entre los fragmentos que figuran a continuación, aparecen sólo cuatro párrafos que no han sido el fruto de ningún debate, sino que forman parte de un escrito que elaboramos hace ya algún tiempo.
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Parece que existen ´evolianos´ que han adoptado posturas pasivas ante este disoluto mundo moderno, obviando de este modo que uno de los dos parámetros existenciales (ecuaciones personales, afirmó nuestro pensador) que dan forma y contenido a la obra de Evola es el de la opción de la vía ACTIVA, la del guerrero, la del kshatriya como camino a seguir por el hombre Tradicional; su otra ecuación personal latente ya a temprana edad fue su impulso hacia lo Trascendente.