La preocupación de los Estados por superar los obstáculos que impiden la plena incorporación de las mujeres en igualdad de condiciones en todos los espacios de la vida social, cultural y económica de los países se ha expresado en distintas medidas y propuestas concretas de políticas públicas. Los planes de igualdad género elaborados por los países de la región constituyen instrumentos de política y planificación relevantes que, impulsados por los mecanismos para el adelanto de las mujeres, dan cuenta tanto de los retos vigentes como de los compromisos de los Estados en la materia
Una primera cuestión que se aborda en este estudio refiere al vínculo de los mecanismos para el adelanto de las mujeres con los planes de igualdad de género. No cabe duda de que los planes han sido importantes para el fortalecimiento institucional de los mecanismos, a la vez que han potenciado la acción estatal en pos de la igualdad de género. Sin embargo, esta ruta no está exenta de riesgos, y el análisis realizado deja en evidencia la necesidad de promover procesos de transversalización de la perspectiva de género, potenciando la acción, responsabilidad y liderazgo de los mecanismos para el adelanto de las mujeres, además de involucrar activamente a todos los sectores y niveles de gobierno para concertar y compartir metas, y de asignar recursos en las distintas instancias para alcanzar los objetivos.
A partir del convencimiento de que un Estado inclusivo y una sociedad activa son dos caras de la misma moneda, el segundo elemento tratado en el estudio se relaciona con la elaboración participativa de los planes. En efecto, la experiencia da cuenta de procesos que han permitido considerar diversas voces y necesidades concretas de personas reales cuya posición diferenciada en la sociedad implica exigencias diversas. En este marco, el propósito del estudio es abrir el debate en torno a los retos futuros en esta materia, tanto respecto de la inclusión de las voces de aquellos que no tienen voz como del fomento de diálogos institucionales e intersectoriales con funcionarios de gobierno. En este sentido, se plantea la importancia de la deliberación social y de abrir canales de participación democrática en la elaboración, el seguimiento y la evaluación de los planes de igualdad. La revisión de los contenidos de los planes es el tercer elemento del presente estudio, en el que, más que enumerarse objetivos y de estrategias, se repasan las prioridades del Estado en relación con las desigualdades de género y los límites en el ejercicio de la autonomía de las mujeres. Este análisis permite contar con un panorama de los principales nudos críticos que persisten, pese a los avances registrados en los países de la región en materia de igualdad de género.
Se dan cuenta de problemáticas históricas aún no superadas, como la violencia contra las mujeres, la mortalidad materna y la maternidad en la adolescencia, en el ámbito de la autonomía física; la participación política aún muy por debajo de la paridad de género, en el ámbito de la autonomía en la toma de decisiones, y la incorporación de las mujeres al empleo, en condiciones apropiadas, y el control de los recursos monetarios y de tiempo en igualdad con los hombres, en materia de autonomía económica. Los planes incluyen también objetivos y medidas sobre la educación y capacitación de las mujeres y la protección y el uso sostenible del medio ambiente.
La preocupación de los Estados por superar los obstáculos que impiden la plena incorporación de las mujeres en igualdad de condiciones en todos los espacios de la vida social, cultural y económica de los países se ha expresado en distintas medidas y propuestas concretas de políticas públicas. Los planes de igualdad género elaborados por los países de la región constituyen instrumentos de política y planificación relevantes que, impulsados por los mecanismos para el adelanto de las mujeres, dan cuenta tanto de los retos vigentes como de los compromisos de los Estados en la materia
Una primera cuestión que se aborda en este estudio refiere al vínculo de los mecanismos para el adelanto de las mujeres con los planes de igualdad de género. No cabe duda de que los planes han sido importantes para el fortalecimiento institucional de los mecanismos, a la vez que han potenciado la acción estatal en pos de la igualdad de género. Sin embargo, esta ruta no está exenta de riesgos, y el análisis realizado deja en evidencia la necesidad de promover procesos de transversalización de la perspectiva de género, potenciando la acción, responsabilidad y liderazgo de los mecanismos para el adelanto de las mujeres, además de involucrar activamente a todos los sectores y niveles de gobierno para concertar y compartir metas, y de asignar recursos en las distintas instancias para alcanzar los objetivos.
A partir del convencimiento de que un Estado inclusivo y una sociedad activa son dos caras de la misma moneda, el segundo elemento tratado en el estudio se relaciona con la elaboración participativa de los planes. En efecto, la experiencia da cuenta de procesos que han permitido considerar diversas voces y necesidades concretas de personas reales cuya posición diferenciada en la sociedad implica exigencias diversas. En este marco, el propósito del estudio es abrir el debate en torno a los retos futuros en esta materia, tanto respecto de la inclusión de las voces de aquellos que no tienen voz como del fomento de diálogos institucionales e intersectoriales con funcionarios de gobierno. En este sentido, se plantea la importancia de la deliberación social y de abrir canales de participación democrática en la elaboración, el seguimiento y la evaluación de los planes de igualdad. La revisión de los contenidos de los planes es el tercer elemento del presente estudio, en el que, más que enumerarse objetivos y de estrategias, se repasan las prioridades del Estado en relación con las desigualdades de género y los límites en el ejercicio de la autonomía de las mujeres. Este análisis permite contar con un panorama de los principales nudos críticos que persisten, pese a los avances registrados en los países de la región en materia de igualdad de género.
Se dan cuenta de problemáticas históricas aún no superadas, como la violencia contra las mujeres, la mortalidad materna y la maternidad en la adolescencia, en el ámbito de la autonomía física; la participación política aún muy por debajo de la paridad de género, en el ámbito de la autonomía en la toma de decisiones, y la incorporación de las mujeres al empleo, en condiciones apropiadas, y el control de los recursos monetarios y de tiempo en igualdad con los hombres, en materia de autonomía económica. Los planes incluyen también objetivos y medidas sobre la educación y capacitación de las mujeres y la protección y el uso sostenible del medio ambiente.