Explicar el origen del imperio persa y de los medos
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El imperio persa se formo en de la unión de los pueblos medos y persas, se desarrollaron en la meseta de la que hoy es Irán, hacia el año 1500 a.C. Se expandieron a los largo del Medio Oriente. Dario I fue su principal impulsor a nivel económico y territorial, aunque su expansión territorial se inició con el reinado de Ciro II. Imperio Medo, inicios del Imperio Persa En el II milenio, alrededor del año 1500, los persas ocuparon las regiones occidentales de Irán, indoeuropeos, venidos del otro lado del Cáucaso. Otros grupos penetraron en Asia Menor. Alguna de sus ramas siguió su camino hacia la India. Los que aquí se quedaron se llamaron medos y persas; éstos se establecieron en las comarcas meridionales, y los primeros en el Norte. Si la tribu de los persas aceptó al principio el dominio de los medos, pronto surgió un caudillo que supo organizarla. Fue Ciro, descendiente de Achaimenes, que dio nombre a la dinastía (Aqueménidas). Gran político y excelente general, unificó a sus compatriotas y se incorporó los medos al vencer a su rey Astiages (550). Desde este momento se lanzó a la conquista de los reinos vecinos: Lidia y Babilonia. En 540, Ciro vence en Sardes a Creso, rey de Lidia, y se anexiona este país. Tres años más tarde se apodera de Babilonia, mal defendida.
Imperio Medo, inicios del Imperio Persa
En el II milenio, alrededor del año 1500, los persas ocuparon las regiones occidentales de Irán, indoeuropeos, venidos del otro lado del Cáucaso. Otros grupos penetraron en Asia Menor. Alguna de sus ramas siguió su camino hacia la India. Los que aquí se quedaron se llamaron medos y persas; éstos se establecieron en las comarcas meridionales, y los primeros en el Norte. Si la tribu de los persas aceptó al principio el dominio de los medos, pronto surgió un caudillo que supo organizarla. Fue Ciro, descendiente de Achaimenes, que dio nombre a la dinastía (Aqueménidas). Gran político y excelente general, unificó a sus compatriotas y se incorporó los medos al vencer a su rey Astiages (550). Desde este momento se lanzó a la conquista de los reinos vecinos: Lidia y Babilonia. En 540, Ciro vence en Sardes a Creso, rey de Lidia, y se anexiona este país. Tres años más tarde se apodera de Babilonia, mal defendida.