para los mayas, tener una producción de alimentos constante era tan importante para su bienestar que ligaron estrechamente el ciclo agrícola con la astronomía y la religión. Realizaban importantes rituales y ceremonias en honor a trabajadores especializados, desde apicultores hasta pescadores; e incluso el maíz, tan esencial en Mesoamérica, tenía su propia deidad. Siendo una sociedad agrícola, el 90% de la población maya participaba en la agricultura. El buen manejo de la tierra y los recursos naturales trajo consigo cosechas más seguras y una dieta más variada, lo que propició el crecimiento económico. Esto permitió a la cultura maya florecer, pero la eventual sobreexplotación, la población siempre en aumento y periodos prolongados de sequía pudieron haber sido factores que contribuyeron al colapso final de la civilización maya.
Métodos de cultivo mayas
La calidad y cantidad de tierras de cultivo alrededor de las ciudades mayas variaba dependiendo de su ubicación. Por ejemplo, en las tierras bajas de las regiones de Petén y Puuk, la tierra era relativamente fértil, pero estaba limitada a pequeñas extensiones. Una técnica para incrementar la fertilidad de la tierra era la de usar cultivos elevados, especialmente cerca de cauces y terrenos inundables. En esos sitios, algunas veces se construían terrazas como barreras para recolectar los fértiles depósitos de cieno. Los mayas talaron bosques para hacer lugar a los cultivos, pero la fertilidad de dichas tierras disminuyó rápidamente y se necesitaba aplicar la técnica de roza y quema para rejuvenecerlas después de dos años de cultivos, que después necesitaban un promedio de 5 a 7 años más para estar listos para ser plantados nuevamente. Una necesidad similar de abandonar los campos para que rejuvenecieran era común en las tierras altas, donde los terrenos debían dejarse vacíos por hasta 15 años. Para maximizar la producción, distintos cultivos se plantaban juntos, como frijoles y calabaza en los campos de maíz, para que las plantas de frijol pudieran trepar por los tallos del maíz y que las calabazas ayudaran a reducir la erosión del suelo.
Las ciudades que no tenían acceso a grandes extensiones de tierra apropiadas para cultivo, podían comerciar con otras ciudades más productivas. Por ejemplo, esclavos, sal, miel y bienes preciados como metales, plumas y conchas eran vendidas a cambio de productos agrícolas. Todavía no está claro cómo se repartían los terrenos más grandes, de qué manera pasaba la tierra de una a otra generación, ni a qué nivel intervenía el Estado en la administración de la producción agrícola. Se sabe, sin embargo, que muchos hogares mayas cultivaban alimentos en pequeños huertos, sobre todo frutas y vegetales. Una vez cosechados, los alimentos eran almacenados en arcones de madera sobre el suelo y en sitios subterráneos.
La gestión del agua era otra necesidad, especialmente en algunas ciudades mayas durante sus inviernos secos y veranos calurosos. El agua era recolectada en socavones creados por cuevas colapsadas conocidos como tz'onot (derivado al español como “cenote”) y algunas veces era llevada hacia los campos mediante canales. También se excavaban cisternas (chultunob), que normalmente tenían forma de botella con una amplia zona escayolada alrededor de la entrada para maximizar la captación de agua de lluvia.
Cultivos y comida mayas
El maíz (milpa) era uno de los cultivos más importantes, pero también lo eran los tubérculos como la mandioca, los frijoles, la calabaza, el amaranto y los chiles. El maíz era usualmente hervido en agua con cal, y se comía como papilla mezclada con chile (saka') para el desayuno, o se hacía masa sobre una piedra aplanada (metate) para hacer tortillas (pekwah) o tamales rellenos y cocidos en hojas.
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strwgiii
gracias por tomarte el tiempo de responder ^^
NO
nah mentira
xD
para los mayas, tener una producción de alimentos constante era tan importante para su bienestar que ligaron estrechamente el ciclo agrícola con la astronomía y la religión. Realizaban importantes rituales y ceremonias en honor a trabajadores especializados, desde apicultores hasta pescadores; e incluso el maíz, tan esencial en Mesoamérica, tenía su propia deidad. Siendo una sociedad agrícola, el 90% de la población maya participaba en la agricultura. El buen manejo de la tierra y los recursos naturales trajo consigo cosechas más seguras y una dieta más variada, lo que propició el crecimiento económico. Esto permitió a la cultura maya florecer, pero la eventual sobreexplotación, la población siempre en aumento y periodos prolongados de sequía pudieron haber sido factores que contribuyeron al colapso final de la civilización maya.
Métodos de cultivo mayas
La calidad y cantidad de tierras de cultivo alrededor de las ciudades mayas variaba dependiendo de su ubicación. Por ejemplo, en las tierras bajas de las regiones de Petén y Puuk, la tierra era relativamente fértil, pero estaba limitada a pequeñas extensiones. Una técnica para incrementar la fertilidad de la tierra era la de usar cultivos elevados, especialmente cerca de cauces y terrenos inundables. En esos sitios, algunas veces se construían terrazas como barreras para recolectar los fértiles depósitos de cieno. Los mayas talaron bosques para hacer lugar a los cultivos, pero la fertilidad de dichas tierras disminuyó rápidamente y se necesitaba aplicar la técnica de roza y quema para rejuvenecerlas después de dos años de cultivos, que después necesitaban un promedio de 5 a 7 años más para estar listos para ser plantados nuevamente. Una necesidad similar de abandonar los campos para que rejuvenecieran era común en las tierras altas, donde los terrenos debían dejarse vacíos por hasta 15 años. Para maximizar la producción, distintos cultivos se plantaban juntos, como frijoles y calabaza en los campos de maíz, para que las plantas de frijol pudieran trepar por los tallos del maíz y que las calabazas ayudaran a reducir la erosión del suelo.
Las ciudades que no tenían acceso a grandes extensiones de tierra apropiadas para cultivo, podían comerciar con otras ciudades más productivas. Por ejemplo, esclavos, sal, miel y bienes preciados como metales, plumas y conchas eran vendidas a cambio de productos agrícolas. Todavía no está claro cómo se repartían los terrenos más grandes, de qué manera pasaba la tierra de una a otra generación, ni a qué nivel intervenía el Estado en la administración de la producción agrícola. Se sabe, sin embargo, que muchos hogares mayas cultivaban alimentos en pequeños huertos, sobre todo frutas y vegetales. Una vez cosechados, los alimentos eran almacenados en arcones de madera sobre el suelo y en sitios subterráneos.
La gestión del agua era otra necesidad, especialmente en algunas ciudades mayas durante sus inviernos secos y veranos calurosos. El agua era recolectada en socavones creados por cuevas colapsadas conocidos como tz'onot (derivado al español como “cenote”) y algunas veces era llevada hacia los campos mediante canales. También se excavaban cisternas (chultunob), que normalmente tenían forma de botella con una amplia zona escayolada alrededor de la entrada para maximizar la captación de agua de lluvia.
Cultivos y comida mayas
El maíz (milpa) era uno de los cultivos más importantes, pero también lo eran los tubérculos como la mandioca, los frijoles, la calabaza, el amaranto y los chiles. El maíz era usualmente hervido en agua con cal, y se comía como papilla mezclada con chile (saka') para el desayuno, o se hacía masa sobre una piedra aplanada (metate) para hacer tortillas (pekwah) o tamales rellenos y cocidos en hojas.